El 9 de agosto de 1997,
"en paz, tranquilo, sin dolor ni sufrimiento", a los 61 años, murió
el sociólogo brasileño Betinho. Cerrando su dura batalla contra el SIDA,
fallecía de hepatitis C, adquirida, como el SIDA, en una transfusión de sangre.
En la temporada de Navidad, en la que el espíritu de la bondad y la solidaridad
nos rodean con más intensidad, Betinho es de aquellas personas que nos hacen
falta, aún más en un país tan lleno de desigualdades como Brasil.
Ya han pasado 23 años desde que se fundó la “Ação da Cidadania”, una ONG que trató de formar una gran red de movilización nacional para ayudar a los 32 millones de personas que, según los datos del IPEA, estaban por debajo de la línea de la pobreza. Este es un movimiento social basado en un concepto simple: la solidaridad, que todos podemos ejercerla.
Construido
en la época del Movimiento por la Ética en la Política, la “Ação da Cidadania
contra a Fome, a Miséria e pela Vida” se ha convertido en el movimiento social
más reconocido en Brasil. Su principal línea de acción es una extensa red de
comités locales, en su mayoría compuestos por líderes de la propia comunidad a
la que atiende, pero con la participación de todos los sectores sociales.
Los
comités desarrollan actividades regulares en las áreas de salud, educación,
cultura y generación de empleos y rentas, por lo que grupos de ancianos,
mujeres, niños y jóvenes se benefician en las comunidades donde actúan. Las
actividades se definen por medio de los comités, para la satisfacción de las
demandas de la comunidad, y ellos juegan el papel de los agentes locales de
ciudadanía, por consiguiente son los principales actores sociales de esta red.
Herbert
José Sousa, apodado Betinho, nació el 3 de noviembre de 1935 y fue el tercer
hijo de una familia de ocho hijos, incluyendo al dibujante Henfil y al músico
Chico Mario. Su infancia estuvo marcada por diversos acontecimientos inusuales.
En los primeros días de vida, tuvo hemofilia, una enfermedad que impide la
coagulación de la sangre. Durante su infancia, pasó ocho años viviendo en una
prisión, donde su padre trabajaba.
Herbert
J. Sousa comenzó su actividad política en la Juventud Universitaria Católica, en
Belo Horizonte (Minas Gerais, Brasil). Por aquel entonces, estudiaba en la
Universidad de Minas Gerais, donde se graduó en Sociología, en 1962. Luego
trabajó en el Ministerio de Educación y Cultura y en la Superintendencia de la Reforma
Agraria, siempre intentando hacer algo bueno para los que más lo necesitaban.
Después
del golpe militar de 1964, Betinho se involucró en la resistencia contra la
dictadura. Pasó siete meses en Uruguay y enseguida, de vuelta en Brasil,
trabajó como obrero en la ciudad de Mauá, en São Paulo. En 1971, Herbert J. Sousa
se exilió y vivió en varios países. En Chile, por ejemplo, enseñó en la
Facultad de Ciencias Sociales de América Latina y fue consejero del presidente
Salvador Allende, derrocado en 1973 por el general Augusto Pinochet. Escapando
de la dictadura chilena, Betinho se exilió en Canadá y acto seguido en México.
Hizo, entonces, un doctorado y fue profesor de la Universidad Autónoma de
México (UAM).
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La vuelta del exilio |
Con
la amnistía política en 1979, Betinho regresó a Brasil convirtiéndose en un
símbolo de resistencia política. Dos años más tarde, fundó el IBASE (Instituto
Brasileiro de Análises Sociais e Econômicas). Herbert J. Sousa fue uno de los
primeros intelectuales en abogar en nombre de Organizaciones No Gubernamentales
(ONG’s), que no dependían ni del Estado ni del sector privado. También fue uno
de los fundadores de la Campaña nacional para la reforma agraria. En
1990, el Movimiento “Terra e Democracia” que estaba liderado por él reunió en
Flamengo (Rio de Janeiro) a miles de personas que luchaban por la
democratización de la tierra.
A Herbert
J. Sousa le confirmaron el diagnóstico de la contaminación por el VIH -el virus
que causa el SIDA- en 1986, y que contrajera en una de sus numerosas
transfusiones de sangre debido al tratamiento de la hemofilia. En 1987 fundó la
ABIA, una asociación para luchar por los derechos de las personas que vivían
con el VIH o pacientes que tenían SIDA (Síndrome o conjunto de enfermedades que
debilitan el sistema inmunológico en los portadores de VIH). Betinho dirigió
esta organización durante once años.
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Chico Mario,
Henfil y Betinho
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La enfermedad también afectó a su familia: en un año
(1988), Betinho perdió a dos hermanos víctimas del SIDA. La mejor forma de
lidiar con esta nueva enfermedad fue hablando de ella. Herbert J. Sousa comenzó
una gran campaña en los medios de comunicación para iluminar a la gente acerca
de la enfermedad. En
1991, Betinho ganó el “Global 500”, el Premio del Programa de las Naciones
Unidas (UNEP), por su lucha en defensa de la reforma agraria y de los derechos de
los indígenas.
Al
año siguiente, Betinho dirigió el “Movimento pela Ética na Política”, que
culminó con la destitución del presidente Fernando Collor, en septiembre de ese
mismo año. Este movimiento plantó las bases del antes
mencionado: “Movimento Ação da Cidadania contra a Fome, a Miséria e pela Vida”.
Debido a la participación de
Betinho, el problema del hambre y la pobreza se hizo visible y concreto para
todos los brasileños.
Herbert
J. Sousa abrió varios frentes, especialmente en su relación con los medios de
comunicación. En 1993, fue considerado como "El hombre de ideas del año"
por el periódico Jornal do Brasil. Sin
embargo, Betinho siguió estando en activo hasta el final de su vida, afirmaba
que su estado de VIH+ le obligaba a "celebrar la vida todos los días".
Cuando
murió, ya muy debilitado por el SIDA y la hepatitis a los 61 años, dejó dos
hijos: Daniel, hijo de su primer matrimonio con Irles Carvalho, y Henry, hijo
del segundo matrimonio con María Nakano, con la quien vivió durante 27 años.
En
2006 se estrenó la película brasileña Três
irmãos de sangue, basada en la vida de los hermanos Betinho, Henfil y Chico
Mario. El 18 de agosto de 2010, la Comisión de Amnistía concedió a la familia
de Betinho una compensación mensual, más una cantidad retroactiva, a causa de
la persecución política sufrida por él durante la dictadura militar, demostrada
por los documentos encontrados en los archivos del antiguo DOPS (Departamento
de Orden Político y Social). Su viuda, María Nakano, también recibió el derecho
a una pensión vitalicia.
Durante
su vida, publicó varios libros, entre los que se destacan:
- Estreitos Nós (Crônicas).
Editorial Garamond
- Em fefesa do interesse nacional (Colección
de textos de diversos autores). Editorial Paz e Terra.
- No fio da navalha
(biografia). Editorial Revan.
- A cura da AIDS (Ensayos
sobre el SIDA y Políticas de Salud). Editorial Relume Dumará.
- Ética e cidadania (Entrevista).
Editorial Moderna.
- A lista de Alice (Crônicas).
Editorial Companhia das Letras.
- Como se faz análise de conjuntura.
Editorial Vozes.
- O Estado e o desenvolvimento capitalista no
Brasil (En coautoria con Carlos A. Afonso). Editoria
Paz e Terra.
- A zeropéia
(infanto-juvenil). Editorial Moderna.
- A centopéia que pensava
(infanto-juvenil). Editorial Moderna.
- A centopéia que sonhava
(infanto-juvenil). Editorial Salamandra.
- A centopéia que cantava
(infanto-juvenil). Editorial Salamandra.
El legado que dejó ya ha superado las barreras del
tiempo y de su presencia física. La continuidad de su lucha se refleja en los
diversos proyectos que siguen activos hasta hoy, veinte años después de su
muerte, en la “Ação da Cidadania”.
Un periodista escribió una
vez que: “Herbert José de Souza, simplesmente Betinho, encarnou, nos seus quase
62 anos de vida, no corpo franzino e no olhar expressivo, a expectativa de um
projeto de Brasil democrático, humanista, solidário”. Lo que pasa es que Betinho ultrapasó la simple expectativa
y la transformó en una búsqueda real.
“A cultura apareceu
para construir no campo arrasado, para levantar do chão tudo que foi deitado. O
que importa é alimentar gente, educar gente, empregar gente. E descobrir e
reinventar gente é a grande obra da cultura. Uma obra que será nossa. Será
porque a cultura continua a pensar, discutir, reunir, transformar. A arte sabe
e quer dizer mais, muito mais. A arte tem o poder de transformar, nem que seja
primeiro na ficção, na imaginação”. Herbert
J. Souza "Betinho"
Mariana B.
Bloguera
Biográfica