Una
buena definición de paloma mensajera
(Columba livia domestica)
sería aquella que “se caracteriza por su alto sentido de la
orientación, una vista más que privilegiada, una memoria topográfica excelente,
un gran apego a su lugar de nacimiento y una voluntad a toda prueba que le
permite superar todos los obstáculos que se le presentan en el regreso a su
palomar. En su regreso a casa puede desarrollar velocidades de más de 100 Km/h
y volar en un solo día hasta 1000 kilómetros”.
De entre todos los tipos de
palomas, las mensajeras “son de tamaño medio, cuerpo compacto y bien
balanceado. Las hay de varios colores, pero predominan los tonos grises, pesan
entre 400 y 600 gramos siendo el peso ideal para hembras 450 gr y machos 500
gr. Pueden llegar a vivir unos 15 años o más”.
La cría y
adiestramiento de palomas mensajeras, conocida formalmente como colombofilia, “era
algo habitual en la época romana y griega (incluso antes, existen grabados
mesopotámicos que ya muestran el uso de palomas)”. La colombofilia lleva perfeccionándose desde la antigüedad como medio
rápido de comunicación, en especial en conflictos bélicos, dadas las
capacidades de las palomas para recorrer grandes distancias sin ser
interceptadas.
“Reuter
montó su primera oficina de información en Aquisgram, en 1850, valiéndose de palomas
mensajeras para enlazar con Bruselas y Berlín, ganándole a diario la carrera de
las noticias al ferrocarril, que tardaba nueve horas en hacer el recorrido
Bruselas-Aquisgram. El periódico The
Times, de Londres, ya poderoso e influyente, había establecido una línea de
palomas-postales entre París y Bolonia en 1837, acelerando la llegada de
noticias financieras de última hora de las bolsas de París y
Berlín”.
En la Segunda Guerra Mundial el ejército y la marina japonesa
usaron aproximadamente unas 200 000 palomas en correos militares, creando una
red de comunicación entre los frentes de las batallas, las zonas de ocupación y
las principales ciudades japonesas.
Bus tipo B de Londres, convertido en palomar
en uso en el norte francés
y en Bélgica,
I Guerra Mundial
|
“Los métodos mecánicos de comunicación poco tenían que hacer cuando se popularizaron los radioeléctricos, por lo que las palomas mensajeras acabaron cayendo en desuso debido a las limitaciones lógicas de estos animales. Varios fueron los sistemas de comunicación que se pusieron en marcha a partir del siglo XVII, despuntando en el siglo XIX el telégrafo y la invención del teléfono”.
No habrá más palomas condecoradas, como la paloma
46 415 que reposa disecada en el Museo del Ejército, en Madrid (España). La
historia cuenta que corría el año 1937, el país estaba en plena Guerra Civil
española. Dos centenas de guardias civiles sublevados estaban sitiados en el
Santuario de la Virgen de la Cabeza, Jaén, junto a 1200 personas. Sin embargo,
aguantaron 256 días el asedio de los republicanos, gracias a las palomas que
les conectaban con el Gobierno Militar de Córdoba y suministraban información
sobre cómo hacerles llegar alimentos. La 46 415 fue herida de bala y cayó, pero
arrastrándose llegó a su destino, entregó el mensaje y después se murió.
No obstante, hay que aclarar que las palomas no solo transportaban mensajes, sino que también se las usaba para enviar objetos pequeños que se necesitaban en otro lugar con urgencia, por ejemplo, tubos con muestras de sangre entre hospitales o laboratorios.
A pesar de que aún se sigue implementando la
colombofilia, se usan de manera principal como deporte, siendo una actividad
muy arraigada en España. Existen un número importante de clubes colombófilos,
con el fin de mantener la tradición de entrenar palomas mensajeras, así como de
fomentar el deporte y la sana competencia. Pero, ¿en qué consiste este deporte?
Vista parcial de un palomar |
¿Cómo sabe, entonces, una ‘paloma mensajera’ adónde tiene que ir?
Cuando se
envía un mensaje a través de una paloma mensajera, ¿cómo esta sabe cuál es el
destino al cual debe dirigirse?… Muy sencillo: ¡Porque volverá a su casa! De
hecho, las palomas no son enviadas a cualquier destino, sino que la técnica
consiste en que han sido criadas en un palomar determinado y cuando las sueltan
es desde otro punto, por lo que ellas lo que hacen es regresar al lugar donde
han vivido y sido criadas. Así que, para
realizar este cometido, una paloma es capaz de volar durante horas y miles de
kilómetros. “Por ejemplo, en una ocasión una paloma transportó un mensaje entre
Lérida y Lisboa en menos de un día”.
Ni siquiera hoy en día se sabe
con certeza cómo pueden orientarse a lo largo del vuelo. Tras muchos estudios, no hay resultados concluyentes a favor de un
mecanismo innato en el ave, aunque sí se reconoce que utiliza todos sus
sentidos para conseguir tal proeza. Por lo tanto, la paloma mensajera es capaz
de guiarse gracias al magnetismo de la Tierra, percibe los cambios de luz en toda
la superficie del planeta y los compara
con la iluminación, según la longitud y latitud de su palomar; utiliza
el olfato para percibir olores conocidos durante el vuelo y es capaz de
distinguir el entorno de su lugar de origen en varios kilómetros a la redonda.
“La
posición del sol y que haya un día de cielo despejado también es esencial”,
según indican los expertos; “aunque esto se contradice con algunos casos de
palomas que han sabido encontrar su destino durante la noche o en días nublados
por completo”. El reconocimiento del terreno por el que sobrevuelan (la llamada
“memoria topográfica”), tal y como realizan las aves migratorias, también es de
gran ayuda para que la paloma encuentre el punto exacto al que tiene que llegar.
A modo de conclusión
La tecnología no deja indiferente a nadie ni a nada. Sino que se lo digan a las palomas que cumplían, hasta hace muy poco, con la honrosa función de transportar mensajes entregándose en cuerpo y alas. La llegada de la comunicación electrónica acabó con una tradición centenaria. Sin embargo, mucho le se debe a la habilidad de estas aves que, durante siglos, recorrieron largas distancias para transportar mensajes. Más que formar parte de la Historia, la paloma mensajera es un ave que ha hecho Historia.
La tecnología no deja indiferente a nadie ni a nada. Sino que se lo digan a las palomas que cumplían, hasta hace muy poco, con la honrosa función de transportar mensajes entregándose en cuerpo y alas. La llegada de la comunicación electrónica acabó con una tradición centenaria. Sin embargo, mucho le se debe a la habilidad de estas aves que, durante siglos, recorrieron largas distancias para transportar mensajes. Más que formar parte de la Historia, la paloma mensajera es un ave que ha hecho Historia.
Pepe
Cocodrilo
http://www.mismascotas.cl/otras_especies/paloma_mensajera.htm
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