domingo, 12 de marzo de 2017

Ciclos de la violencia de género: Características

Fragmento seleccionado del largometraje Te doy mis ojos (2003, España) de la directora Iciar Bollaín: 


La violencia de género es también conocida como violencia contra mujer, sin embargo constituye uno de los hechos más antiguos de la humanidad y no hace mucho tiempo que cobró importancia como tema a ser debatido, estudiado y también combatido. Su definición está incluida tanto en la Declaración sobre La Eliminación de la Violencia contra la Mujer de 1993, como en la Convención de Belém do Pará para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, documentos que constituyen uno de los instrumentos de derecho internacional de más gran importancia en la región de las Américas, entre otros escritos jurídicos. Tal tratado no hace más que repetir el concepto enunciado en la antes citada Declaración, además de resaltar su condición de grave violación de los Derechos Humanos de la mujer.

Por lo tanto, la comunidad internacional ha llegado a un consenso con respecto a este tema para reconocer como violencia “todo acto basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.

Formuladas tales consideraciones, resulta indudable que el vídeo muestra un acto de violencia de género del hombre hacia su mujer. De esta escena, igualmente, se notan los celos, la agresividad y el deseo de imposición de su voluntad por parte del hombre; mientras que, por otro lado, se nota el miedo, la ansiedad y el estrés de la mujer, por lo que se puede afirmar que la pareja que está viviendo la violencia de género en la denominada “primera fase” de su ciclo: La fase de acumulación de tensión.

Como fenómeno complejo que es, la violencia de género se presenta variable en sus formas así como en su desarrollo. Los especialistas en el tema que se han dispuesto a clasificarla, en general, han apuntado la existencia de elementos comunes que, a su vez, fueron agrupados en tres fases. La primera fase es conocida como la de acumulación de tensión y es, en general, seguida por la fase de explosión o agresión y esa, consecuentemente, va seguida de la fase de la “luna de miel”, en la que se produce un episodio de arrepentimiento por parte del maltratador, lo que conduce a la reconciliación de la pareja. Con respecto a las fases del ciclo de la violencia, hay que tener en cuenta que no siempre se dan todas las fases, así como que la violencia puede aparecer de forma repentina, sin un ritmo regular.

En el fragmento seleccionado, es evidente el comportamiento sumiso de la mujer que habla con un tono de voz bajo todo el tiempo e incluso pide le perdón a su pareja, en un nítido intento de que él no se enfade más con ella. Sin embargo, él sigue poniéndose más y más nervioso, dirigiéndole agresiones verbales y ofensas psicológicas hasta que le propina un pequeño empujón (aparición de la violencia física). En verdad, el término de la escena se produce con el contacto físico violento del hombre hacia la víctima; por medio de este empujón se demuestra que él ve y comprende su sumisión, no solo como una confirmación de la víctima de que tiene derecho a maltratarla, sino también como que su comportamiento violento hacia ella es eficaz para tener el control sobre sus actos.

Para concluir, no hay que se reconocer la fase de explosión o agresión como dominante en la escena porque no se nota que haya una pérdida de control absoluta por parte del agresor, puesto que no ocasionó “graves daños” en la mujer, como es típico en esa fase de violencia, en la cual la vida de la mujer o su integridad física corren peligro.

Rafaela Caldeira Gonçalves 

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