Brasil
es el país más grande de América del Sur y también es conocido por su
diversidad cultural, en consecuencia, su población está compuesta por una
mezcla de pueblos distintos, o sea, indígenas, africanos, portugueses, etc. De
ahí que, es posible percibir que en cada región de Brasil hay necesidades y
costumbres diferentes algo que dificulta y, a veces, hasta imposibilita la realización
de proyectos que van a atender o mejorar la vida de las personas.
La
región nordeste de Brasil es conocida por la riqueza cultural de su población:
por su producción artística o gastronómica. El Estado de Piauí ha presentado un
nivel alto en educación, tanto en la Escuela primaria como en Secundaria. No obstante, ese Estado posee 68
ciudades pequeñas donde no hay instituciones financieras, por esta razón, las
personas que viven allí cuando necesitan pagar una cuota o comprar mercancías
tienen que irse hasta otra ciudad que está ubicada a unos 20 km de distancia. Este
problema, además de a Piauí, afecta también a muchas ciudades de la región
nordeste de Brasil, que por tener muchas micropoblaciones no atraen a las
instituciones financieras, aunque los alcaldes de estas municipalidades les
ofrezcan a ellas algunas ventajas tributarias.
Esto
fue lo que ocurrió en São João do Arraial, que está lejos, a más de 250 km de
la capital del Estado de Piauí, Teresina, que se encuentra aislado de los
mayores centros comerciales y que tiene una población de poco más de 7 mil
habitantes. Se sabe que siempre existe el riesgo de que sus habitantes se
quieran cambiar de ciudad, sobre todo, por falta de condiciones mínimas de
supervivencia.
Por
eso, el alcalde de São João do Arraial,
que en la época era Francisco das Chagas Lima, vio la necesidad de aumentar la
circulación de dinero en la ciudad, tras una investigación realizada con la
población. El alcalde percibió que la mayoría de las mercancías compradas por
las personas eran adquiridas y producidas fuera de la región, por lo que no
había muchos bancos en la ciudad. En esta investigación quedó claro que las
personas necesitaban poco dinero efectivo, por lo que esto no atraía a las
instituciones financieras.
Entonces,
primero fue creado un fondo de apoyo a la economía solidaria para recaudar un
40% del total de la renta monetaria, generando aproximadamente 20 mil reales. En
consecuencia, el alcalde fue hasta una institución financiera en Palmas, Ceará,
(Estado brasileño) y en 2007 nació el primer banco comunitario de Brasil,
“Cocais”, y también una moneda con el mismo nombre. La institución pertenece a
la sociedad, pero tanto el ayuntamiento como otras personas forman parte del
consejo. Además de la distribución de la moneda, la institución funciona para
pagar los sueldos de los trabajadores de la región, recaudar tasas públicas,
como las de agua y energía eléctrica, etc.
Esta institución está reconocida por
el Banco Central de Brasil, siempre que la moneda sea usada solo en aquella
ciudad. Los billetes van desde C$ 0,50 céntimos hasta C$ 20 cocales. Según el
ayuntamiento, el crecimiento de la economía de la ciudad empezó curiosamente con
la adopción de la nueva moneda. Solamente en los dos primeros años de su
implementación, el comercio de la región movimentó 3 millones de cocales, lo
que representaba un 25% de los 12 millones que circularon en toda la ciudad.
Los billetes empezaron a ser distribuidos en 2007
La
creación del banco de los cocales
fue fundamental para la circulación
de renta en
la ciudad
(Foto: Catarina Costa)
|
El
coordinador de la institución de los cocales, Mauro Rodrigues ha dicho que, además
del aumento de la renta de la ciudad, ayudó a crear empleos y encima ha mejorado
la vida de los habitantes. “Hoy percibimos la circulación del dinero en la
ciudad y esto pone en marcha el comercio. Otro hecho importante es la inversión
en la producción en diversos campos, especialmente en la concepción de créditos
a las personas para empezar pequeños negocios. Hoy estamos seguros de que hay
C$ 25 millones de cocales en São João do Arraial”, explicó el coordinador.
Mauro
Rodrigues recuerda que también los concejales aprobaron, en la época, una ley
estableciendo que un 25% del total de los trabajadores del sector público de la
municipalidad recibiera sus sueldos en cocales, con el objetivo de mantener la
circulación de la moneda dentro de la municipalidad.
El
actual alcalde, Adriano Ramos ha
dicho que la circulación es de 25 millones de cocales, en São João do Arraial, y
que eso significa el mismo valor en reales, aunque haya otras instituciones
financieras o tiendas que también aceptan tarjetas de crédito, pero el cocal
sigue siendo la moneda más utilizada y, por lo tanto, todos los
establecimientos comerciales la aceptan.
Por
otra parte, el cocal tiene el mismo valor que el real (la moneda oficial del
Brasil), pero cuando las personas salen a la calle para hacer sus compras, la
ventaja es de cada 10 reales gastados, solo necesitarán 9 cocales para pagar las
cuentas, hecho que atrae aún más a las personas para el comercio de la ciudad.
Los
billetes están estampados con iconos de la cultura y la economía de la
municipalidad y también poseen un sello oficial para evitar las falsificaciones.
Por esta razón, en la ciudad de São João do Arraial, solo hay 3 policías, pues
hace muchos años que no hay robos ni se comete ningún crimen. Las personas
pueden caminar por las calles a cualquier hora del día y de la noche sin
peligro, algo que es raro en todo el país.
Emprendimientos
sociales como este, que realizaron los responsables de São João do Arraial,
invitan a reflexionar, ¿es realmente necesario invertir billones de reales en
nuevas tecnologías? Asimismo, las instituciones financieras solo buscan intereses
y ganancias, estableciendo nuevos hábitos y comportamientos, burocratizando la
vida de la población, o sea, el uso de tarjetas de crédito, inversiones en la
bolsa de valores, préstamos innecesarios, etc.
Por
fin, nosotros vivimos bajo todo esto “una tranquilidad aparente”, pero que
siempre resulta demasiado cara y que solo la percibimos cuando leemos en los
periódicos el total del lucro que obtuvieron las instituciones financieras ese mismo
año. En consecuencia, muchas personas que quieren resolver sus problemas
financieros en estas instituciones acaban por endeudarse mucho más.