martes, 6 de diciembre de 2016

CUENTO: "¡Champán, bombones y felicidad!"

Ayer me tomé un desayuno en el hotel, con champán y bombones, ¡porque lo merezco y soy muy rica! Pasé una noche malísima, seguramente las plumas de las almohadas no eran alemanas, por esta razón, hoy deben de traerme las de gansos de Bélgica, pues son las mejores del mundo. ¡Es probable que no vuelva a este lugar, hay una gran falta de atención por parte de los trabajadores! Cuando llegué a la habitación solo tenía chocolates sin fresas y nadie tuvo la capacidad de llamar a mi secretaria para preguntarle qué tipo me gustaría más, diría que son unos vagos. En seguida, cogí mis trece maletas, mi baúl de joyas y le pedí al chofer que me trajera mi Ferrari.


Mientras pensaba en el mal tratamiento que recibí, intenté encender el motor de mi coche, pero al parecer no funcionaba, se había estropeado. Entonces, llegué a una sutil conclusión: “Quizás era una maldición que me habían echado”. Entonces, una persona rica y famosa como yo, me vi en el medio de la nada haciendo autoestop como un ser ordinario. Seguro que no aparecía ni un alma viva, ya iba a echarme a llorar emborronándome todo el maquillaje, cuando el móvil providencialmente sonó. 


Era Rodolfo que, por suerte, estaba cerca con su helicóptero y seguro que vendría a rescatarme. En fin, diría que las cosas, cuando parecen perdidas, a lo mejor no lo están tanto. De hecho, Rodolfo era el amor de mi vida y, además, estaba viniendo a buscarme para pedirme en matrimonio. Finalmente, me subí en su majestoso helicóptero donde había una sorpresa inesperada, un ramo de flores, al lado de una cesta con mis chocolates preferidos y un anillo de diamantes, los más raros de la Historia de la humanidad.


Total que, dos semanas después, alquilamos toda la isla de Mikonos, en Grecia, e invitamos a muchos famosos, entre ellos, Elton John (amigo íntimo de la princesa Diana de Gales), Paul McCartney, Alejandro Sanz, Diego Torres, Enrique Iglesias (¡ahora sin novia!), Neymar, Shakira y algunos otros. Cada invitado tendría su almohada con las maravillosas plumas de gansos de Bélgica y su chocolate favorito, ¡para que no pasasen lo que yo pasé! Así, nuestra noche siguió tranquila, alegre, llena de chistes y carcajadas. 

Bubu & Voladoira

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