Me gustaría escribir algo sobre un artículo
que leí en el periódico español El País y que fue publicado por el
periodista Henrique Lazo.
En primer lugar, el científico Paul Echman,
neurolingüista, estudió reacciones faciales humanas ante situaciones en las
cuales se mentía. Además realizó estudios estadísticos en un gran número
de personas en tres continentes: África, Oceanía y América del Sur,
concluyendo que las microrreacciones faciales son iguales en todos los
seres humanos; ya con respecto al cerebro, este determinó que reacciona de forma autónoma por
centésimas de segundos, ante las mentiras.
Echman conseguía saber si alguien mentía o decía la verdad por los pequeños registros que se producían en la cara,
en un pequeñísimo intervalo de tiempo. De esta manera, Paul Echman lograba
hacerlo con tal éxito como si fuera un polígrafo o incluso algo mejor.
En segundo lugar, sigue un
ejemplo hipotético de la aplicación de estos estudios:
"Un hombre sospechoso de cometer un
crimen es llamado a la comisaría de policía. El comisario le pide que
cuente, con detalles, donde estaba a la hora del crimen. A continuación, le
pide al hombre que cuente la trayectoria de su casa hasta la comisaría. A
seguir, el comisario le dice: “cuéntelo al revés”.
Él lo hará con éxito porque tiene memoria,
pues el hecho es verdadero".
Pero sigue una trampa:
“Ahora, señor” le dice el comisario
“cuénteme al revés su coartada”. Si el hombre ha mentido en su primera
descripción, se pondrá nervioso, se sentirá desconfortable, pues no tendrá
memoria del hecho; tendría que inventarlo de nuevo y su obnubilación haría
con que no lograse hacerlo. Nadie consigue repetir igualmente las
secuencias de las mentiras. Después de esto, el hombre, será aún más
sospechoso.
Otro ejemplo, esta vez en la literatura, es
la magnífica descripción al revés, en el cuento del cubano Alejo
Carpentier titulado: “Viaje a la semilla”.
Finalizando, el método de Paul Echman es
una herramienta a mayores en las investigaciones detectivescas, y quizá en muchas otras, donde se busca la verdad.
Paschoal Pedote
Qué interesante! me ha gustado mucho este artículo
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