lunes, 16 de mayo de 2016

La otra Dulcinea: Catalina de Salazar y Palacios

Catalina de Salazar y Palacios nació el 01 de noviembre de 1565 en Esquivias (Toledo), España, en el seno de una familia de hidalgos. Se trataba de la única descendiente femenina de Catalina de Palacios y de Hernando de Salazar y Vozmediano, que fue la segunda hija del matrimonio que, además, tuvieron a Nicolás (1563, que murió siendo muy joven), Gonzalo (1573, fallecido en la infancia), Francisco (1577, que fue cura) y Fernando (1581, que profesó en la Orden de San Francisco).

Partida de bautismo de Catalina de Salzar y Palacios

En 1584 cuando su padre falleció, conoció a Cervantes cuando este llegó a Esquivias y pasó un par de meses con el fin de recuperar y editar unos manuscritos de su difunto amigo, el poeta español Pedro Laínez (1538-1584). Resulta que la viuda de su amigo, Doña Juana Gaitán, era vecina de Catalina y fue así como se conocieron Catalina y el soldado. 


Casa de Catalina en Esquivias (Toledo
Así que, mientras la niñez de Catalina discurría con naturalidad en Esquivias, esta se quedaría encantada con el viejo soldado (puesto que Cervantes tenía casi veinte años más que la joven esquiviana), que relataba sus andanzas por el mundo, su vida en Nápoles, sus momentos difíciles en la batalla de Lepanto y su cautiverio en Argel. Tal vez lo que le cautivó fue conocer tantas cosas que ella ignoraba.

El enamoramiento fue mutuo y rápido y duraría treinta años hasta la muerte de Cervantes, por lo menos por parte de Catalina. Catalina no era una experta en las tareas domesticas, como la costura, el bordado y el remiendo, pero tenía una buena educación que su tío, el párroco del lugar y que además los casaría, se había ocupado de darle.

Detalle de Catalina


Además de saber leer y escribir, también era una mujer de fuerte personalidad a la que le gustaba tomar sus propias decisiones. Las campesinas de aquel tiempo eran, en su gran mayoría analfabetas, mientras que ella tenía nociones de latín y otros saberes. 

Acta de boda de Cervantes y Catalina

Con tan solo 19 años, Catalina adquirió matrimonio con Miguel de Cervantes, que contaba ya con 37 años. El matrimonio fue celebrado por su tío, Juan de Palacios, en el día 12 de diciembre de 1584 en la parroquia de Santa María de la Asunción. Para los vecinos fue una boda un tanto extraña, además de por la diferencia de edad, no parecía una relación muy razonable, Cervantes ya había vivido muchas cosas y Catalina apenas había salido de su pueblo.

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (Esquivias)


Otro detalle importante es que Catalina no conocía aún el secreto tan bien guardado de la hija natural de Cervantes, Isabel de Saavedra (nacida en 1584). Seguramente su tío Juan de Palacios sí se hallaba al corriente de ello, como también lo estaban las hermanas de Cervantes, pues fue Magdalena quien le comunicó a este de la defunción de Ana Franca, ya que Cervantes se hallaba por esas fechas en Sevilla.


Entrada al pueblo de Esquivias, en la actualidad

Según la mayoría de los biógrafos, para Miguel de Cervantes habría sido una dura adaptación vivir en Esquivias, pues era un hombre que había conocido ciudades más populosas y cosmopolitas, por esto interpretaron sus viajes relacionados con actividades profesionales y literarias, como un pretexto para el abandono del campo y del tedio conyugal. 

En los documentos cervantinos, Catalina tan solo reaparece en agosto de 1586, cuando Cervantes recibió la dote de la familia de su esposa. En 1587, en cambio, hay informaciones de que la vida conyugal se tornara insoportable para Cervantes y fue cuando, el 28 de abril, por medio de un poder otorgado en Toledo de 1587, autorizó a su esposa Catalina a cobrar y pagar cualquier deuda; a vender bienes muebles o raíces y a tomar decisiones que le parecieran más convenientes. Consumando así la “disolución” del enlace, por lo menos de la convivencia, ya que legalmente continuaron casados hasta la muerte. 

En seguida Cervantes parte para Sevilla, donde en este mismo año fue nombrado Comisario de Abastos, de cereales y aceites, en Andalucía. Allí actuó como comisario de provisiones para la Armada Invencible. Después de un largo período separados, ellos se encuentran en Madrid en 1594 y pronto Cervantes abandona nuevamente a su esposa para trasladase hacia el sur de la Península, donde le ofrecieron responsabilizarse de la recaudación de dos millones y medio de maravedíes en concepto de tributos atrasados.

En 1595, el matrimonio volvió a reunirse en la ciudad de Toledo para la ordenación sacerdotal de Francisco Salazar y Palacios, uno de los hermanos pequeños de Catalina. En enero de 1602, Catalina y Cervantes volvieron a mostrarse juntos en Esquivias, donde estos se muestran en la calidad de padrinos en el bautizo de la hija de un matrimonio amigo. 

Casa de Cervantes en Valladolid (Foto de Archivo)

No obstante, ya iniciado el nuevo siglo, Catalina y Cervantes se instalaron próximos a la Corte, en Valladolid, en una casa donde compartían la compañía de su hermana Andrea, su sobrina Constanza, su otra hermana Magdalena y su hija natural Isabel, fruto de la relación que mantuvo con Ana Franca (esposa de un tabernero). 

Casa de Cervantes en Valladolid (España), en la actualidad

En 1606 la familia se trasladó con la Corte a Madrid, donde el matrimonio se mostró más unido. Catalina parece que supo "aceptar" la noticia de la hija de Cervantes, puesto que siempre estuvo a su lado, y le esperó tras sus frecuentes viajes por Andalucía, incluso tuvo que soportar las dudas de la gente, incluidas las de Lope de Vega, sobre su honorabilidad, debido a la fama que tenían Andrea y Magdalena, hermanas de Cervantes, de su sospechosa promiscuidad. Al parecer, nada de eso era importante para Catalina sino que la familia Cervantes se hallase reunida, puesto que una vez que los hermanos menores de Catalina, Francisco y Fernando, ya estaban ejerciendo sus cometidos espirituales, Catalina pudo dedicarse por entero a acompañar a Cervantes. Con el traslado de la Corte a Valladolid, comienza una nueva etapa en la vida de Cervantes y Catalina. Tiempo que les traerá satisfacciones en lo literario, pues Cervantes ve como sus obras van teniendo el éxito merecido: llega el primer Quijote. 

Entonces, una serie de acontecimientos se sucederán: El 8 de Junio de 1609, Catalina de Salazar y Andrea de Cervantes (hermana del escritor) reciben el hábito de la Orden Tercera de San Francisco, no claustral, y el 2 de Febrero de 1610 Magdalena de Cervantes (la otra hermana del escritor) hace lo propio también. El 9 de Octubre de 1609 muere, en Madrid, Andrea de Cervantes, a los 54 años, quedando su hija Constanza, de 34 años, a cargo de Catalina. El 28 de Enero de 1611 fallece en Madrid Magdalena de Cervantes, con 48 años, a quien Cervantes había confiado a su hija cuando murió su madre biológica, Ana Franca, y el 1 de Marzo de 1610 muere Isabel Sanz, de dos años, nieta de Cervantes. Desde octubre de 1611 hasta enero de 1612, Cervantes y Catalina permanecieron en Esquivias, al lado del hermano de Catalina, Francisco, que ejercía de cura en la Parroquia del dicho lugar. Se sabe esto porque se hallan empadronados en Esquivias, pero son "residentes en la Corte".

Casa del matrimonio Cervantes en Esquivias (Toledo)

En el primer testamento dictado por Catalina (fechado en 1610), donde ella deja a Miguel casi todos los bienes que poseía, queda explícito el amor y la buena compañía de Cervantes. También en este documento manifestó su voluntad inicial de ser enterrada en el coro de la iglesia de Esquivias, al lado del lugar en donde yacían los restos mortales de su padre:

Fragmento del Testamento de Catalina:
"Iten, mando que quando Dios sea servido de me llevar desta presente vida, mi cuerpo sea llevado al lugar de Esquibias, jurisdicion de la cibdad de Toledo, y me entierren en la sepoltura de Fernando de Salaçar Bozmediano, mi padre, que esta en el coro de la yglesia del dicho lugar junto a la grada del / altar mayor de la dicha yglesia, que está con su losa".

Y también indica:
"Iten mando al dicho Miguel de Zerbantes, mi marido, la cama en que yo muriere, con la ropa que tuviere, con mas todos los demas bienes muebles que yo tuviere, eçebto lo que mando al dicho mi hermano, esto sin que se le pida quenta al dicho mi marido, por el mucho amor y buena compañía que ambos hemos tenido".

Y por último manda:
"Iten mando al dicho mi marido una tierra de una aranzada, que llaman el Herrador, por sus dias, y después venga al dicho mi hermano Francisco de Palaçios, y después de sus dias la goze la dicha yglesia con la propia carga de la demas hazienda dicha en una clausula deste dicho mi testamento. Y en caso que dicha yglesia no quiera açebtar lo susodicho, que es majuelo o tierra, es mi voluntad de mandarselo al hospital de pobres del dicho lugar con la dicha carga, y se ponga en la dicha tabla con la otra clausula".


Sin embargo, en 1611, el matrimonio pasó un año en Esquivias y luego volvió a Madrid. Entonces, el 22 de abril de 1616, con la muerte de Cervantes, Catalina encarga al librero Villarroel que se ocupe de publicar la última obra inédita de su marido, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, además de decidir profesar la Venerable Orden Tercera, la de los Trinitarios. En este momento asimismo cambia su testamento y deja expresa su voluntad de ser enterrada en el mismo lugar donde estarían los restos mortales de su esposo.


Diez años después de la muerte del ilustre escritor español, en octubre de 1626, fallece Catalina y por su expreso deseo también es enterrada en el convento de Trinitarias, donde fueron encontrados recientemente sus supuestos huesos, junto a los de Miguel de Cervantes.

Cervantes en el Quijote realiza una descripción sobre la personalidad de Dulcinea del Toboso, la dama imaginada pero nunca vista por el caballero andante, que bien pudieran ser palabras para su esposa Catalina de Salazar y Palacios: "Puesto que la contemplo como conviene que sea una dama que contenga en si las partes que puedan hacerla famosa en todas las del mundo: hermosa sin tacha, grave sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por bien nacida y, finalmente, alta por linaje a causa que sobre la buena sangre resplandece y campea la hermosura con mas grados de perfeccion que en las hermosas humíldemente nacidas"

Voladoira & Goya


Bibliografía de consulta:

2 comentarios:

  1. Una vez más, ha sido muy interesante trabajar codo con codo con Voladoira, reconstruyendo la vida misteriosa y llena de lagunas de Catalina de Salazar. Ojalá disfruten esta lectura.

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  2. Que texto interesante! Siempre bueno saber un poco mas de quienes son parte de la vida de los grandes.

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