Salí en
busca de sus leyendas, caminé por entre los árboles, vi orquídeas perfumadas y
muchos pájaros, cuando me di cuenta, fui a dar a un lugar que tenía muchos
árboles de frutas; caminé por allí y fue atraída por un olor muy fuerte y
perfumado de limoncillo, seguí buscando de dónde provenía el olor, hasta que vi
una casita hecha de piedras con dos ventanillas y una entrada abierta hacía el
sur de la montaña del crucero, me acerqué un poco más y pude ver que en cada
una de las ventanillas había alas muy pequeñas y azules.
Asustada,
me di la vuelta y estaba intentando encontrar el camino para volver, cuando me di
de cara con una máscara de indio que me llamó mucho la atención, porque tenía
dientes muy pequeños y puntiagudos, como si fueran dientes de cobra. Esto me
asustó y fui caminando de espaldas hasta que, de repente, estaba en una rueda
con piedras doradas en el medio, me quedé un rato mirándola y, en aquel momento
el sol se ponía, fui hasta el medio del círculo y vi una flor, algo me impulsó
a cogerla, extendí la mano y un rayo de sol brilló en la flor y sentí un calor
tan fuerte que me hizo soltarla de inmediato. En este momento, escuché una voz
que venía de detrás mí, la voz decía así:
-"Este
es un sitio sagrado, el de los indios de la montaña, para estar aquí hay que
pedir permiso y ser aceptada…"
Cuando
giré hacia la voz, no había nadie y un viento muy fuerte sopló. Salí corriendo
de allí, me tropecé y me caí, en seguida me levanté y seguí corriendo hasta que
alcancé nuevamente la casita de piedra, me senté un poco, apoyé la espalda en
la pared, todo alrededor era naturaleza y la visión del sol sobre el valle era
una visión fastuosa y transmitía una onda de paz y misterio.
Por un momento olvidé que tenía miedo.
Cerré los
ojos y al momento sentí calor en la espalda, vi una imagen de un pájaro azul y
la pared empezó a latir al ritmo del corazón… tun…tun, tun…tun... Sin embargo,
sentí una conexión muy fuerte con aquel lugar, una vez más percibí el olor de
limoncillo, como si alguien estuviera próximo de mí, y cuando abrí los ojos vi a
un indio muy, muy grande con una llave en las manos. Lo miré y le pedí perdón
por no haber pedido permiso previamente, él me miró con una cara muy seria, me entregó
la llave y me dijo que, a partir de aquel momento, yo sería la protectora del lugar.
Antes de que pudiera protestar, el indio se giró y desapareció con el sol…
Me
desperté y vi a un niño con una cara muy asustada, que me dijo que todos me estaban
buscando hacía horas, y me dio su mano porque yo estaba caída en suelo, con
sangre en la cabeza y había allí una piedra dorada sobre otra piedra dorada.
Voladoira
Voladoira, tu texto es real o fue producto de la imaginación?? Me ha parecido muy interesante, sobre todo porque esos lugares existen de verdad!!
ResponderEliminarEl lugar, la casita, la mascara todo esto es real. Ahora los espiritus...estos son un mistério....
ResponderEliminarBesos