Ya cesó
Si el destino nos ha traicionado
y los besos que me diste se los llevó con él
a aquel tiempo en el que se encuentre,
¿qué me queda, sino el lamento por lo que fue y ya cesó?
Recuerdo cuando tus ojos me miraban
y ceñido a ellos mi cuerpo
había fuegos de artificio en mis entrañas
y palabras inspiradas que mis labios derramaban.
Y al ver esos mismos ojos, durmientes,
con tu mejilla sobre mi pecho,
yo pensaba:
¿qué no me harías con ellos abiertos?»
Palabrerías ahora, porque
¿qué me queda, sino el lamento por lo que fue y ya cesó?
Y me estremecía sobre el lecho
porque tu piel y la mía se tocaban de punta a cabo.
Pero eso nos fue arrebatado
por ese destino ingrato y no aceptado.
Disimulando, oculté mis aún sangrantes heridas
cuando hace poco te vi pasar en tu coche.
Llevabas junto a ti tres vidas:
tus dos hijas y al que llamabas, qué ironía, «el fantoche».
Mas ahora,
¿qué me queda, sino el lamento por lo que fue y ya cesó?
Y a ver si me convenzo de una mísera vez,
que lo que fue ya cesó.
Ya cesó.
David Sánchez Florio
Escritor español
@buracnam
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