Estimados lectores(as),
¿vosotros ya habéis prestado atención al hecho de que ciertas personas tienen
el don de mitificar la época en la cual viven? Esto exactamente es lo que
ocurrió con James Dean, el mayor símbolo de la juventud norteamericana de los
primeros años posteriores a la Segunda guerra mundial.
Según sus biógrafos: “James Byron Dean (Marion, Indiana, 8/02/1931 - Cholame, California, 30/09/1955). Actor estadounidense que, tras cursar estudios de
arte dramático en Nueva York, inició su carrera trabajando en pequeños teatros
de Broadway. Su interpretación en El
inmoralista (1954), pieza teatral de A. Gide, le valió la oportunidad de
firmar un contrato en Hollywood. Finalmente, Jimmy,
como se le conocería más tarde, consiguió convertirse en actor de cine, poco
después de esto, cuando el director Elia Kazan le ofreció el papel principal de Cal Trask en la archiconocida película Al
este del Edén.
El director eligió a Dean por su similitud con el personaje, introvertido,
tosco, melancólico y apasionado.
Cuando llegó a Hollywood para trabajar en la citada película, se compró su primer Porsche, un Speedster 356 descapotable blanco. El
26 de marzo corrió sus dos primeras carreras y logró finalizar el primero en
una y el segundo en la otra. La famosa película empezó a rodarse el 28 de marzo
de 1955, en blanco y negro, pero al ver el éxito inicial de los fotogramas de Al este del Edén volvieron a empezar en color, por lo que se
terminó a los dos meses y la postproducción unos meses más tarde".
James Dean |
Se sabe a ciencia cierta que: "El 1 de mayo corrió en su tercera carrera donde
quedó tercero. En 1955 se puso a las órdenes de Nicholas Ray para protagonizar,
junto a Natalie Wood y Sal Mineo, Rebelde sin causa,
en la cual Dean daba vida a un
adolescente incomprendido y en desacuerdo con la realidad que le rodeaba. Después
rodó Gigante (Dean se unió al rodaje más tarde ya que
estaba terminando Rebelde sin causa),
película de George Stevens, junto a Rock Hudson y Elizabeth Taylor. Su personaje, Jett Rink, tenía también rasgos de Dean, ya que ambos eran personas solitarias. Mientras trabajaba en Gigante, Dean se compró un Porsche Spyder 550, bautizado como “Little Bastard” (“Pequeño bastardo”)
por Bill Hickman, otro corredor y amigo personal de Dean, que formó parte de su
equipo como instructor, siendo especialista
en rodajes de escenas peligrosas con coches".
En el ámbito privado: “Dean salió con muchas
mujeres, pero el amor de su vida fue la actriz Pier
Angeli, a quien conoció durante el rodaje de Al este del Edén”. A pesar de que la
madre de Angeli se opuso a ese romance, estuvieron juntos hasta que Angeli le
comunicó que iba a casarse con el cantante Vic Damone. “Dean no aceptó esa
decisión”, y según algunos biógrafos, “la golpeó”. Durante la ceremonia de la
boda de Angeli, se situó con su moto delante de la puerta de la iglesia y
mantuvo acelerado el motor para hacer ruido. Sin embargo, el matrimonio de
Angeli duraría poco tiempo.
James Dean y
Pier Angeli
|
Mis queridos lectores (as), tengo la impresión de que
somos testigos de un viejo refrán del medio artístico, el cual afirma que la
vida imita al Arte. ¡Las semejanzas entre el actor y el hombre son
absolutamente notables!
De los
tres largometrajes que protagonizó Dean, sin duda, Rebelde sin causa (1955)
fue el decisivo a la hora de forjar la leyenda que pretende hoy destacar esta
sección. La crítica ha sentenciado: “James Dean y la frágil Natalie Wood formaron,
en la película de Nicholas Ray, un dúo adolescente cuya identidad entra en
crisis al enfrentarse con el mundo de los adultos y con el de los de su misma
edad. El rostro angustiado de James Dean fue, sin duda, el mejor reflejo del
dolor de una masculinidad conflictiva enfrentada a los ritos de paso impuestos
para ingresar en la comunidad”.
La sinopsis de la película podría resumirse así: “Tres jóvenes con problemas familiares son los
protagonistas de Rebelde sin causa: Jim Stark (James
Dean), Judy (Natalie Wood) y Platón (Sal Mineo), que coinciden en la comisaría
tras ser detenidos. Como su familia ha cambiado de domicilio, el día siguiente
es para Jim Stark el primero en el nuevo instituto. Allí se reencuentra con
Platón, un joven reservado y solitario de quien enseguida se hace amigo, y con
Judy, que es la novia de Buzz, el cabecilla de una banda de jóvenes rebeldes. A
la salida de clase, Buzz, que ha detectado una cierta atracción entre Judy y
Jim, provoca a este hasta desencadenar una pelea con navajas. La aparición de
un profesor la interrumpe, quedando pospuesta.
Fotograma del duelo de Rebelde sin causa |
Esa misma noche, en un
acantilado cercano, el duelo ya no es con navajas; consiste en ver quién tarda
más en saltar de un coche, que avanza hacia un precipicio, a toda velocidad.
Buzz no lo consigue y se estrella contra las rocas. A partir de ese momento Jim
y Judy, acompañados por Platón, se verán envueltos en una espiral fatídica que
acabará con la trágica muerte de este último”.
Rebelde
sin causa (1955) no fue, quizás, la mejor película de Nicholas
Ray, pero sí la más emblemática y conocida de toda su carrera y la que reúne
prácticamente todas las características de su cine: “Un tema muy de su gusto,
con personajes jóvenes desesperados y, muchas veces, fuera de la ley, que
emprenden alocadas huidas hacia delante debido, en buena medida, a los
problemas de identidad y personalidad que sufren”. En cualquier caso, esta obra
transformó a “James Dean, enfundado en aquella cazadora reversible negra y roja
que tanto imitarían los jóvenes a la hora de vestirse, en el icono juvenil de
los prósperos y problemáticos años 50”.
“Aunque no tan míticos, no son desdeñables sus
trabajos en los otros dos filmes que protagonizó: el papel de Cal Trask, el
hijo repudiado y solitario de Al este del Edén (1955),
de Elia Kazan, y el abrupto y autodestructivo Jett Rink, que
acompañaba a Liz Taylor, en Gigante
(1956), dirigida por George Stevens a
partir de la novela de E. Ferber, y en la que Dean, en esta ocasión un peón de
rudos modales, consolidó su imagen de joven inconformista”. Al final, por este
trabajo obtuvo su segunda nominación al Oscar (póstuma) junto a su compañero de
reparto, Rock Hudson. No obstante, ambos fueron derrotados por Yul Brynner
gracias a su trabajo en El rey y yo.
Dean y Julie Harris |
“El 17 de septiembre (días antes de su muerte) hizo
un anuncio publicitario en el que advertía a los jóvenes que condujesen con
prudencia. Tan pronto como terminó el rodaje de la película, Dean fue a
competir en una carrera de automóviles en Salinas, cerca de San Francisco. La noche anterior dejó su gato a Elizabeth Taylor para que se lo cuidase, ya que temía que algo le
sucediese”.
Dean y Taylor en Gigante |
No, estimados lectores (as), no hay engaño en lo que
acabáis de leer. James Dean aparentaba prever que estaba en los últimos días de
su trepidante vida.
Los
momentos finales: “El 30 de septiembre de 1955, Dean enganchó el Porsche en su ranchera para llevarlo a Competition Motors para una puesta a
punto. Allí se reunió con el fotógrafo Sanford Roth y su amigo el actor Bill
Hickman. Su mecánico, Rolf Wütherich, pasó tres horas poniendo a punto el motor
de alto rendimiento y colocando un cinturón de seguridad en el asiento del
conductor. Antes de irse a Salinas, Dean paró en una gasolinera a seis manzanas
de su casa para repostar. Entonces decidió conducir el Porsche a lo largo de la
costa para hacerle unos
kilómetros (cuando en un principio iba a llevar el Porsche en el remolque de su
ranchera). Mientras Dean rodaba por la carretera, acompañado por su mecánico,
se le acercó en el cruce 41-46, en la localidad de Cholame (California), un Ford a gran velocidad, conducido por un
estudiante. Dean trató de esquivarlo, pero no pudo.
Se incrustó contra el Ford lateralmente
por la izquierda y se rompió el cuello en el choque, perdiendo la vida
instantáneamente el 30 de septiembre de 1955, a la edad de 24 años. El conductor
del Ford, que tan solo se rompió la nariz y se lastimó un hombro, murió de
cáncer en 1995, mientras que el mecánico de Dean salió despedido del coche, se
destrozó una pierna y se rompió la mandíbula, pero no murió, lo haría años
después en un accidente de coche en Alemania (1981). James fue enterrado en el Park Cemetery de Fairmount (Indiana). En
1977, se inauguró un memorial en su honor cerca del lugar del accidente, en
Cholame”.
Dean murió a unos 800 metros al este de este árbol |
Algunos investigadores, periodistas y biógrafos
encuentran ciertos detalles que cuestionan la versión del accidente. “Se habla
de un suicidio planeado, planificado por el propio James Dean. Para apoyar esta
extraña conjetura, se esgrimen diferentes teorías. La primera abre un
interrogante sobre por qué Dean no esquivó al vehículo con el que iba a
colisionar y que, según la declaración del mecánico Wütherich, no se explica. En segundo lugar, otro dato
esgrimido que lleva a pensar en que Dean buscaba de alguna manera la fatalidad
fueron las distintas visitas que realizó a algunos de sus mejores amigos y a algunos
de sus compañeros de reparto de sus películas. Se dice que tras el accidente
todos convinieron en lo extraño del caso, pues se había presentado, ante todos,
vestido con un traje oscuro, algo nada habitual en su vestimenta”.
En el año 1999, el
American Film Institute lo colocó en el puesto 18º como mejor estrella de
cine masculina en su lista AFI's
100 Years...100 Stars.
"Dean es un icono cultural de desilusión adolescente,
tal como se expresa en el título de su película más célebre: Rebelde sin causa. Un símbolo para toda una generación marcada por
sus ansias de libertad y en perenne conflicto con sus mayores”.
Al
conocerse la noticia de su fallecimiento, tenía apenas 24 años y los
adolescentes estadounidenses enloquecieron. “Se había cumplido lo de vive rápido, muere joven y deja un hermoso
cadáver, una de sus frases más comunes. Sin embargo, los mitos nunca mueren
y James Dean permanece en la memoria de todos como el ideal romántico del joven
rebelde que toda una generación asumió como ídolo y punto de referencia”.
“Hermoso,
indócil, tierno e incomprendido. Le bastaron tres películas para que su leyenda
de antihéroe confuso y desarraigado se viera catapultada al frío y reluciente
territorio de la inmortalidad, tras deshacer su deportivo una noche en una
curva de Salinas”.
De manera resumida
Sin
dudarlo, es posible garantizar que los pocos años de vida y la trilogía de sus
películas fueron lo suficientemente intensas como para que James Dean haya
podido influir corazones y mentes de personas de todo el mundo, desde 1955
hasta el final de los tiempos.
Pepe Cocodrilo
Notas Bibliográficas y citas:
https://www.ivoox.com/james-dean-audios-mp3_rf_12327457_1.html
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