En las selvas, desde el Sur de
México hasta el Norte de Argentina, vuela un depredador especializado en la captura de primates. Este depredador
se llama águila harpía. Sus dominios son los espesos bosques tropicales húmedos de tierras
bajas, por los que se mueve
con una sorprendente agilidad a pesar de su enorme tamaño.
Su nombre proviene del griego Harpe, que en la mitología encarnaba un monstruo con alas, garras afiladas y rostro de mujer cuyos excrementos emitían un olor muy desagradable que dañaba todo lo que tocaba. Así que es más que probable que fueran los conquistadores españoles los primeros que la llamaron así, cuando se adentraron en las exuberantes selvas de la amazonia, hace alrededor de 500 años.
Su nombre proviene del griego Harpe, que en la mitología encarnaba un monstruo con alas, garras afiladas y rostro de mujer cuyos excrementos emitían un olor muy desagradable que dañaba todo lo que tocaba. Así que es más que probable que fueran los conquistadores españoles los primeros que la llamaron así, cuando se adentraron en las exuberantes selvas de la amazonia, hace alrededor de 500 años.
El Águila
Harpía en datos:
Orden:
|
Falconiforme
|
Familia:
|
Accipitridae
|
Nombre
Científico:
|
Harpia
harpyja
|
Nombre
Común:
|
Águila
Harpía, Águila Arpía, Águila Real, Águila Monera
|
Características:
Estas aves alcanzan hasta 2,24 metros de
envergadura. El águila macho puede medir hasta 0,96 m y pesar unos 7 kg,
mientras que la hembra siempre es la de mayor tamaño y llega a los 1,08 m y 10
kg. El pichón puede pesar unos 96 gramos. Estos datos la convierten en el águila más grande de América y la segunda del mundo, tan
solo superada, en envergadura, por el águila de Filipinas, aunque
la harpía sea más robusta y fuerte.
En relación a sus garras, también son las más
grandes y poderosas: la garra trasera alcanza los 7 centímetros. Pero lo más impresionante es lo que puede hacer con
ellas: no solo consigue arrancar a monos y perezosos de las ramas de un árbol,
sino que se ha calculado que tienen la fuerza equivalente a las mandíbulas de
un perro rottweiler, ¡Solo que multiplicada
por 3! No es de extrañar, por lo tanto, que sean virtualmente capaces de
destrozar el brazo de un hombre con un solo movimiento.
Estas aves presentan “una cresta
negra que termina en dos puntas, pico de color negro, cabeza y cuello de color
gris, pecho negro, abdomen blanco, dorso negro, muslos barreteados, con
pintitas negras y blancas, cola barreteada con franjas negras y blancas de
forma horizontal terminando en negro, patas amarillas y plumas interiores de
las alas negras y blancas”.
Esta águila comparte un rasgo
peculiar con las rapaces nocturnas: “posee un disco facial que le permite
escuchar mejor los sonidos, cosa muy útil en un entorno en el que la penumbra
de la espesa selva, junto con el denso follaje, hacen en ocasiones muy difícil
el poder ver a los animales. Este disco facial (junto con la cresta de plumas
negras y eréctiles que tiene en la parte posterior de su cabeza) le permite
también expresar su estado de ánimo y alertar a su pareja de posibles amenazas”.
Sus presas preferidas son los monos, pero también entran en su dieta
perezosos, pequeños mamíferos y otras grandes aves,
iguanas, serpientes y puercoespines. En
total, se ha documentado que se alimenta de 19 especies de animales diferentes.
Su morfología está adaptada a las exigencias de su
medio natural, sus alas son redondeadas y no muy largas y su cola, de gran
tamaño, ejerce como un poderoso timón ideal para los violentos cambios de
dirección que exige cazar en un medio con tantos obstáculos.
Estas
formidables aves de presa, tienden a permanecer posadas en alguna rama bajo el
dosel arbóreo, esperando de manera paciente detectar alguna posible presa.
Cuando al fin la encuentran, alzan
el vuelo de pronto en una explosión de energía. Los machos, más pequeños y
ligeros, son también más ágiles y rápidos que las hembras, que capturan presas
más grandes y pesadas.
“Se
dice que esta ave es capaz de levantar y llevar en vuelo un peso tres veces
superior al suyo propio. En algunas ocasiones, durante el período de
alimentación de los polluelos, ambos sexos colaboran en la caza: uno de los
cónyuges distrae la atención de la presa y el otro aprovecha la confusión para
atacar desde otro ángulo. No obstante, a pesar de sus evidentes habilidades
cazadoras, esta especie solo caza un par de veces por semana”.
¿Te interesa saber más?
¡No te pierdas la próxima entrega!
Pepe Cocodrilo