miércoles, 25 de mayo de 2016

Las increíbles musarañas

“¡Estás pensando en las musarañas!” Con esta popular frase que seguramente habréis escuchado o dicho en más de una ocasión, se refieren en muchos países de habla hispana a una persona que, en un momento dado, está distraída o absorta en pensamientos aparentemente inútiles o sin importancia. Sin embargo, muchos de los que la han usado o la usan es posible que no sepan decir cómo es o incluso reconocer a una musaraña si tuvieran la oportunidad de tener una delante.

Las musarañas son mamíferos que presentan más de 300 especies conocidas pertenecientes a 23 géneros diferentes. Esto las convierte en la más grande de las familias que componen el grupo de los insectívoros.  De aspecto y forma parecido al de un ratón casero, se diferencian del mismo porque sus patas son más cortas y, en particular, por el característico y largo hocico cónico, equipado con vibrisas sensoriales (son unos pelos rígidos, a modo de bigote). Los ojos son pequeños, su pelaje es corto, muy denso y aterciopelado. Sus orejas sobresalen claramente entre el pelaje. La cola es tan larga como la mitad de la longitud de la cabeza y el cuerpo, además tiene una serie de pelos largos, distribuidos de manera irregular, los cuales destacan de entre el resto.

Todas las musarañas son comparativamente pequeñas, varias apenas alcanzan el tamaño de un ratón. La especie más grande de este grupo es la musaraña casera, de Asia tropical, la cual tiene cerca de 15 cm. de largo y un peso cercano a los 100 gramos; por otra parte la musaraña etrusca tiene entre 3,5 y 5 cms. y pesa de 1,8 a 3 gramos, puede tratarse del mamífero más pequeño que existe.

Desde que vienen al mundo tienen ya sus dientes definitivos. Esto es un gran inconveniente para ellas mismas, ya que cuando se desgastan pueden impedir que el animal se alimente y provocar su muerte. Poseen un total de 28 piezas dentales, presentando en la mandíbula superior: 6 incisivos, 2 colmillos, 2 premolares y 6 muelas y en la mandíbula inferior: 4 incisivos menos que en la superior. La gestación tiene una duración aproximada de entre 27 y 33 días, lo normal es que sean menos de 30, y tras este período se produce uno de los 3 o 4 partos anuales en el que pueden nacer entre 2 y 10 crías, aunque lo más común es que nazcan 3 o 4 por camada.

Las crías pesan, al nacer, entre 0,8 y 0,9 gramos. A partir de la primera semana, ya se les puede observar el comportamiento típico de la caravana, en el que se trasladan de un lugar a otro en fila india, sujetándose unos a otros por la base de la cola, formando así una especie de tren o caravana, y permitiéndole a la madre, que va delante, mantener el control de los pequeños. A los 8 o 9 días abrirán por primera vez sus ojos, al tiempo que completan el pelaje. Los pequeños continuarán mamando hasta los 20 o 22 días.

Esta especie se encuentra en casi todo el mundo, exceptuando Australia o los sitios demasiado fríos, como los polos. La mayoría de las especies de musarañas son de tamaños muy pequeños, por lo que no son fáciles de ver en su ambiente natural, que son sobre todo los bosques. Otro medio que también busca la especie son los ambientes rurales algo humanizados, tales como proximidades de establos, cuadras, cortijos o cabañas de pastores, donde aparece como especie comensal del hombre.

Las musarañas construyen sus nidos aprovechando cavidades naturales de los árboles, entre las rocas y los muros de piedra o también entre la vegetación espesa. Los nidos tienen forma esférica y los acondicionan con musgo, hierba seca y hojas. Aunque la musaraña común se incluye dentro del grupo de los mamíferos insectívoros, completa su dieta con arácnidos, lombrices, reptiles y pequeños mamíferos, pero sin rechazar la materia vegetal.

Este mamífero pierde parte de su carácter territorial en invierno, época en la que comparte nidos comunes para agruparse con otros congéneres y tratar de darse calor entre ellos, pero también en esta época del año las salidas al exterior y cazas continúa haciéndolas en solitario. Las parejas se agrupan para procrear y el macho tiene cierta tendencia a proteger a sus crías, aun cuando son las hembras las que se muestran más agresivas frente a intrusos.

Su vista es pobre, debiendo desempeñar el sentido del tacto la misión de exploración y detección de alimento. Se sabe que emiten sonidos para comunicarse, pero son de costumbres solitarias. Ciertas especies utilizan ultrasonidos poco elaborados, eso si se los compara con el de los murciélagos. Las musarañas tienen una tasa metabólica tan alta, que no dejan casi de comer  a lo largo de todo el día, por lo que pueden tener actividad tanto diurna como nocturna, aunque prefieren esta última.

El corazón de una musaraña late a una velocidad difícil de imaginar y difícil de creer: ¡1 200 latidos por minuto!, lo equivale a ¡20 latidos por segundo! Y eso gracias a que el corazón de la musaraña es relativamente grande, sobre todo, en comparación con su tamaño corporal. Su vida es breve, de apenas un año, siendo los mamíferos con menor longevidad, aunque en cautiverio puede vivir hasta cuatro años.

La destrucción de hábitats y la lucha contra plagas forestales y agrícolas, empleando  métodos no selectivos, mediante la utilización de insecticidas de amplio espectro o fumigaciones en bosques afectados por plagas, ha supuesto en muchos casos una gran mortandad para la especie, bien por contacto directo con el producto o bien por el consumo de insectos o gusanos que han muerto envenenados (intoxicación); esto también ha provocado la disminución de la capacidad de fecundación y/o esterilización, principalmente por el uso ilícito de productos  derivados del DDT.

Hay que tener presente que la musaraña es una especie beneficiosa para los campos y bosques, por el papel de control biológico de insectos, gusanos, babosas, caracoles y arañas que realiza, por lo que debería ser una especie protegida y cuidada.

Se trata de los mamíferos más activos que existen. Muchas de las especies, en especial las europeas, comen su propio peso en insectos diariamente, y pueden llegar a morirse si se pasan más de cuatro horas sin comer, por eso se alimentan cada 2 o 3 horas y viven en lugares donde el alimento abunda. Por eso siempre están buscando con avidez pequeños insectos, arácnidos y gusanos, ya que son la base de su alimentación.

Sin duda, es admirable que un animalito tan pequeño posea un metabolismo tan extraordinario. Esta característica tan notable hace de las musarañas las mayores depredadoras terrestres, superando a tigres, leones o cocodrilos. Entonces, la próxima vez que tus oídos capturen la fatídica frase: “¡Estás pensando en las musarañas!”, no te enfades, puesto que ellas son merecedoras de nuestra reverencia, incluso aunque tan solo sea durante unos pocos minutos.

Pepe Cocodrilo
(Adaptado de diversas fuentes)



2 comentarios:

  1. Yo soy fan número uno de las musarañas... de tantas veces que las visito!!

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  2. Querida Pizpireta, buenos días.

    A mí también encantan estas criaturas tan notables, no obstante nunca he visto una ...

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