A continuación, la segunda parte de la entrevista realizada a Luis Cardona, Bibliotecario del Instituto Cervantes. Si todavía no has leído la primera, ¡no te la pierdas! Aún estás a tiempo...
-¿Qué te faltaría por conseguir dentro de tu profesión?
¿Dentro de mi profesión? Es que las bibliotecas siempre son un desafío
porque siempre hay cosas diferentes. Por ejemplo, una parte que a mí me
gustaría mucho de trabajar, yo creo que no lo voy a conseguir, pero me hubiera
gustado mucho trabajar, sería con investigadores científicos. Por ejemplo, ya
trabajé con abogados y yo sentía, un poco, problema de conciencia. ¿Por qué y en
qué sentido? Yo trabajaba en una empresa que manejaba aluminio, entonces esa
empresa tenía, para mí, algunas trabas. Para explotar, para producir aluminio,
hay que alterar la Naturaleza y eso genera muchos problemas ambientales.
Entonces, a veces, los abogados recibían multas, recibían documentos del Gobierno
para multar a la empresa y mi trabajo era ofrecerle al abogado herramientas
para librar a la empresa de multas por cosas erradas que eran hechas contra la
Naturaleza. Había un grupo de abogados que trabajaba con la parte laboral y yo
también sentía peso en la conciencia, porque veía las exageraciones que la
empresa cometía: no pagaba hora extra, no ofrecían los materiales de protección
individual y, a veces, el empleado tenía toda la razón, pero mi trabajo era
ofrecerle al abogado las herramientas para que consiguiera vencer a ese
empleado y librar a la empresa de pagar lo que era justo.
Luis Cardona, Bibliotecario |
Pero Luis, tú también haces que los alumnos crezcan mucho aquí en el
Instituto Cervantes, ¿no? Incluso, ayudas mucho a los profesores. Tal vez eso
es menos reconocido, pero es muy importante porque por detrás de un profesor
hay un grupo enorme de alumnos y estos son el futuro. En este sentido,
¿te sientes realizado? ¿Y te viene un reconocimiento por este lado?
Sí, sí…, pero es que el reconocimiento, en ocasiones, es más de la gente de la biblioteca que de los
jefes. Pongo un ejemplo claro, la gente que viene a los Círculos de lectura. Yo
me acuerdo mucho de un viejito que venía a los círculos de lectura, recuerdo
que cuando él vino las primeras veces no leía nada y, a los poquitos, él fue
leyendo. No hablaba nada de español y fue comenzando a leer porque oía a los
otros leyendo y, entonces, fue aprendiendo la pronunciación y, de repente,
comenzó a hacer preguntas en español. Y después de unos dos años viniendo a los
Círculos de lectura, aunque cometía errores como cualquier persona que habla
una lengua, ya estaba hablando español. Aquello fue fantástico porque yo veía
que aquella lectura de una vez por semana a la cual venían servía para que, de
alguna manera, recibieran un poco de lo que es mi lengua madre. Oír a alguien
que habla tu lengua, que la aprendió leyendo contigo… ¡Eso es fantástico!
¿Y cómo funcionan esas actividades del Círculo de lectura y del Club
del Libro?
Los Círculos de lectura se dividen en dos grupos: una vez por semana. Un
grupo se reúne los miércoles a las 18h00 y el otro los jueves a las 17h00.
¿Cómo hacemos? Escogemos a un autor por mes, por algún motivo (por efemérides,
por nacimiento, por fallecimiento, por un premio), y seleccionamos una parte de la
obra de ese autor: o cuentos o poesías… Lo que hacemos en el encuentro es que,
en la rueda de lectura, cada participante lee una parte del texto. Cuando es
necesario, les corrijo la pronunciación. Después que leen, vamos parando y
vemos las palabras que son diferentes, que no se conocen, o las palabras que
parece que son iguales al portugués, pero que tienen un significado diferente,
las expresiones idiomáticas. También hablamos un poco del autor (dónde nació,
cómo se encaja esa obra dentro del contexto de la producción del autor). Y la
idea es que ellos degusten y saboreen la Literatura, la manera como el autor
escribe y que después, de alguna manera, se interesen por el resto de la
producción que tenemos de ese autor en los fondos de la biblioteca. Antes de la
crisis española, nosotros dábamos el texto en la biblioteca, pero tras la
crisis (2007) hubo un cierto intento de acabar con los Círculos de lectura
porque afirmaban que era una manera de “ahorrar”. Entonces, encontré dos
salidas para este recorte: quien quiera los textos que se van a leer en la
biblioteca, se le cobra una tasa módica por mes, y quienes no la quieran pagar,
se les mandan por correo electrónico escaneados y los imprimen en su casa para
traerlos.
Esto es lo que se puede ver, una semana cualquiera, desde la ventana de la Biblioteca... |
El Club del libro es distinto. El perfil del lector cambia, es para
aquellos que tienen un poco más de conocimiento de español porque se vende el
libro en la biblioteca y todos compran la misma edición para leer en casa. Nos
reunimos en la última semana del mes para comentar la obra y cada uno, que leyó
el libro, comenta qué le gustó, qué no le gustó. Normalmente, quien conduce el
encuentro es una estudiante colombiana de Doctorado en Literatura
Hispanoamericana. Ella, como tiene esa otra visión mucho más amplia de la
Literatura, contextualiza al autor, la obra y responde preguntas
de crítica literaria. Este es el funcionamiento del encuentro, que incluso se
llama "Club Cervantino del Libro". Le
decimos “cervantino” primero, porque se celebra en el Instituto Cervantes, y segundo, porque es realmente una utopía juntar a gente para hablar de Literatura,
gente que leyó un libro durante un mes. Este club se anuncia por facebook y también se manda un correo
electrónico.
-¿Cuál es la obra más rara que ya tuviste entre manos?
El Quijote en tagalo |
-¿Qué autor pasó por tu biblioteca y te decepcionó soberanamente?
No, no hubo un autor que me
decepcionara, no.
-Entonces, ¿qué autor te sorprendió tan gratamente que logró cambiar
tu manera de pensar?
Pía Barros, escritora chilena |
Bueno, por aquí han pasado algunos
autores, no muchos, pero han pasado, por ejemplo, María Dueñas; pasó también
una autora chilena que es poco conocida, pero por nosotros aquí, eso también
pasa mucho. Me explico, Brasil, a pesar de estar en América, yo no sé si por
política o por qué razón, pero como que no conoce mucho a los vecinos. Tal vez
por la lengua… Como decía, vino esa autora chilena que se llama Pía Barros, que
escribe microcuentos, y fue fantástica porque ella nos hablaba del trabajo que
hacía con las mujeres de los barrios populares en Santiago de Chile y que
muchos de esos cuentos ella los creaba en talleres que daba para esas mujeres,
para que comenzaran a escribir. ¡Y es fantástico eso! Cuando uno ve que el
autor aprovecha su Arte para intentar hacer con que los que están por debajo de
la línea de pobreza, tanto económica como intelectual, surjan y creen… ¡Fue
fantástico!
-¿Qué obra literaria es la más rara que guardas?
-¿Qué obra literaria es la más rara que guardas?
Aquí no hay muchas obras raras, tal
vez la más rara es una edición del Quijote
en portugués, que es de 1929, es una edición enorme con dos volúmenes, que
inclusive no está expuesta al público.
La Biblioteca Francisco Umbral es muy joven, prácticamente en el contexto de las bibliotecas del Cervantes de Brasil es una de las que menos cosas raras tiene y debería ser la que menos ejemplares tiene, pero no es así porque como São Paulo es tan grande, hay muchas personas que viven aquí y comienzan a donar cosas a la biblioteca. Entonces, la biblioteca comenzó con 3 000 ejemplares, que fue lo que mandaron del fondo inicial. Aquí en São Paulo no existía una Casa de España o un Centro Cultural Español que tuviera una cierta Historia, como por ejemplo en Curitiba existía, en Brasília existía; y esos Centros culturales de España tenían unas bibliotecas que cuando se cerraron fueron heredadas por el Instituto Cervantes que se estableció en esa ciudad. Aquí no teníamos eso, entonces la biblioteca comenzó de cero, entonces el material que tenemos es, en cierta manera, todo muy nuevo. Ahora empieza a haber algunos libros viejos porque la gente los dona, pero antes todos los libros eran prácticamente nuevos, nuevos. En este momento contamos con 18 000 ejemplares físicos, pero con los ejemplares electrónicos llegamos a 24 000 obras. Y esa colección electrónica comienza a crecer bastante, inclusive uno de los desafíos que tenemos ahora es hacer difusión de esa parte de la Biblioteca electrónica para que la gente sepa que existe, que se puede descargar el libro en su móvil o en su lector de e-books y sepa que los puede leer. También hay audiolibros, a veces el poder escuchar ayuda mucho en el aprendizaje y posee una función de inclusión para aquellas personas con discapacidades.
Luis mostró al Equipo del Blog Correveidile la traducción del Quijote al portugués, realizada en 1929. |
La Biblioteca Francisco Umbral es muy joven, prácticamente en el contexto de las bibliotecas del Cervantes de Brasil es una de las que menos cosas raras tiene y debería ser la que menos ejemplares tiene, pero no es así porque como São Paulo es tan grande, hay muchas personas que viven aquí y comienzan a donar cosas a la biblioteca. Entonces, la biblioteca comenzó con 3 000 ejemplares, que fue lo que mandaron del fondo inicial. Aquí en São Paulo no existía una Casa de España o un Centro Cultural Español que tuviera una cierta Historia, como por ejemplo en Curitiba existía, en Brasília existía; y esos Centros culturales de España tenían unas bibliotecas que cuando se cerraron fueron heredadas por el Instituto Cervantes que se estableció en esa ciudad. Aquí no teníamos eso, entonces la biblioteca comenzó de cero, entonces el material que tenemos es, en cierta manera, todo muy nuevo. Ahora empieza a haber algunos libros viejos porque la gente los dona, pero antes todos los libros eran prácticamente nuevos, nuevos. En este momento contamos con 18 000 ejemplares físicos, pero con los ejemplares electrónicos llegamos a 24 000 obras. Y esa colección electrónica comienza a crecer bastante, inclusive uno de los desafíos que tenemos ahora es hacer difusión de esa parte de la Biblioteca electrónica para que la gente sepa que existe, que se puede descargar el libro en su móvil o en su lector de e-books y sepa que los puede leer. También hay audiolibros, a veces el poder escuchar ayuda mucho en el aprendizaje y posee una función de inclusión para aquellas personas con discapacidades.
-¿Cuál es el diccionario más raro que hay en la Biblioteca?
-¿Crees que ha cambiado la vida útil del libro y el perfil de los
lectores?
Creo que sí. Yo no creo que, como
muchos dicen, el libro en papel se va a
acabar. ¡No! No porque siempre digo, los lectores de e-book son fantásticos, a veces en un aparatito que te cabe en la
palma de la mano tienes una biblioteca entera, pero tiene sus limitaciones, por
ejemplo, se cae y se estropea, por más libros que tengas allí dentro; un libro
se cae, sus hojas se riegan, pero como tienen números tú las puedes ordenar y
lo puedes leer de nuevo. Si el e-book
no tiene batería, no hay como leer los 400, los 600, los mil libros que hay ahí
dentro. Un libro no, si no hay luz, se puede usar una vela o se va fuera con la
luz de la Luna.
Hay una diferencia entre la música, en los CDs y el móvil, y el libro,
son cosas totalmente diferentes, y nada va a cambiar lo que un libro puede
proporcionar para al lector.
Los avances tecnológicos tienen
cosas que uno no pensaba. Por ejemplo uno tiene un libro, en otras épocas a
veces mencionaban en el libro “la canción tal, de tal cantante”, si la conocías,
bien, si no la conocías, chao. Ahora
estás leyendo el libro, mencionan tal canción, tú tienes la opción de ir a
internet, busca la canción y la oyes.
Si se piensa eso con la pintura, Luis, o con los libros con hechos históricos,
la tecnología ha sumado muchas cosas interesantes. Y el perfil del lector, ¿te
parece que cambió en este sentido que tu apuntas, que el lector es más ávido a
la hora de interconectar los libros con la tecnología?
Sí, de interconectar, yo diría que
a veces nos pasa mucho como nos pasaba con las historietas, porque antiguamente
se decía “Es que leer historietas... ¡eso no es leer!” ¡Es leer, es leer! (risas).
Grandes lectores comenzaron leyendo historietas. Lo mismo digo yo de cuando comentan: “Ah no, es
que el que lee en el móvil, no es lector” ¿No es lector? ¡Lee mucho! Puede ser
que el contenido no sea lo mejor del mundo, pero cuánta gente no se pasa horas
y horas leyendo cosas de facebook,
noticias que el periódico publica, historias que alguien cuenta y eso es
lectura.
Yo he visto a un hombre hablando sobre mentores y cómo estos son
importantes en los negocios y este hombre comentaba que todos los días lee un
libro diferente, pero no lo lee entero. Elige un capítulo, el que le parece que
es el más importante, y ese es el que lee. Y también reflexionaba sobre la
relación entre el lector y el libro, que no debería ser algo puntual, sino una
amistad en la que uno puede leer ahora y, tal vez, otro poco después, con otra visión
de la historia. Ese es uno de los perfiles de los lectores...
Una cosa que impresiona son los
fenómenos de marketing, pero
fenómenos como: gente haciendo filas y filas para comprarse la última edición
de Harry Potter y jóvenes que se han
leído los siete libros de la saga. Entonces, es eso es lo que los engancha, lo
que los lleva a leer, hay mucha gente que leyó Harry Potter y después pensó que Inglaterra debería ser un país
interesante, pues voy a buscar alguna historia de Inglaterra. En ese sentido
cambia a los lectores.
-Como promotor de la cultura... ¿qué evento cultural crees que se
destacará este año (2016)?
Este año en el Instituto Cervantes
creo que va a haber mucho cine, vamos a tener como unos cuatro o cinco Ciclos de cine. Desde nuevos creadores
hasta la inclusión de las mujeres -porque esa es una cosa interesante del cine
porque el cine siempre ha sido una cosa como muy masculina (directores,
productores, etc.), y cuando comienzan a aparecer mujeres la visión es otra. la
mujer también tiene su manera especial de ver las cosas y eso enriquece el
cine. Va a ser muy limitado el programa
cultural porque no contamos con mucho presupuesto para Cultura. Y también vendrán
algunos especialistas a hablar del Quijote,
dentro del proyecto cultural "Quijote Siglo XXI".
Después de la lectura de tantos
libros, ¿cuál crees que es la mejor opción de entretenimiento para los que
quieren aprender sobre cultura y lenguas hispánicas?
Yo diría que los cuentos porque ofrecen informaciones como píldoras, son
como un mundo que te lo presentan así, rápidamente. Muchas veces les digo a los
del Círculo de lectura, que yo comparo el cuento con un cuadro, lo que pasa es
que el autor, o el narrador, como que nos va iluminando ese cuadro despacio, de
tal manera que cuando llegamos al final tenemos la visión completa de ese
cuadro. Entonces, a mí me parece que los cuentos tienen eso, os cuentos también
traen un contenido de cultura, porque tienen que mostrar ese trasfondo, donde
acontece lo que se está contando, y ahí no hay como contar ese trasfondo sin
hablar un poco de la Historia y de los usos y costumbres de la gente que se
envuelve en el cuento.
-¿Qué libro crees que es indispensable
para un estudiante de la lengua y la cultura latinoamericana?
Yo no diría indispensables,
pero sí que hay escritores que uno tiene que leer. Borges por ejemplo, no se
puede decir que uno conoce América Latina o la manera de escribir de América
Latina si no leyó alguna cosa de Borges, si no se cansó con ese Borges que
coloca un montón de citaciones eruditas y que lo cansa a uno con eso, pero
cuando uno piensa: "¿Cómo es posible que de la cabeza de una persona salgo
todo aquello?" ¡Es increíble! Julio Cortázar, o Carlos
Fuentes, que tiene cosas fantásticas, como una novelita que llama Aura, que es pequeñita, pero es una
delicia de leer. A ver, mujeres como Gabriela Mistral; Pablo Neruda, poeta, hay
que leer a César Vallejo, a Miguel Ángel Asturias; de los cubanos hay que leer
a Leonardo Padura; a Rómulo Gallegos, de Venezuela. ¡Y todos están aquí en la biblioteca!
-Nos han dicho que te gustan los
cuentos, ¿ya te has aventurado a escribir algún cuento?
¡Yaaaa! (risas) Inclusive gane el tercer
premio en un concurso de cuentos, en Colombia hace muchos años. Es verdad que
fueron tres cuentos en el total en el concurso, pero bueno, podrían haberlo
declarado desierto (risas). A mí me gusta escribirlos, pero me parece que son
muy malos. Digamos que los hago porque pienso que escribir es algo que todo el
mundo tenía que hacer, sean malos o buenos, todos deberían escribir porque
cuando se sienta e intenta poner en palabras aquello que siente, aquello que le
llama la atención, uno como que coloca una parte de su ser ahí; y si pensamos
bien, de cierta manera nos hacemos eternos allí, porque aquello que está
escrito, aquella parte de mi ser que yo la exprese ahí, nunca más va a
desaparecer. Puede ser que alguien lo lea algún día, puede ser que se pierda,
pero, de alguna manera, tú lo colocaste allí. Yo creo que eso te ayuda a la
hora de expresarte también, saber que las palabras son tus amigas. Las palabras
te construyen y eso es importante. Hay una costumbre que la gente de antiguamente
tenía, y que me parecía fantástico, y que hoy veo que la gente ya no lo hace, y
es llevar como un diario. Que me pasó, qué hice hoy, qué me llamó la atención,...
porque cuando no escribimos las cosas, de cierta manera también se nos olvidan.
Cuántas veces, si ustedes se pusieran a escribir un diario, si volvían alguna
vez a leer, decían: “Eso ya se me había olvidado, no recordaba que ya había
pasado por eso, que había visto eso". Es una manera también de mantener lo
que somos, lo que nos pasa en la vida. Creo que, inclusive, la tecnología
facilita. Una de mis hijas, a veces, se levanta por la mañana y me dice: “Ay
papá soñé una cosa así”. Y yo le digo: “¿Por qué no lo grabas?”. Yo le decía
a ella que lo escribiera, pero me dice que no tiene paciencia: entonces,
grábalo, porque los vas a mantener, vas a saber exactamente qué fue lo que
soñaste y si algún día quieres transformar ese audio en texto puedes
transcribirlo. Pero la tecnología facilita eso, hoy tenemos el móvil que lo
ponemos y podemos grabar lo que pensamos, y se podría hacer un diario grabado.
-Entrando un
poco en cuestiones lingüísticas, en Brasil hay diferentes acentos que, a veces,
son más difíciles de entender para los habitantes de la región sureste. Habiendo
conocido profesores e intelectuales hispanohablantes de varios países, ¿qué
acento, dentro de las variantes del español, te parece más raro y por qué?
A mí me parece más difícil, a veces, de entender
a un chileno. Los chilenos me parecen más difíciles de entender, yo no sé por
qué. (El equipo del Blog Correveidile
bromea con Luis, para que diga que son los gallegos... dado el origen de su
profesora. Este fue un momento muy divertido y de muchísima complicidad). A
los españoles no, porque en Colombia siempre hubo mucha presencia de españoles,
de todas las regiones, entonces estamos acostumbrados al acento. Y en el resto
de América, bueno, hay una manera de hablar de los españoles que es con el uso
de "vosotros", eso podría prestarse a problemas de comprensión. ¿Por
qué en América no existe ese problema? Por una razón muy simple, que es la siguiente:
la mayoría es católica, los libros litúrgicos que usaban, y en muchas regiones todavía
se usan, vienen de España y entonces vienen en el español peninsular; lo que
pasa es que en la Iglesia, en liturgia, se escucha el español peninsular. En la
calle no se habla así, pero tenemos ese contacto, por lo que no hay esa
dificultad. Yo me acuerdo que, a veces, cuando iba a la Iglesia y tenía que
leer, era una bobada, pero intentaba cambiar el "vosotros" por "ustedes"
para que las personas lo entendieran, pero el padre se quedaba bravo conmigo
porque me decía que el texto que está en el misal no es ese y por qué estás
leyendo así (risas). Yo decía, así que nosotros hablamos, tendría que estar así
el librito. Por eso les digo que el español de España, en general, se entiende.
Con el español pasa una cosa diferente que con el portugués, hace 26 años que
vivo en Brasil, y a mí me parece que los portugueses de Portugal, a veces hay
algunos que cuesta entender, y eso no nos pasa con los españoles ni con el
español de ningún lugar. Podemos tener palabras diferentes, pero entendemos lo
que uno dice. Ahora, los portugueses no, hablan una lengua tan cerrada, tan
diferente del portugués de Brasil que por eso se dice "ellos hablan
portugués y aquí hablan brasileño". Pero cuando uno coloca la Radio-televisión Portuguesa y comienza a oírlos, le comienza a encontrar su
gracia (risas) y entiende, sí porque ve que es musical también, la manera como
hablan, la construcción diferente y tiene su gracia.
Un momento de la entrevista con Luis Cardona |
-Hablando de series de TV, tal vez hayas oído hablar o visto la serie
colombiana: Metástasis (que para mí
se ha vuelto muy interesante, desde el punto de vista de cómo un hombre común
se puede volver un gran productor de drogas). ¿Has visto esta serie?
Esa no, pero hablando de series,
hay una que se grabó en Colombia, que para quien es un estudiante de español es
muy interesante, que se llama Mentes en shock.
Es una serie donde hay hablantes de español de diversos países: puertorriqueños,
venezolanos, españoles, colombianos. Es muy interesante por eso, porque se
escuchan los diferentes acentos del español en el mismo contexto. Es un
hospital de enfermos mentales, entonces, ahí se juntan médicos y enfermos de
diversos lugares de América, y es interesante por eso, por la mezcla de acentos
de español, además de ser tan solo 13 capítulos. La serie está disponible en
Netflix. [La conversación se extendió un poquito más charlando sobre otras series...].
Le pedimos que, al final, dejara un mensaje para los correveidileanos y respondió
así:
"Mi mensaje es que escriban y
lean. Escribir y leer"
La claridad y la objetividad que tiene Luis, sobre la relación entre el lector y los
libros, es el reflejo de una vida cuidando de las bibliotecas. Por un lado, su
interés por conocer las culturas mostradas en cuentos e historias de países
hispanohablantes y, por otro lado, sus ganas de ser el proveedor de informaciones
técnicas y educativas. Esa empática combinación proporciona una conversación
leve con los frecuentadores de la biblioteca y, sin duda, lleva a que la gente
se aproxime más a los libros. Como organizador y promotor de Círculos de
lectura y Club del libro, Luis consigue mantener vivos los encuentros
intelectuales, siempre listo para recibir a los diferentes estudiantes y
apreciadores de la lengua española. No solo ofrece soporte para los profesores
del Instituto Cervantes, sino que también promueve la conexión entre
escritores, lectores, maestros y estudiantes.
Nos despedimos agradeciendo el tiempo que, con tanta humildad, nos
brindó Luis Cardona para compartir su vida y todas sus maravillas bibliográficas. Sobra decir que nos divertimos muchísimo...
Alessandra Curcio & Bruno Lazzarato
{Con la Profa. Marta Pérez Rodríguez}