domingo, 17 de abril de 2016

"La isla de los sueños y un loco sublime: Ópera 'Don Quichotte' de Jules Massenet"


Una de las primeras cosas que aprendí cuando empecé a interesarme por la ópera fue que “cuanto más te preparas antes de ver cualquier pieza, mejor la recibes”. En este caso, lo fundamental para mí estaba claro, ya conocía la obra de partida de Miguel de Cervantes, pero no tanto al autor de la ópera, así que me dediqué a averiguar quién era ese tal de Jules Massenet y cómo nació esa ópera y el libreto sobre Don Quijote, ese personaje cervantino mundialmente conocido.

Jules Massenet nació el 12 de mayo de 1842 en Montand, cerca de St. Étienne (Francia). Cursó estudios en el Conservatorio de París, donde recibió lecciones de piano, armonía y composición. Gracias a una beca, pudo estudiar tres años en Italia y, a su regreso, comenzó su carrera operística. Su popularidad se debió, sobre todo, a sus óperas marcadas por melodías elegantes. Su obra más destacada es la ópera cómica Manon (1884) (con libreto de M. de Meilhae y G. Gille, basada en la novela Manon Lescaut). Sin embargo, otras de las óperas con las que también obtuvo mucho éxito fueron: Hérodiade (1881), Le Cid (1885), Werther (1892), Thaïs (1894) [con su famosa "Meditation"], Chérubin (1905) y Don Quichotte (1910). Se sabe que compuso unas 200 canciones, un concierto para piano, algunas oberturas y oratorios. El compositor Massenet falleció el 13 de agosto de 1912, en París. 

La ópera Don Quichotte fue estrenada por primera vez en tierras brasileñas en la ciudad de São Paulo en 1926, lugar al que volvería solamente 90 años después. Sin embargo, resulta todavía más curioso que tan solo llegase a España por primera vez, al Teatro Liceu (Barcelona), en diciembre de 1929.

Don Quichotte (1910) fue pensada como una ópera de lucimiento para el famoso bajo ruso Fiodor Chaliapin, aunque es una pieza modelada a la imagen de otra famosísima ópera francesa, Carmen, dado el manifiesto protagonismo que se le da al personaje femenino de Dulcinée, una mezzosoprano, (algo que no le cuesta mucho percibir a cualquier espectador ya desde el primer acto, por muy poco versado que sea en ópera). 

El libreto de Don Quichotte fue escrito por Henri Cain que, a su vez, se inspiró en una obra teatral previa. No se puede olvidar que Don Quijote, el principal personaje cervantino, fue apodado por Sancho Panza como "Caballero de la Triste Figura" tras perder una gran parte de sus piezas dentales y la ópera francesa rescata esta idea en el título, a su vez, pero por medio de una obra teatral que fue estrenada previamente llevando el título de Le Chevalier de la longe figure (El Caballero de la larga figura), del escritor francés Jacques Le Lorrain. Lo que hace Le Lorrain es readaptar algunos temas y motivos de la novela original cervantina y se la presenta al gran público en 1904. Por lo tanto, que el libretista Caine se hubiera basado más en Le Lorraine que en el propio Cervantes explicaría los reparos que la crítica puso a la ópera de Massenet. Y es que tanto Le Lorraine como Massenet pensaban, como es natural, en el público francés de principios del siglo XX, dejando de lado el juego literario cervantino, para ahora poner en escena la comedia heroica, caracterizada por grandes sentimientos, gestos nobles y cierto exotismo. 

La representación de la ópera fue dividida en 5 actos. He aquí el argumento de cada uno de ellos, algo que el espectador deberá tener siempre en mente cuando vaya a verla. Los nombres no se traducen, así que he optado por mantener los originales, tan solo haciendo una identificación inicial de cada uno de los personajes: 

-Acto I: Se representa una feria en una población española: con bailes y cantos propios del país. Varios jóvenes lisonjean a Dulcinée (Dulcinea) que está en el balcón de su casa (esta mujer presenta varios rasgos que oscilan entre dos de los personajes femeninos operísticos más representativos de este universo, La Traviata Carmen). De repente, la algarabía anuncia la llegada de Don Quichotte (Don Quijote) a lomos de Rocinante, acompañado de su escudero Sancho Pança (Sancho Panza) sobre su rucio. Lo reciben de dos maneras distintas, con burlas y con cierta admiración también.
Por la noche, Don Quichotte le da una serenata a Dulcinée, pero esta es interrumpida por uno de los muchos admiradores que la bella mujer posee. Con el fin de evitar un duelo, Dulcinée entretiene a Don Quichotte pidiéndole que le demuestre su amor recuperando un collar de perlas que se llevaron unos bandoleros unos días antes. Y así, emocionado por tal petición, el caballero acaba pasando la noche en vela frente a la ventana de la dama que admira.

-Acto II: Presto, en medio de una densa niebla, Don Quichotte cabalga para cumplir el pedido de Dulcinée. Cuando la niebla remite, se logran ver unos molinos de viento, que el protagonista confunde con unos gigantes, los cuales embiste con tanto valor como audacia, pero una vez más acabará este II acto con un Don Quichotte colgado del aspa de uno de los molinos. Sin duda, el espectador está ante el momento más divertido de la representación.

-Acto III: Se inicia ya en el medio de un bosque, donde Don Quichotte rastrea las huellas de los bandoleros que tienen el collar de perlas de Dulcinée, pero no los encuentra y él y Sancho acaban durmiéndose. Entonces, llegan a hurtadillas los bandoleros, Don Quichotte lucha con ellos, pero lo superan en número y estos lo maltratan hasta que logran atarlo. Ya maniatado, Don Quichotte recita su credo de caballero andante ante los bandoleros: “Ayudar a mujeres desvalidas y huérfanos, además de luchar por el bien”. Estos,  tras oír sus palabras y admirados tanto por su inconsciencia como por su sencillez, lo desatan, le entregan el collar de perlas de Dulcinée y lo liberan. Antes de su partida, el jefe de los bandoleros le pide a Don Quichotte que les deje su bendición, acto que solemniza el caballero.

-Acto IV: Otra fiesta en casa de Dulcinée, aunque esta está algo pensativa y ausente. Al cabo de un tiempo, llega Sancho anunciando la inminente entrada de Don Quichotte. Ya en escena, el caballero le promete a su escudero fiel “la isla de los sueños”, cuyo paradero solo Don Quichotte conoce y donde le asegura que será muy feliz.
Dulcinée aparece y se burla de Don Quichotte, pero cuando le pregunta por el collar y este se lo entrega, la bella dama lo abraza. En este preciso momento es cuando Don Quichotte le sugiere que se casen, pero no dando crédito a lo que oye, Dulcinée lo repite tres veces antes de estallar en una cruel carcajada. Se produce aquí un instante de sublimación e instantánea caída del caballero tras su hazaña. Ante la tristeza de este loco sublime, Dulcinée retira a sus invitados (de escena) y le explica a Don Quichotte que ella no es digna de casarse con él, sobre todo dando a entender su vida ligera. Vuelven ya los invitados, que se burlan con vehemencia de Don Quichotte, así que Sancho muy enfadado se pelea con varios de ellos.

-Acto V: Final. Una noche estrellada en un bosque. Don Quichotte aparece recostado, con aspecto melancólico y demacrado, mientras Sancho lo cuida. Don Quichotte vuelve a prometerle la isla, mientras a lo lejos parece que oye la voz de Dulcinée, a la que confunde con una estrella que pretende abrazar. Este es un pasaje que inspira una intensísima ternura y emoción. Y así acaba muriendo Don Quichotte, tranquilo, al tiempo que Sancho se queda llorando por él…

Acto V: La muerte de Don Quijote. São Paulo, 2016

Este post se lo quiero dedicar, muy especialmente, a mi querida amiga Raquel Wrona que, de manera tan generosa, nos brindó la oportunidad de poder ver este espectáculo… ¡Del cual salimos tan llorosas como henchidas de la más intensa y pura emoción! Raquel siempre ha sido una lectora incansable del Quijote, aunque hoy en día ya es una amante declarada de la obra cervantina, y dada esta pasión suya creciente pude ver, por primera vez en mi vida, la ópera de Massenet. ¡Gracias Raquel por este regalo! 

(De Izq. a Der.: Raquel Wrona, Alessandra Curcio, Goya y Sonia Marchini)


2 comentarios:

  1. Gracias también a Merlín, por la ayuda con el montaje de este post, y a Voladoira por compartir esta pasión y la emoción de la ópera.

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  2. Fue un momento mágico, con esta lectura pudo viver una vez más esta ópera tan maravillosa.

    Gracias Goya, Raquel y Sonia, fue un día lindo.

    Besos,
    Alessandra

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