A mí me gustan las personas con una gran sonrisa y
alegres, personas que viven con ganas e intensamente; me gusta oír las
historias de sus vidas, sus conquistas, me gusta sonreír a sus sonrisas.
Mi mujer y mi hija me dicen los domingos: “Vamos a tomar un
helado, ¡A nosotros nos gusta mucho!”, y yo respondo “¡Sí! A mí también. Lo que
me gusta, mucho más que apenas un helado, es estar juntos, felices y unidos.
Son momentos así los que hacen de nuestras vidas una verdadera preciosidad, un
tesoro que permanece para la eternidad.
Tú puedes preguntarme: “Ademir, ¿no hay nada o nadie que
no te guste?” Y yo te diré: “Claro que sí. Hay muchas cosas, como la violencia
de las ciudades, la miseria causada por las desigualdades sociales, que son
fruto de las malas elecciones que hacemos de nuestros políticos”. En un país
como Brasil, podríamos tener mejores condiciones y una distribución de la renta
más equitativa.
También debo añadir que a mí no me gusta la hipocresía, pero, son más las cosas que me gustan que las no me
gustan, excepto el quingombó, la remolacha y el guanábano... que no me gustan
tanto, como la hipocresía de la que hablé.
Mis gustos son simples, con 35 (treinta y cinco) años no
tengo grandes manías, solo tengo lo que agradecer por todo lo bueno y por lo malo
también, ya que nos hace ser mejores todos los días para ser jueces de nuestros
gustos y libres para elegir cosas y personas que enriquecen la vida.
¿Ya has sonreído hoy?
¡La sonrisa te va a gustar!
Ademir Oliveira
¡Que Guay!
ResponderEliminarGracias a todos incluso a Marta Perez por todo que haces a mi.
Todos nos quedamos felices cuando compartís trabajos y experiencias en español. ¡Nos enriquecemos siempre! Gracias a ti, Ademir.
EliminarGracias, Ademir Oliveira, por compartir con nosotros esta bella reflexión.
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