El pasado
mes de octubre de 2015, el poder judicial brasileño se vio envuelto en otra
polémica. El Tribunal Regional Federal de la 4ª Región, condenó a la grabadora
Sony y a la productora Furacão 2000 a pagar R$ 500 000,00 (unos € 125 000,00)
por incitar a la violencia contra las mujeres. La causa del litigio estaba
debida a algunos versos contenidos en la canción: “Tapinha não dói" (que en una
traducción muy libre sería algo así como: “Una nalgadita no duele”). La parte agraviada era la ONG (Organización No Gubernamental) Themis, constituida por abogadas feministas, la cual después
de presentar el recurso, logró vencer la disputa. La decisión todavía no es final,
una vez que los inculpados van a recurrir a las instancias superiores.
En otras palabras, estamos una vez más ante el
conflicto entre los derechos individuales y la libertad de expresión.
Naturalmente, tan pronto la decisión fue conocida, la sociedad se dividió en dos
vertientes: a favor y en contra del parecer judicial. Para aquellos que
concuerdan con el punto de vista del juez, fueron salvaguardados el derecho de
las mujeres a no se someterse a los caprichos de sus compañeros y, más aún, el
derecho a su integridad física. En contraposición, están los que hacen una
lectura muy distinta. Para estos, la canción hace referencia a una relación
consensual, no cabiendo la idea de práctica de violencia.
Pongamos
por caso que la práctica del spanking (usar la mano o cualquier otro instrumento
para golpear los glúteos de la pareja, con fines voluptuosos) sea ampliamente
utilizada, ya que es una de las opciones más visitadas en los sitios eróticos. El
propósito de mi exposición es el de afirmar que este es un caso típico de mucho ruido y pocas nueces. La canción,
obviamente, tiene una carga erótica muy destacada, pero las mujeres (o la gran
mayoría de ellas) parece que no se molestan al oírla. Al revés, “Tapinha
não dói” fue un éxito estruendoso, cantado principalmente por las chicas. Es decir, la tesis de la ONG
Themis no encuentra respaldo hasta incluso entre aquellas a quienes deberían
proteger.
Finalmente, en situaciones como esta, la
frontera entre el respeto a los derechos individuales y la censura, es una
línea muy tenue. Dicho de otra manera, las decisiones para este tipo de problemas deben
ser muy bien fundamentadas porque, de lo contrario, es posible que se cometa
una arbitrariedad.
José Antônio de Moraes
Creo que es un tema delicado, imagino que cada persona tendrá su opinión formada. En mi caso, no me gusta ningún tipo de "golpecito", aunque también es cierto que, en ocasiones, hay palabras que duelen más que cualquier golpe...
ResponderEliminarQuerida Alma, buenos días.
EliminarLa existencia humana en este planeta es un proceso dinamico. Las costumbres son aceptas o rechazadas al sabor de la sociedad.
Es ciencia cierta que las practicas en una relación deben de ser consensuales.
Gracías por su visita.
José Antônio
Gracias José por hacernos reflejar com un tema complejo y paradójico, muy bien puesto.
ResponderEliminarGracías, amigo ....
EliminarJosé Antônio
Este es un tema muy delicado, pienso que proibir esta u otra cualquier seria volver al tiempo de la censura que vivimos en un pasado no muy distante. Expuesto eso, pienso que aquellos que se molestan con la musica, deberian simplemente no oíla.
ResponderEliminarQuerida Voiladora, buenos días.
EliminarHago mias tus palabras ...
Gracías por tu visita
José Antônio