Ambientada en la ciudad cervantina de Guanajuato (México),
esta delicada película de 2009 inicia así:
Chano (Jorge Lavat), un
señor mayor que tenía una verdadera afición por Miguel de Cervantes, supo que
estaban preparando una obra de teatro para representar El Quijote. A él le gustaría participar como actor, pero fue impedido
porque la representación era solo para estudiantes, al menos eso le dijo el cuidador de
aquella Casa de Cultura.
Para sorpresa de muchos,
Chano decidió matricularse en la universidad. Entonces volvió al teatro, pero
el director tampoco lo aceptó porque era mayor. En el centro de estudios Chano
tuvo dificultades de adaptación, pero... !quien no las tiene!. Después de un
tiempo ya estaba consiguiendo convivir, principalmente, con cinco colegas que
se convirtieron en sus amigos. Estos, por coincidencia, eran los que ensayaban El Quijote en el teatro y los que no
estaban actuando bien. Se trataba de tres chicos y dos chicas.
Chano en el aula... |
Chano analizaba el
comportamiento de cada uno de sus amigos y tenía sugerencias sensatas para todos ellos. Utilizaba estrategias interesantes e inteligentes como, por ejemplo, para
desinhibirlos les pedía que leyesen fragmentos del Quijote a las personas desconocidas que paseaban por la calle; también estimulaba el
coraje de los jóvenes distribuyendo máscaras, como lo hacían en la Grecia
antigua, con el fin de que quien se la pusiera tendría que mostrar su
verdadera personalidad y sus miedos, angustias o debilidades.
Chano amaba muchísimo a
su mujer, Alicia, como si fuera el amor de don Quijote por Dulcinea. Así Chano se
deprimió mucho tras la desaparición repentina de Alicia. No comparecía más en las
clases, no recibía visitas de sus cinco amigos y ni tan siquiera de sus amigos
mayores.
Por sus sugerencias
sobre el libro del Quijote es de
suponer que Chano habría leído este libro más de una vez. Todo esto resultó en
una buena presentación de la obra teatral interpretada por sus amigos. Cada uno
de ellos desarrolló madurez para buscar soluciones a sus problemas
particulares. Problemas con las drogas, de comportamiento (con sexo con y sin
amor) y hasta el de un chico del grupo que, enamorado de una colega, asumió la
paternidad de una hija que no era suya. De hecho, Chano actuó en el teatro como
don Quijote, indirectamente.
Chano y Alicia, en un fotograma de la película |
Hasta que, en una
charla con aquel cuidador del teatro y con su nieta, estos le hicieron cambiar
de idea: empezó yendo al acto de clausura de final de curso de sus cinco
amigos. Uno de los cinco amigos era la oradora del grupo y cuando vio a Chano se
llenó de alegría, su rostro se iluminó y añadió a su discurso las cosas buenas
que el hombre les había enseñado: el
valor, el amor, el respeto y la compasión.
Con gran alegría Chano
supo que nació una hija de una de las chicas, que era su amiga, y también que
la estrenada madre le dio a su hijita el apodo que era de su mujer, "Sirenita".
Después Chano vuelve a la escuela para continuar los estudios.
El actor mexicano Jorge Lavat en el papel de "Chano", el estudiante |
Chano tenía cierto
parecido con don Quijote, además se preocupaba por el bienestar de los otros y defendía
a los más débiles, tenía además buen humor y sabiduría y también a Alicia a su
lado, como su Dulcinea. Chano fue un testigo que el Quijote todavía vive. Al fin y al cabo todos ganaron, el
estudiante y los estudiantes.
Paschoal Pedote
Concuerdo con Paschoal, se trata de una bellísima película que dialoga con la novela cervantina de un modo diferente; divertido a veces, dramático en otros momentos, pero con un juego permanente que te engancha hasta el final, haciéndote vibrar, soñar y, sí, también llorar... pero la vida es así, sorprendente. Gracias Paschoal, por este post tan elaborado.
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