EL GACETERO
Instinto es el impulso innato que nos mantiene vivos, el guion
para complacer tanto nuestras necesidades y deseos conscientes como los
inconscientes. Vivir bajo el instinto nos aproxima a los animales y nos sumerge
en el mundo oscuro de nuestro ser para aquietar la pasión. Por otro lado, si la
razón domina el instinto, como maestra que conduce la existencia, nos alejamos
de los sentimientos de nuestra naturaleza.
Sin embargo, podemos vivir por instinto o no. Si elegimos la
primera opción, podemos establecer una relación social que satisfaga nuestra
afición desmedida y estar condenados por la sociedad, ya que se sobrepone a la
razón y a las virtudes para solo obtener el placer que nunca se complace,
provocando la pérdida del juicio por no seguir las normas sociales. El extremo
de tener una existencia bajo el instinto conduce a un estado mental patológico,
volviéndose loco en busca del placer sin límites.
La aventura de dejarse llevar por la locura del deleite puede
estar relacionada con traumas del pasado ocultos en la memoria. Decidimos no
confrontarlos porque nos provocarían daños y sufrimiento. Por esta razón,
cuando los recuerdos traumáticos amenazan con emerger, los reprimimos. De
pronto, los sustituimos por actos que promueven placer para así olvidarnos de
lo que nos hace daño. (¿Para qué sufrir si podemos gozar?)
La serie Instinto nos presenta una historia con esta
complejidad. Un joven empresario de éxito busca llenar su vacío existencial con
el deleite del sexo, aunque de una manera nada saludable. Poca a poco, los
capítulos revelan el trauma que el protagonista sufrió en su infancia, el cual
sería la causa de su comportamiento subversivo.
Los personajes son introducidos en el drama de una forma
inteligente, distinta y fugaz, lo cual genera más duda sobre el joven
empresario y su pasado. Sin embargo, es un personaje muy reservado y perspicaz,
que no tiene miedo de las amenazas que emergen de su trabajo o de la vida
privada, apenas huye de los acontecimientos pretéritos que asedian su presente
como un fantasma.
Por ser un hombre obstinado, busca las respuestas para entender
qué le ha pasado, puesto que desea poner fin al dolor que domina su alma. No
obstante, el pasado, muchas veces, tiene que ser olvidado y nunca traerlo a la
memoria, al presente. Esto porque se puede descubrir algo que no solo cause
sufrimiento, sino que desvele los demonios que habitan en el ser.
El guion invita al espectador a viajar junto con el protagonista
por su mundo psicológico, retirando poco a poco los velos que esconden los
momentos pretéritos de su infancia. Como el joven, nos asustamos cuando la
verdad es revelada de una manera dura y cruda. La revelación de su pasado nos
deja en estado catatónico. No hay palabras para expresar qué le pasó, solo
queda angustia y pavor.
Así que, querido lector, si quieres vivir esta experiencia, mira
la serie Instinto y saca tus propias conclusiones sobre el protagonista
y haz una reflexión: ¿Debemos o no vivir bajo el instinto?
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