miércoles, 23 de noviembre de 2016

El teléfono convencional


Estimados(as) lectores(as):

¿Vosotros seríais capaces de definir qué es un teléfono? No es fácil, lo sé, pero de manera muy sencilla, se podría decir que eteléfono es un dispositivo de telecomunicación diseñado para transmitir señales acústicas a distancia por medio de señales eléctricas. 


El hombre que inventó el teléfono fue Antonio Meucci que lo bautizó como teletrófono. Durante mucho tiempo, Alexander Graham Bell fue considerado el inventor del teléfono. Sin embargo, Bell fue solamente el primero en patentarlo. Así, el 14 de enero de 1876, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución 269, por la que se reconocía que el inventor del teléfono había sido Antonio Meucci y no Alexander Graham Bell.

Alexander Graham Bell



En 1876, tras haber descubierto que para transmitir voz humana solo se podía utilizar una corriente continua, el inventor escocés, naturalizado en EE.UU., Alexander Graham Bell construyó y patentó el que sería conocido como primer teléfono, capaz de transmitir y recibir voz humana con toda su calidad y timbre. Tampoco se debe dejar de lado a Thomas Alva Edison, que introdujo notables mejoras en el sistema, entre las que se encuentra el micrófono de gránulos de carbón. 


Funcionamiento del teléfono fijo


Aparato de inicios del siglo XX
El concepto básico para entender cómo funciona un teléfono fijo ha sido siempre el mismo: la idea de que el sonido se puede transformar en señales eléctricas, transportarse y transformarse de nuevo en sonido en otro teléfono situado al otro lado de la ciudad o incluso de un océano. Según todo indica, “teléfono” es un buen nombre para este aparato, ya que procede de dos términos griegos que significan “sonido lejano”.

En un sistema telefónico, la transmisión se basa en el paso de un flujo de corriente, a través de un circuito, cuyas variaciones de intensidad están marcadas por el cambio de resistencia de dicho circuito. El aparato encargado de modificar la resistencia y la intensidad de la corriente es el micrófono. 

Los micrófonos son unos transductores que están encargados de transformar la energía acústica en energía eléctrica, permitiendo así el registro, almacenamiento, procesamiento y transmisión de las señales de audio. Tanto los micrófonos como los altavoces, son los elementos más importantes. Sin embargo, no existe el micrófono ideal, debido a la sencilla razón de que no hay un único ambiente acústico o un único tipo de sonido. 

Diagrama básico del teléfono

Uno de los primeros micrófonos utilizado fue el micrófono de carbón, que llevaba incorporado un dispositivo de forma cilíndrica, con pequeños granos de carbón. El carbón altera el grado de conductividad de la electricidad en función del factor presión. En uno de sus extremos, el micrófono presentaba una pequeña membrana móvil que, como si de un tímpano se tratara, variaba su presión sobre los granos de carbón, por efecto de las ondas sonoras. La variación de las ondas sonoras generaba cambios de presión en la membrana, de los que se derivaban, a su vez, variaciones de intensidad en la corriente que atravesaba el circuito. La intensidad cambiaba, por lo tanto, al mismo tiempo que lo hacían las ondas sonoras. 


La mayoría de las personas cree que la velocidad de transmisión de la voz humana en un teléfono es la velocidad del sonido, no obstante, el teléfono emite señales eléctricas que se propagan a la velocidad de la luz.

Cuando se inauguró el servicio telefónico en 1879, todas las llamadas se hacían a través de un operador. En estas centrales manuales, cuando el receptor descolgaba, aparecía una señal en la oficina central, entonces, el operador contestaba. El número que se solicitaba se obtenía cuando el operador establecía la conexión con la línea apropiada, que era de modo directo con el número o a través de otras centralitas. 

Con la evolución de los aparatos automáticos, ya era posible llamar a otro abonado sin la intervención del operador. El disco de marcar de un teléfono automático producía impulsos eléctricos que, cuando llegaban a la central, hacían funcionar conmutadores y estos lo conectaban a uno con el número marcado. Eso sí, todas las llamadas a larga distancia estaban controladas por un operador que registraba el precio de la misma. 


Resuelto este problema, los abonados tenían acceso a las líneas de larga distancia (en algunos casos), gracias al sistema S. T. D. (del inglés Subscriber Trunk Dialling, que significa algo así como “marcado del abonado a distancia”). En la época, existían varios procedimientos para marcar a distancia, ya que en cada país eran diferentes los sistemas de numeración y de pago. Todo dependía del hecho de marcar una secuencia de números o letras, para que así llegara a ser posible marcar un número situado en cualquier parte del mundo. 

Centralita telefónica y sus respectivas operadoras

Cuando el abonado marcaba sus propias llamadas, el aparato automáticamente dirigía la llamada y registraba el precio, de acuerdo con la distancia y duración. Cada grupo tenía un número clave. En muchos casos, estos números constaban de tres dígitos o letras, pero hubo una tendencia a que, sobre todo en las ciudades más importantes, se dispusiera de una clave de un solo número y a que las ciudades grandes tuvieran dos cifras. En el caso de los demás grupos, se conseguía esto marcando tres números o letras. 

En general, las llamadas a larga distancia se pagan en función del tiempo y la distancia, que se mide desde un punto determinado. Este precio se registra en un contador que va unido a la línea del abonado que hace la llamada. Cuando el número marcado contesta, se mandan señales al contador y cada una de estas señales aumenta una unidad. 

El sistema calcula la rapidez de las señales seleccionando la línea apropiada del generador de señales. Si la llamada es de larga distancia, estas señales llegan al contador con más frecuencia que si se tratara de una distancia más corta. En relación al cómputo del tiempo, cuanto más dure la llamada, más unidades se registrarán. 

¿Sabes cómo funciona realmente un teléfono móvil?
Si esto te interesa, espera la próxima entrega de esta sección. 

Pepe Cocodrilo









Notas bibliográficas y citas:
CRUZ, Juan de la. Los ojos manipuladores del dragón. Capítulo 7: "Efectos e influencia: el celular inteligente del ojo más popular del dragón". Estados Unidos: Palilibro LLC, 2014.

1 comentario:

  1. El teléfono tradicional me proporcionó muchos momentos de felicidad y fabulosas conversaciones, así como amistades. Ahora ya nada es igual... Gracias pepe, por ayudarme a recordar momentos de ternura.

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