En Alcalá de Henares se descubre que nace,
en el año de 1547, Miguel de Cervantes.
El bautismo el 9 de octubre es el enlace
y nada en España será como antes.
Viajaremos del misterio de su nacimiento
hasta los famosos molinos de viento.
Por su maestro Juan López de Hoyos guiado,
sobreviviendo en un Madrid despedazado,
Miguel de Cervantes escribe sus primeros versos
todavía muy joven e influido por hechos adversos.
La búsqueda de fortuna lo lleva a Roma,
de monseñor Acquaviva será camarero.
Después su deseo de aventura retoma,
como soldado bisoño, viajar el mundo entero.
En 1571, en una batalla que nunca olvidará,
enfrenta a la armada turca en Lepanto,
con varios arcabuzazos herido resultará,
perdiendo el uso de su mano entre tanto espanto.
Durante siete meses en Mesina convalece,
no puede olvidarse del horror de aquella guerra.
En ningún momento su ánimo enflaquece,
es el manco de Lepanto, pero no vuelve a su tierra.
Tras tres años más sirviendo como soldado
el tiempo de volver a casa, al fin, ha llegado.
Los corsarios del Mediterráneo su regreso cercenan,
y así, cautivo en Argel, durante cinco años estará.
Las malas lenguas su reputación envenenan,
hasta que con la libertad esta se recuperará.
Encarcelado por vender trigo sin autorización,
la mente de Cervantes sigue en plena actividad.
¿En Castro del Río, El
Quijote sale de su imaginación?
¿O será en Sevilla? En esto, no hay unanimidad.
Deja, en esto, Sevilla siguiendo a la Corte
y a Valladolid con toda la familia traslada
En muy poco espacio hay mucha gente
Pero el clima de apremio no cambia en nada
Su ingenio creativo, su pluma elocuente:
Allí termina el primer Quijote ¡Qué gran aporte!
La imprenta de Juan de la Cuesta estrena esta novela,
seiscientas sesenta y cuatro páginas y muchísimas
erratas.
Las aventuras de Don Quijote se venden por una bagatela
y también en 1605 circulan las primeras copias piratas.
La novela italiana a Cervantes contamina,
a publicar las Novelas ejemplares se anima.
Con el apócrifo de Avellaneda,
Cervantes superará la polvareda.
Finaliza la segunda parte del Quijote
que, en oro, vale más que un lingote.
Llega 2016, se recuerdan cuatro siglos desde su muerte,
además del Persiles,
su obra póstuma y muy poco conocida.
Nosotros, como lectores, valoramos su legado. ¡Qué
suerte!
Y estos fueron nuestros versos, con la aventura de su
vida.
***
Si
a Brasil Miguel de Cervantes hubiera venido,
un
gran momento de nuestra literatura habría vivido.
***
José
de Anchieta y Caminha, el Quinhentismo
representaban,
era
una literatura de información cuyo tiempo terminaba.
Las
tragedias y los conflictos espirituales ahora ilustraban,
las
poesías del nuevo Barroco que entonces empezaba.
Para leer a Gregorio
de Matos o Antônio Vieira no viviría,
pero
estas críticas y sátiras, Cervantes bien ya las conocía.
***
Hasta una América
intocada, su sueño llegaría,
las culturas Inca y Maya,
Naturaleza, el paraíso allí vería.
A un personaje nuevo en
un libro le daría la vida,
para machacar la
conquista desleal acontecida.
***
Si a Brasil hubiera llegado Miguel de Cervantes,
la historia de los dos mundos no sería como antes.
Los molinos de viento se volverían en olas del mar
y Sancho Panza se pondría, sin treguas, a bailar.
Los dos irían desde Bahia a Rio de Janeiro,
lado a lado, descubriendo el país entero.
Muchas confusiones, mucha risa y mucha pelea,
a los dos, más tarde, se les sumaría Dulcinea.
Así se tendría suficiente aventura,
para siglos y siglos de Literatura.
***
Apenas
regresó de Argel,
se
marchó Cervantes a Brasil.
Allí fue su corazón el cautivo,
de una india y de un amor quijotil.
***
Sin
saber cómo estoy aquí,
en
esta tierra maravillosa y harta,
desde
historias hasta leyendas, como el Sací,
este
viaje, obvio, fue una idea de Marta.
Ríos,
florestas y muchos misterios,
riquezas
en maderas mil,
piedras
preciosas y minerías,
carabelas
por los mares de color añil.
El
nativo vive a trabajo forzado,
las
indias, a veces, son violentadas.
La
colonización es crimen organizado,
esmeraldas
y oro son cosas robadas.
Esto
para mí es mala suerte,
este
paseo por aquí se cierra.
Estaba
yo, tan tranquilo en mi muerte,
volveré
para debajo de mi tierra.
***
Llegó Don Quijote a São Paulo, gran ciudad de Brasil,
impresionado se quedó con tan altos edificios.
Pronto se preparó para esa situación hostil,
una ardua lucha contra los gigantes ficticios.
Alessandro
S Silva
Érika
Wanessa Oliveira Fernandes
Mariana
Boeing Rubiniak de Araujo
Paschoal
Pedote
Roberto
Feola Lopes da Silva
Tiara
Vaz
C2 - Miércoles
C2 - Miércoles
El viaje de Canavaggio junto a Cervantes
Un sueño muy fuerte podría llevar,
por el túnel del tiempo a un viajero.
Cruzando cuatro siglos para poder llegar
hasta donde estuvo un hidalgo caballero.
El hombre aplicado que ha estudiado
a Cervantes con su teatro en el pecho.
Canavaggio mira a Lope de Vega admirado,
pero Don Miguel es un dramaturgo de hecho.
Canavaggio con Cervantes, ¡Qué encuentro!
«¿Eres tú mi gran conocedor universal?»
Van Cervantes y cervantista, historia adentro,
desvelando el auténtico Teatro Nacional.
Ocho comedias y entremeses presentándose,
para que nobles y plebeyos fueran asistiendo.
La dramaturgia y la cultura van iluminándose
y, Canavaggio, del túnel del tiempo feliz volviendo.
Los alumnos del curso C2, de los miércoles, han querido rendir un sentido homenaje al profesor Jean Canavaggio, reputado biógrafo cervantino, para así agradecerle el tiempo y las palabras que dedicó al fruto de su trabajo de curso. Me sumo a sus bellas palabras para agradecer la colaboración, una vez más, de tan preciado colega.
Profa. Dra. Marta Pérez Rodríguez
Otro magnífico proyecto biográfico cervantino, en esta ocasión realizado por el grupo de C2 de los miércoles. Me repito quizás, pero ellos merecen mis palabras de agradecimiento por haberse dedicado con tanto ahínco a la creación de los versos. Asimismo, este es un grupo que ha ido más allá de la mera lectura de la vida de Cervantes... puesto que también se han volcado con la interpretación del "Quijote" de un modo muy especial.
ResponderEliminarA todos y cada uno de ellos, mi más sincera enhorabuena por el resultado brillante que aquí se puede leer, pero también por muchas de las pequeñas cosas del mes cervantino que no se llegan a ver.
Decir que estoy muy orgullosa o feliz es poco, el adjetivo que busco todavía no se ha inventado, así que quién sabe si ellos también se animan a crear un neologismo, como el que creó Sancho Panza cuando llamó "baciyelmo" a la bacía de barbero, cuando don Quijote pensaba que era el yelmo de Mambrino. ¡Queda ahí el guiño...! Mil besos,