Borges no fue el único en imaginar una versión
para la Biblioteca de Babel, pero fue su cuento el que me presentó el
tema, así que será mi referencia para que también elucubre algo acerca de
esta idea fascinante.
En primer lugar, es necesario
describir la biblioteca. De hecho, es una estructura física, con
interminables galerías hexagonales que comportan anaqueles y anaqueles,
que comportan libros. Aunque podamos pensarla como metáfora -hay quien la
llame "Universo", y además somos todos bibliotecarios,
guardianes de nuestros anaqueles-, Borges nos brinda detalles de
construcción de la biblioteca que la hacen creíble, tales como el gabinete
para satisfacer las necesidades finales.
Todos los libros tienen tamaño y
cantidad de hojas fijas, usan solo 25 símbolos gráficos (22 letras, coma,
punto y espacio) y hay cuantos libros sean necesarios para representar
todas las combinaciones de tipos posibles, poco importa si el texto tiene
sentido, o mejor, si lo comprendemos.
Por consiguiente, se deduce que la
biblioteca abarca todo el conocimiento que existe y que un día podrá
existir: la cura de enfermedades terribles, la gramática de lenguas
muertas y futuras, la respuesta a los misterios de la ciencia. No
necesitamos crear nada, basta que busquemos la información que ya está en
algún libro, no sabemos dónde.
Al principio, la noción de que
podemos acceder a todo este conocimiento que está listo nos da la
sensación de poder sin límites, pero la verdad es que el paso del tiempo
nos hará infelices, pues hay demasiados libros. La biblioteca es eterna,
la humanidad no lo es.
Entre todos los libros, hay uno que
es el guión, la clave para la interpretación de toda la biblioteca y la
completa comprensión de sus orígenes y organización. Imagino que este
libro se encuentra en algún anaquel cuya guardia le tocó a un
bibliotecario descuidado, el cual, tomado por el cansancio de la búsqueda,
lo miró, tocó su lomo sin sacarlo del anaquel y después siguió adelante.
"Seguro que es uno más de los muchos sin sentido alguno".
Roberto Feola Lopes da Silva
Da gusto que un alumno de ELE pueda elucubrar sin límites sobre la Biblioteca de Babel. Felicidades por el gran trabajo que hacéis en el blog.
ResponderEliminarBeto, ¡Enhorabuena! ¡Muy orgullosa de tu trabajo, tanto que me dieron ganas de leer este libro! Besos
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