jueves, 2 de marzo de 2017

La bellísima carta que Einstein le envió a Marie Curie

El 11 de noviembre de 1911, la famosa científica Maria Sklodowska-Curie estaba a pocos pasos de recibir el Premio Nobel de Química. Como es sabido, su primer premio lo recibió en 1903 en la categoría de Física. Por lo tanto, la obtención de un nuevo premio significaba que Curie sería la primera persona en el mundo en ganar alguna vez dos premios Nobel.


Por esto, nadie puede negar que Marie fue una de las científicas más importantes de la historia. Sin embargo, esto le valió también las miradas del mundo, sobre todo en lo que respecta a su vida personal. Por suerte, otros colegas como Albert Einstein le brindaron su apoyo incondicional cuando más lo necesitaba.

Pierre Curie falleció en 1906, en un accidente en la calle, por lo que Marie era viuda cuando comenzó una relación con Paul Langevin, un profesor de física que había trabajado con Pierre. El joven físico estaba casado, pero separado desde hacía bastante tiempo. No obstante, su esposa sucumbió a los celos e hizo públicas las cartas que Marie y Paul se habían enviado.


La población en general enloqueció, llamando a Marie “rompe hogares”. Al regresar de una conferencia, en Bruselas, se encontró a un grupo de personas frente a su casa, protestando contra ella. Al enterarse de todo el alboroto, Albert Einstein se lamentó de que la prensa hubiera tomado el tema de esa forma y que intentaran destruir la carrera de la científica.

En una carta asombrosa, Einstein le dijo a Marie Curie que no debía dar crédito a lo que la prensa publicaba. Sus palabras fueron simples, pero realmente consoladoras para una de las mujeres más brillantes de la Historia. Sin duda, es digna de ser leída nuevamente, para recordar a estas dos personas que tanto contribuyeron con la Ciencia. He aquí esa carta:

Muy estimada señora Curie:

No se ría de mí por escribirle sin tener nada sensato para decir. Pero estoy tan enfurecido por la forma en que actualmente el público ha osado interesarse por usted, que me es absolutamente necesario ventilar este sentimiento. Sin embargo, estoy convencido de que desprecia consistentemente a esta chusma, si se prodiga un obsequioso respeto de usted o si se intenta satisfacer el deseo de sensacionalismo. Me veo obligado a decirle lo mucho que admiro su intelecto, su impulso y su honestidad, y que me considero afortunado por haberle conocido personalmente en Bruselas.

Cualquier persona que no encaje entre estos reptiles ciertamente es feliz, tanto ahora como antes, ya que tenemos entre nosotros a figuras como usted, y Langevin también, personas reales con las que cualquier ser humano se siente privilegiado de mantener contacto.

Si la chusma continúa metiéndose con usted, simplemente no lea esa tontería, déjasela al reptil para el que fue fabricada.

Con los saludos más amables para usted, Langevin, y Perrin, atentamente,

A. Einstein”


Ya han pasado más de cien años, pero algunas cosas nunca cambian. El consejo que le dio Albert Eistein a Curie sigue siendo muy actual. No vale la pena darles margaritas a los cerdos. Siempre hay que comportarse como una persona, pero al mismo tiempo tener autoestima. Nadie tiene derecho a entrar en tu vida personal ni a calificarla siquiera.


Dama de Castro


Fuente:

http://www.elclubdeloslibrosperdidos.org/

1 comentario:

  1. Muy interesante el texto. Aparte me encantó la frase de Einstein: "No vale la pena darles margaritas a los cerdos".

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