Brasil es reconocido mundialmente por su complejo sistema tributario. Sobre ese asunto hay distintas pesquisas que comparan diversos países y Brasil se destaca por: a) su alta carga tributaria; b) verificar un bajo retorno a la población; c) ser uno de los países donde más tiempo se dedica a cumplir con todas las reglas tributarias.
Considerando el
ambiente empresarial, los impuestos son generalmente clasificados como directos
o indirectos. Directos son los impuestos sobre la renta, que están compuestos
por el Impuesto Sobre la Renta (IRPJ) y La Contribución Social sobre Los Ingresos
Netos (CSLL). Ambos son tributos federales. Indirectos son los impuestos sobre
la facturación, que son: i) el ICMS – Impuesto al valor agregado, aplicable a
productos, y es estatal; ii) ISS – Impuesto sobre servicios, es municipal; iii)
PIS/Cofins – Contribuciones sobre los ingresos, de carácter federal; iv) IPI – Impuesto
sobre los productos industrializados, es federal también. Estos son los principales, pero
hay más.
Cada tributo tiene
sus propias reglas y, en general, hay muchas excepciones o peculiaridades dependiendo de la operación realizada. Este escenario contribuye para que las
empresas tengan equipos grandes y con especialistas en el asunto.
No bastando la
complejidad de la cuestión, si tienes dudas sobre cómo proceder en alguna
transacción, situación esta muy común, también es difícil obtener informaciones.
Muchas veces las páginas web de los departamentos fiscales del gobierno son
pobres y si se intenta buscar orientación personalmente en el órgano competente,
seguramente se frustrará, ya sea porque no le aclararán las dudas o por el mal
trato que recibirá.
Por la experiencia
que tuve con otros países, pude encontrar informaciones básicas, aunque
generales, en la Internet de fuentes oficiales con facilidad. El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido o Agregado) muchas
veces es federal, o sea, una regla; mientras que aquí en Brasil hay 26 Estados legislando sobre ese impuesto. Los pagos mensuales del Impuesto Sobre la Renta son mucho
más simples que en Brasil (aquí se calcula la provisión completa todos los
meses, pero en otros países puede ser una tasa sobre los ingresos mensuales o
un montante fijo basado en el impuesto del año anterior).
Al final, decimos
que el gobierno es como un socio de las empresas que, muchas veces, gana más
que los propios dueños. Sin embargo, lo peor es saber que pagamos muchos
impuestos y lo que vemos es que no son usados correctamente, o sea, no
percibimos la contrapartida del gobierno.
Thaís N.