Los alumnos de C2-sábado preguntan a especialistas de Historia y Literatura españolas sobre temas relacionados con la República española, la Guerra Civil y la Dictadura franquista. He aquí los resultados de este encuentro...
Lipe de Vega pregunta…
Al contrario de en otras dictaduras de la misma época, la franquista
duró más de treinta años, ¿a qué se debió su éxito?
Decía Franco que todo estaba atado y bien atado. La represión fue muy
brutal, sobre todo en los primeros veinte años, y eso imposibilitó un
movimiento interior de contestación al régimen. También le favoreció a Franco
la situación internacional de Guerra Fría. El odio del dictador hacia todo lo
comunista y masón hizo que las potencias democráticas occidentales, aunque
condenaran el régimen franquista, en muchas ocasiones miraban para otro lado,
en especial los Estados Unidos. Franco les venía bien como un país occidental
cuyo régimen (dictadura de derecha) era todo lo contrario al soviético (aunque
este era una dictadura también, pero de izquierdas). Ejemplos de esta
“permisividad” son los acuerdos sobre las bases norteamericanas instaladas en
nuestro país y la entrada de España en la ONU.
¿Si el bando republicano hubiese perdido las elecciones de 1936, cree
que hubiera habido guerra?
El bando republicano no perdió las elecciones d 1936. Quien las perdió
(dentro también de la República) fue la CEDA, un grupo de partidos de derecha,
que había gobernado los dos años anteriores, de 1934 a 1936. El ganador fue el
Frente Popular, una coalición de partidos de izquierdas.
Puede ser que el triunfo del Frente Popular avivase los intentos
golpistas, pero la guerra civil no fue la consecuencia de estas elecciones,
sino el golpe de Estado. Si este hubiese triunfado en toda España no hubiese
habido guerra civil, y lo mismo hubiera ocurrido si hubiese fracasado en todos
los sitios.
¿De qué acusaban a Lorca para justificar su muerte?
De colaborar con la II República en el bando de izquierdas, de criticar
a la burguesía, sobre todo a la granadina, de ser homosexual y de pertenecer a
una familia pudiente que tenía veleidades artísticas y que había tenido
problemas de lindes de tierras con otros terratenientes.
Sissi pregunta…
¿En
algún momento, tras la Guerra Civil o el Franquismo, hubo algún juicio de los
delitos cometidos tanto por el bando de los sublevados como por el bando de los
republicanos?
Juicio, lo que
se dice juicio, que yo sepa no ha habido. Lo que sí se está intentando desde la
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica es devolver la dignidad
a las personas que fueron víctimas de la represión franquista.
La Asociación
para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) surgió a raíz de la
exhumación de una fosa común en la que se encontraban los restos de 13
republicanos civiles asesinados por un grupo de pistoleros falangistas el 16 de
octubre de 1936. Ocurrió en la localidad leonesa de Priaranza del Bierzo, en el
mes de octubre del año 2000. Numerosas personas acudieron al lugar de la
excavación para pedir ayuda en la búsqueda de desaparecidos. Y un grupo de
personas decidieron crear la Asociación para prestarles esa ayuda.
Desde entonces,
con la colaboración de numerosas personas, han podido ayudar a decenas de
familias a recuperar los restos de sus seres queridos y a cientos de ellas a
conocer el destino que corrieron sus familiares. Se trata de algo que hasta
ahora no había hecho por ellos una democracia que tras la muerte de Franco
construyó una transición fundamentada en el olvido, consolidado en la Ley de
Amnistía aprobada, en octubre de 1977, con los votos de la izquierda
mayoritaria en el Congreso de los Diputados. Esa ley dice en su Artículo 2.f
que quedan incluidos en la amnistía “los delitos cometidos por funcionarios y
agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas”.
De ese modo quedaba declarado impune cualquier delito o violación de los
derechos humanos cometida antes del 15 de diciembre de 1976.
Para todo ello
desde el año 2000 trabajan desde la Asociación para dignificar nuestro pasado,
pedir justicia a los que la merecieron y no la tuvieron, y profundizar en nuestra
democracia.
Considerando
que la Iglesia Católica en España tomó parte en la Guerra Civil, ¿cuál fue la
posición del Vaticano?
Según el diario oficial de la
Santa Sede, el entonces secretario de Estado vaticano expresó sus
"simpatías" hacia quienes defendían "los principios del orden y
de la civilización cristiana". Por tanto, está claro que el Vaticano
estaba a favor de los sublevados, sobre todo, tras la quema de iglesias por
parte de los “rojos”, violaciones de monjas, etc.
Como
Lorca ya era bastante conocido, tal vez podría haberse exiliado tras el
comienzo de la Guerra Civil. ¿Hay alguna explicación de por qué no lo hizo?
A él le
ofrecieron ayuda las embajadas de Colombia y Méjico, porque sabían que corría
peligro en España. Sin embargo, Lorca pensaba que en Granada no iba a tener
ningún problema. Todos los veranos los solía pasar allí con su familia para
festejar la onomástica de su padre y la suya propia, y consideró que ese año de
1936 no tenía que ser diferente, a pesar del clima bélico que se respiraba en
España y del estallido de la guerra tras el golpe de Estado. Su decisión tan
atrevida le costó la muerte, como ya sabemos.
Jack pregunta…
Las muertes de José Castillo, por el lado republicano, y
Calvo Sotelo, por el lado de los sublevados, ¿fueron los disparadores de la Guerra civil española?
José del Castillo Sáenz de Tejada
(Alcalá la Real, Jaén, 29 de junio de 1901 - Madrid, 12 de julio de 1936) fue un militar español que se destacó durante la II
República Española. Sería su
asesinato junto con el asesinato del diputado derechista José Calvo Sotelo los que la historiografía ha considerado
como detonantes de la Guerra Civil española.
La conspiración militar en realidad había comenzado en el momento mismo de
ganar las elecciones el Frente Popular.
¿Se puede decir que Buenaventura Durruti fue el mayor
símbolo obrero durante la Guerra civil?
Buenaventura
Durruti fue un legendario luchador anarquista, que llegó a Madrid el 14 de
noviembre de 1936. Una semana más tarde moriría debido, casi con seguridad, al
disparo accidental de un fusil en su coche cerca de la Ciudad Universitaria,
pero lejos del escenario de los combates. Circuló el rumor de que lo había
matado un francotirador rebelde. Muchos anarquistas acusaron a los comunistas
de haber asesinado a su líder. Los comunistas replicaron que había sido
asesinado por sus propios hombres, que le odiaban debido a su determinación de
imponer disciplina. Las recriminaciones mutuas en torno a su muerte
proporcionaron un motivo más a la dura confrontación que ya había entre ellos.
Evidentemente, es una de las grandes referencias del anarquismo español, un
luchador para instaurar en España el comunismo libertario. Con la llamada
Columna Durruti luchó denodadamente contra el fascismo. Visto desde este punto
de vista, podríamos decir que si no fue el mayor símbolo obrero durante la
Guerra Civil, sí fue uno de los más importantes. Sin embargo, no hay que
olvidar otras personalidades en este ámbito de la lucha obrera, como: Francisco
Largo Caballero, Ascaso, Luis Araquistain, y otros…etc.
Los sublevados que se autodenominaron “nacionales”
ganaron la Guerra civil y España, durante ese tiempo, se convirtió en un país
retrasado con respecto al resto de Europa durante más de 30 años, pero eso sí,
se mantuvo unificado. ¿Cómo estaría España hoy si los republicanos hubieran
ganado la guerra?
Dar una respuesta a esta cuestión es jugar un
poco a las adivinanzas. Es difícil preverlo, pero creo que tendríamos una
situación parecida a la actual, aunque con mayor antelación de tiempo. Es
decir, el Estado de las Autonomías se habría impuesto, posiblemente de una
forma asimétrica. Las llamadas “nacionalidades históricas’ (Cataluña, País
Vasco, Galicia, y quizás Andalucía, tendrían un grado de autonomía mayor con
respecto al resto, algo parecido a lo que ocurre en Italia, donde cinco
regiones gozan de un estatuto especial. Creo que España estaría igualmente
unificada, pero con los nacionalistas dando continuamente la lata.
La Duquesa pregunta…
Después
del término de la dictadura franquista en España, ¿hubo una
"Comisión de la verdad" para aclarar los crímenes cometidos durante
este período?
Más
de 130 000 personas desaparecidas, 2 500 fosas comunes por exhumar, decenas de
miles de niños robados. Ochenta años después, estos crímenes del franquismo aún
están vivos en las mentes de muchas personas en nuestro país y siguen esperando
una reparación que el Estado les niega.
Un
país no puede estar preparado para entenderse a sí mismo sin una historia
verídica que sea accesible a las nuevas generaciones. Por eso, se inició a
través de Convocatoria Cívica, una petición al Parlamento para la creación de
una Comisión de la Verdad sobre los crímenes del franquismo, al igual que se ha
hecho en muchos otros países de nuestro entorno para situaciones similares. Una
Comisión que, por cierto, ha sido recomendada por la ONU después de la reciente
visita a España de su Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e
Involuntarias. Los pasos posteriores, una vez recopiladas las firmas, serán
gestionados por la Plataforma por la Comisión de la Verdad a la que
Convocatoria Cívica pertenece.
¿Los
militares fueron o no castigados por los crímenes que practicaron? ¿Y los opositores del régimen?
El 14 de diciembre
de 2006, varias asociaciones de familiares de víctimas del franquismo
presentaron denuncias ante la Audiencia Nacional por presuntos delitos de detención
ilegal, cometidos por motivos políticos durante 1936 y los años subsiguientes
en diferentes puntos geográficos del territorio español. Posteriormente, se
añadieron las de otras entidades, memorialistas o sindicales, hasta sumar 22
denuncias a fecha de 6 de octubre de 2008. Desde distintos lugares, se
pretendía esclarecer la realidad de unos hechos que podían ser calificados como
crímenes contra la humanidad.
Todas las denuncias presentadas ante la Audiencia Nacional se
basaban en que a partir del 17 de julio de 1936 se ejecutó un plan sistemático
y preconcebido de eliminación de oponentes políticos mediante muertes, torturas
y desapariciones forzadas. Hechos que supusieron la detención y posterior
desaparición de miles de personas.
Es evidente que durante la Guerra Civil se produjeron detenciones
ilegales y desapariciones forzadas en las zonas donde el golpe militar triunfó.
En ocasiones, cuando se habla de tales hechos, no queda del todo claro si las
desapariciones se dieron durante todo el conflicto armado y la posterior
posguerra en todo el territorio, o únicamente se produjeron en algún momento
concreto y en zonas determinadas.
Esta definición es totalmente aplicable a los
terribles hechos que se produjeron durante la Guerra Civil, y especialmente a
los acaecidos durante los primeros meses del conflicto. Fue en este periodo
cuando se produjo la mayor parte de detenciones forzadas y posteriores
desapariciones de hombres y mujeres en las zonas donde los golpistas se
impusieron a la legalidad republicana. Una vez pasados los primeros meses, las
desapariciones y muertes arbitrarias dejaron paso, a excepción de casos
aislados, a la actuación represiva de la “justicia” militar. A partir de este
momento, los sublevados dejaron constancia documental de las detenciones,
encarcelamientos, juicios, sentencias, ejecuciones e inhumaciones de las
víctimas, por lo que la definición de desaparición forzada no se podría aplicar
a tales casos en su sentido estricto.
Como consecuencia de todo esto, podemos afirmar
que los militares no han sido castigados por sus crímenes, al menos hasta el
momento, aunque la tarea para la Recuperación de la Memoria Histórica está en
ello; y, por otro lado, los opositores al régimen sufrieron todo tipo de
vejaciones: persecución, cárcel, exilio, etc.
¿Hubo una
Ley de amnistía? ¿Esta fue general o parcial?
El proceso de amnistía de los condenados por el franquismo fue
temprano, inmediatamente anterior al proceso constitucional, intenso, difícil,
y no aceptado por toda la sociedad española. La coronación del Rey, una semana
después de la muerte de Franco, fue acompañada de un primer indulto con el que
se pretendió vincular a la nueva monarquía con el concepto de reconciliación.
De modo que el indulto general con el que Juan Carlos de Borbón abrió
su reinado sirvió como acicate a la reclamación de amnistía que dio origen a
una permanente movilización durante el primer semestre de 1976: colegios de
médicos y de abogados, rectores de universidad, jueces y fiscales,
ayuntamientos, asociaciones de vecinos, incluso la conferencia episcopal; no
hubo ningún partido, ningún organismo unitario, ningún sindicato, que no
reivindicara en sus programas y en sus convocatorias la amnistía total como
primer requisito para avanzar hacia la democracia. El clamor por la amnistía lo
llenaba todo y se convertía en una demanda permanente: libertad, amnistía y
estatuto de autonomía fueron las
consignas repetidas una y mil veces en las decenas de manifestaciones
convocadas hasta la dimisión/destitución de Carlos Arias como presidente del
gobierno.
Dos importantes normas de amnistía se sucedieron en este periodo
histórico. En julio de 1976 (Real Decreto Ley 10/1976, de 20 de julio) el
Gobierno de Suárez concedía la primera amnistía. En el entorno del movimiento
pro amnistía, esa primera medida fue acogida como un primer paso de superación
de la guerra, aunque también se consideraba muy limitada e insuficiente. En
octubre de 1977, el Parlamento nacido de las elecciones de junio aprobaba la
Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía, de mayor amplitud. Desde el punto
de vista jurídico, la amnistía acogía tanto a quienes habían sido objeto de
instrucción, condena, sanciones o cumplimiento de penas de prisión, como a
quienes no, y consideraba que los hechos imputables ya no eran delito. En
definitiva, no había perdón porque el hecho condenado o sancionado nunca
hubiera tenido que ser considerado delito. Así, los beneficiarios podían exigir
su rehabilitación e incluso una indemnización económica por los daños
ocasionados.
La Ley de Amnistía solo tuvo dos “agujeros negros”: no se podían
acoger a ella ni los militares de la Unión Militar Democrática ni las personas
acusadas de haber colaborado en la interrupción voluntaria de un embarazo.
Ambas exclusiones demuestran el poder e influencia que todavía tenían en
aquellos momentos el Ejército y la Iglesia.
En definitiva, hubo una ley de amnistía temprana, poco después de
la muerte del dictador, y, en cierto modo, parcial por las dos excepciones a
que hacemos referencia arriba: la de los militares de la Unión Militar
Democrática y la de los médicos que habían practicado el aborto, ya que la ley
del aborto todavía no se había promulgado en España. En consecuencia, todos los
abortos practicados durante el franquismo eran considerados como un crimen.
Una vez más, agradecemos la presencia de estos tres profesores españoles: Juan, José y Rafael, que siempre que nos visitan es para engrandecer nuestra visión del mundo cultural hispánico. En breve, contestarán a más preguntas...
ResponderEliminar¡Las visitas de los profesores son siempre muy provechosas! Aprendemos mucho sobre la historia de España de manera bastante agradable y verdaderamente enriquecedora.
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