Santiago Roncagliolo, 40 años, se dedica
a la escritura en los más variados formatos, puesto que es novelista, bloguero,
guionista y traductor, además de colaborador del periódico El País. Nacido en Lima, Perú,
cuando tenía solo dos años, su familia fue deportada a México por el gobierno
militar de su país. Más tarde, regresó a Perú, donde publicó sus primeras
novelas infantiles. En el año 2000 se trasladó a Madrid y, después, a Barcelona,
donde reside en la actualidad. Recientemente, impartió un taller de escritura
virtual que formó parte del Festival HayFestivalMéxico.
Con su novela Abril Rojo (2006), se convirtió en el ganador
más joven del Premio Alfaguara de Novela. Su último libro es La Pena Máxima (Alfaguara, 2014), un thriller que está ambientado en la
Argentina del Mundial de 1978 y aborda el fútbol y la política.
La noche del 20 de octubre de 2015, Santiago vino al
Instituto Cervantes de São Paulo (Brasil) para impartir una conferencia sobre
el humor en el Quijote. En el zaguán del
Instituto, ni se imaginaba que le esperaba un grupo de curiosos estudiantes de
español junto a la profesora Marta Pérez Rodríguez, a cuyo pedido de entrevista
Santiago atendió con gran simpatía.
El escritor entre los alumnos Roberto Feola y Danny Vallongo, que lo entrevistaron. / Foto: archivo personal |
Correveidile: Sabemos que tu Literatura se alimenta de tu
vivencia y de tu imaginación, pero ¿Cómo ocurrió esta transición de una Literatura
infantil hacia las novelas policíacas que te trajeron tanto éxito?
Santiago: Bueno, no
fue una transición. En realidad, yo varío mucho: escribo reportajes, libros de
historias reales, de ficción – algunos son policiales –, todos son más o menos
sobre el tema del miedo, que en ficción es un tema que me interesa. Pero cada
cierto tiempo, me gusta escribir un libro infantil porque, en el fondo, creo
que los niños tienen mucho más claro de qué se trata todo esto, qué es lo
básico, qué es imaginación y sensibilidad. Entonces, los grandes y la Literatura
es para grandes También el periodismo tiene muchas reglas: , cómo deben
ser los diálogos, los escenarios y la investigación de los personajes y la
profundidad y eso está muy bien. Sin embargo, cada cierto tiempo, disfruto
mucho de escribir mi historia simplemente disfrutando de imaginarla y de
escribir por el placer de imaginar un mundo que no existe, y poner ahí las
sensibilidades de los personajes con mucho color.
Además, tengo hijos,
entonces el último lo he hecho con ellos, mientras estábamos juntos en el zoológico.
Eso es una manera de amortizarlos porque solamente cobran, cobran, cobran, pero
no aportan dinero, lo básico, por eso que con un poquito se pagan solos.
Correveidile: ¿Qué consejo le darías a alguien que desea
empezar a escribir?
Paciencia… mucha
paciencia. Esta es la carrera más lenta del mundo, te pasas años, las
editoriales te rechazan. Luego, la gente tarda mucho en realmente poder
dedicarse a esto, por lo general, ves a los escritores del periódico y todos
son gente muy mayor. Tienes que estar dispuesto a, tiene que ser una vocación
muy fuerte para seguir escribiendo sin importar lo que pase y saber que es
posible que no pase nada.
Santiago estuvo en el Instituto Cervantes para una conferencia sobre el humor del famoso personaje Don Quijote. / Foto: archivo personal |
Correveidile: Pero tú has tenido éxito muy temprano…
Sí, pero nunca
sabes cuánto va a durar. En cualquier momento puedes dejar de estar tan bien. El
éxito tienes que disfrutarlo cuando lo tienes y saber que todo tarda mucho, que
es necesario mucho trabajo y mucha paciencia. Si estás dispuesto a hacerlo, ¡adelante!
porque vas a ser un escritor en cualquier caso, pero si de verdad no estás
dispuesto a hacerlo, ni empieces. No hace sentido pasarte cuatro años sufriendo,
¿no? Tiene más sentido pasarse cuatro años sufriendo para pasar un poquito, y
luego un poquito y luego un poquito, pero ir disfrutando de lo que haces.
Correveidile: Sobre la conferencia de hoy: ¿Por qué traer
para Brasil una visión revolucionaria del Quijote?
¡Oh, no es
revolucionaria!
Santiago Roncagliolo utilizó la obra de Andrés Trapiello como aporte en la conferencia. / Foto: divulgación |
Correveidile: ¿Política, tal vez?
Es lo más simple. Son
todas las cosas que generalmente no se dicen del Quijote. El Quijote es
una comedia, de hecho, después de que salga el primero tomo del Quijote, hay otro tipo que usa los
personajes y saca un libro apócrifo con los personajes del Quijote, como si fuese Schwarzenegger o Rambo, una franquicia de
comedia, y precisamente su fuerza, todo lo que nos sigue diciendo, radica en su
capacidad de burlarse de todo lo que está mal en España, en ese momento, burlarse
de los escritores también, burlarse del amor ideal, de la Literatura, de los
caballeros andantes. Todo es una gran burla y esas cosas y, a veces, cuando retornamos
ante un texto, lo tomamos como si fuese una misa, muy solemne, como si solamente
pudiésemos hablar de él usando palabras muy largas. A mí me interesa lo que te
da, como el verdadero sentido, el Quijote
no se entiende si no te das cuentas de que es una burla, de que es una comedia,
que es lo fundamental.
Correveidile: ¿Crees que tenemos que tener la capacidad
de reírnos de nosotros mismos, de nuestra situación humana?
Sin duda. Bueno, en
lo que escribo siempre hay mucho humor –negro, pero humor–, que también creo
que es un humor muy latinoamericano. Los brasileños también tienen una cantidad
de chistes atroces, sobre lo corruptos que son, sobre lo irresponsables, sobre
eso que llaman el “jeitinho” [risas]. El humor negro es eso que hacemos, igual
que en el Quijote, en los países en
los que hay problemas, usamos el humor para defendernos de esos problemas y
porque sabemos que es nuestra última victoria contra ellos: a lo mejor no los
podemos cambiar todos – nos gustaría –, pero podemos reírnos y, al menos, no
dejar que nos mate de depresión, no dejar que nos amargue. Es una pequeña
victoria contra la realidad y es la del Quijote.
Correveidile: Los brasileños tenemos ganas de reírnos de
las cosas porque es natural, casi cultural.
Un cantante
argentino, que se llama Charly García – que oía mucho cuando yo era chico –,
tenía una frase en una de sus canciones que advertía al mundo: “la alegría no
es solo brasilera” (risas). Y esa frase representa mucho todo lo que nosotros
hemos visto de Brasil siempre. Como una gente que es capaz de reírse de las
cosas, por terribles que sean y capaces de salir adelante porque es capaz de reírse
y no venirse abajo.
Correveidile: Tú nos comentabas, al inicio, el esfuerzo que
supone escribir y que hay que tener paciencia y creo que cuando fuiste a España
fue para intentar tener más oportunidades como escritor.
Sí.
Correveidile: Y hemos leído que llevas ya unos quince
años en España.
¡Quince años! Los
peruanos ya creen que hablo como español (risas). Los españoles no lo creen.
Correveidile: ¿Cómo es la experiencia de vivir en un país
extranjero y en particular europeo? ¿Te consideras ya adaptado? Y además, ahora
con la crisis, ¿en qué crees que ha cambiado para ti la vida y el trabajo?
Adaptado, adaptado,
supongo que siempre he estado adaptado. He vivido momentos difíciles pero, en
realidad, hay gente que lo ha pasado mucho peor. Lo único que va pasando con el
tiempo es que te conviertes en un extranjero en todas partes. Cuando voy a
Perú, ya mis amigos no son como yo dejé, ni mi país es como el que yo dejé ni
yo soy como él que se fue y todos hablamos con la ficción de que todo sigue siendo
lo que conocimos antes, porque lo conocimos, pero luego nunca terminaré de ser
un español, mis ideas son muy raras para un español. Soy demasiado liberal para
un europeo, demasiado socialista para un latinoamericano, demasiado todo para
todo. Todas mis ideas vienen de una experiencia que se relacionan con ideas porque
no tienen una experiencia compacta y única, de un lugar. Mis ideas vienen de
experiencias diferentes.
Correveidile: Incluso en México.
Claro, crecí en
México. Eso es pésimo para tu vida personal, pero es muy bueno para un escritor
porque, en realidad, lo que hace un escritor siempre es tratar de dar un punto
de vista diferente, una mirada diferente sobre las cosas que a lo mejor todos
vemos de la misma manera. El escritor, e incluso el periodista, trata de decir:
“Míralo desde este punto de vista”. Entonces ese es el valor que tiene nuestro
sitio, lo aprovecho mucho para mi trabajo.
Correveidile: ¿Sabes que hay una propuesta que ha sido
presentada oficialmente por el planetario de Pamplona y apoyada por la Sociedad
Española de Astronomía y el Instituto Cervantes para nombrar la estrella "Mu Arae" (nombre
científico) y sus cuatro exoplanetas para el nombre de Cervantes y los cuatro
principales personajes?
Y son Cervantes (la
estrella), Quijote, Sancho, Dulcinea y… ¿quién es el cuarto?
Correveidile: Sancho, Quijote, Dulcinea y… Rocinante
¡Rocinante! ¿Ah,
sí? ¡Me gusta! ¡Lo apoyo! ¡El Quijote
en el espacio!
¿El Quijote en el espacio? / Foto: divulgación |
Correveidile: Durante el mundial de fútbol 2014,
escribiste algunos artículos relacionados con el tema en tu columna, en El País. Parece que el fútbol despierta
tu interés, pero no solo como deporte sino también como un espejo de la
sociedad, de lo que somos y de lo que queremos ser y tener.
Mi última novela
habla de eso, está ambientada en el Mundial de Argentina, que fue un mundial diseñado
por la dictadura para esconder que, a dos kilómetros del estadio, mataban,
torturaban. Es un tema que me interesa mucho y que me está interesando justamente
en este momento. Y, además, uno de los artículos que escribí durante el Mundial
en El País fue inspirado por un amigo
brasileño, el escritor João Paulo Cuenca, que estaba justo en Barcelona en el
primer partido de Brasil contra Croacia, que Brasil ganó 2 a 0, 3 a 1, o algo
así. Cuenca estaba furioso, no hacía más que quejarse. Y yo le decía: “¿Por qué
estás tan quejoso? Están ganando”. Y me decía: “Porque Brasil no puede ganar
así, Brasil no puede jugar así, Brasil lo está haciendo pésimo”. Y uno de los
artículos fue para decir que es muy triste ser brasileño porque nosotros los
peruanos cuando empatamos ya celebramos, celebramos más que los brasileños, que
cuando llegan a la final y no ganan se deprimen, echan al entrenador.
Correveidile: ¡Imagínate el 7 a 1 contra Alemania!
Sí, ahí sí tenían
que deprimirse. Pero ya estaban deprimidos cuando ganaban antes, yo creo que eso
ha sido, básicamente, la manera de Dios de decir: “¿Sabes qué, quieren deprimirse?
¡Ahora van a saberlo!”
Correveidile: ¿Y hablaste con tu amigo después del 7 a 1?
No quiso hablar con
nadie de Brasil (risas).
Correveidile: Para terminar, nos gustaría que dejaras un
mensaje para los lectores de nuestro blog, acerca de tu visión y lectura
personal del Quijote. ¿Cuándo crees
que merece la pena empezar a leer el Quijote?
Y, además, ¿qué piensas que nos podrá aportar a nosotros que somos estudiantes
de Español como Lengua Extranjera (ELE)?
Yo creo que la
primera razón para leer el Quijote es
que es una gran novela. Es divertida, cuenta una época –una época muy interesante
además –, tiene personajes entrañables que representan emociones humanas muy
profundas. Pero… ¿Cuándo hay que leerla? Yo creo que es una novela para leer cuando
Alemania te ha dado 7x1 (risas). Es una novela para leer cuando te sientes
perdedor, es la historia de dos perdedores, es la historia de un loco que no
encaja en la realidad, que no cree en nada de la realidad y que escapa de la
realidad porque ya no le llena nada, y otro que es su escudero, o sea que imagínate,
¡El nivel de perdedor que es ya Sancho! Son dos perdedores que se niegan a
aceptar que el mundo es como es, que quieren que los molinos no sean molinos, sean
gigantes, que quieren que las prostitutas en las posadas del camino sean damas
inspiradoras de aventuras, que quieren que el mundo sea mejor de lo que es. En eso
representan a todas las personas, cosas que todas las personas hemos sentido.
Nos gustaría expresar nuestro más profundo agradecimiento
a Santiago Roncagliolo por habernos concedido esta entrevista con gran
cordialidad y simpatía. Al largo de toda la entrevista nos fascinó la
espontaneidad con la que nos brindó siempre un punto de vista o una anécdota
interesante, ¡sin importarle lo variadas que fueran nuestras preguntas! Fue,
sin lugar a dudas, una experiencia increíble.
Roberto Feola (C2) & Danny Vallongo (B1)
Me gustaría felicitar de manera entusiasta a los entrevistadores por el brillante trabajo realizado y aprovechar para invitar a todos los lectores de este post a que comenten sus impresiones sobre cómo perciben el humor en el 'Quijote' de Miguel de Cervantes, justo este año que se cumplen 400 años de su fallecimiento (1547-1616). Cómo nos hace reír el 'Quijote' desde nuestra perspectiva moderna?? O todavía se lee con esa idea de tragedia??
ResponderEliminarEnhorabuena, Danny y Roberto, espero que sigáis haciendo cosas en equipo. Un abrazo afectuoso,
Un trabajo maravilloso... Gracias Roberto y Danny!!
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