¿Te has perdido la primera parte?
La acción ejecutada por Tiziu fue a sangre fría. Ante él estaba un hombre feliz, porque había logrado aquella semana un dinero, con el trabajo arduo en el carbonero, para comprar alimentos para su familia. Y lo que le impidió llegar a casa vivo fue la crueldad salida de las manos de aquel asesino.
La burra que llevaba a aquel hombre sobre la silla, al notar la presencia de Tiziu dentro del cañaveral, levantó las orejas alertando de su fuga. Ante la reacción del animal, el asesino apretó el gatillo. El tiro fue certero. Así finalizaba allí la vida de un trabajador. Sí, de un ser humano honesto, respetado en el lugar en el que vivía.
En
casa los niños esperaban al padre, el alimento.
En
la orilla del arroyo había un cuerpo sin vida.
En
la moto seguía feliz al asesino.
En
la ciudad alguien degustaba su whisky.
Al
día siguiente, toda la región era consciente de aquel horrible asesinato:
"Fue
un asalto", decían unos.
"Fue
un crimen premeditado", decían otros.
"Fue
un acto cobarde", concluían todos.
Neco
Trajano, al saberlo, llamó a su hombre de confianza y trató de confirmar si
realmente se trataba del asalto que él había ordenado.
—Sí, es, jefe. Dijo su esbirro.
—Pero
yo no le mandé matar. ¿Qué hijo de puta lo hizo? Exclamó, golpeando la mesa.
—Fue Tiziu. Respondió el guardaespaldas.
La
policía fue en busca del asesino. Subía caminos, bajaba cerros, investigaba
aquí y allá. Y nada de encontrar al criminal. Fue una búsqueda ardua, realizada con los más mínimos detalles. Y solo cinco días después de lo ocurrido dos sospechosos fueron
capturados.
"Los
bandidos fueron arrestados", comentaban algunas personas.
Y
así, la policía iba siendo vista como heroína, que realmente estaba combatiendo
la violencia en aquella región. Mientras tanto, Neco Trajano degustaba su whisky
y trazaba la estrategia para sus planes. Ya la población parecía sentirse segura, y era un alivio, incluso ante la brutal violencia perpetrada contra la vida de aquel
trabajador, premeditaba una cierta paz en aquella región.
A
Neco Trajano no le gustó que Tiziu hubiera cometido el asesinato. Dijo que fue
traicionado porque, para él, matar era solo en caso de legítima defensa. Sin embargo, debido a lo
ocurrido fue posible percibir que aquel pobre hombre no había reaccionado y que, seguramente, -reflexionaba Trajano-, si Tiziu le hubiera dado el grito de asalto, él le habría entregado el dinero sin reaccionar, pero, al contrario, se quedó escondido en el cañaveral y le disparó para después coger su dinero.
Y,
ante la inquietud de Neco Trajano, Tiziu desapareció, no fue
visto nunca más. Si sintieron su falta, no se sabe a ciencia cierta. Lo que se sabe
realmente es que a Trajano no le gustaba ser molestado por la policía. Es
importante que cada uno haga su trabajo sin molestar al otro, le decía a su
guardaespaldas.
Y
pocos días después de aquel acontecimiento, todo continuó con normalidad en aquella
pequeña ciudad, en aquella región, conforme las leyes y normas que rigen los
intereses de cada uno de aquel lugar.
Adenildo Lima
Traducción: Mei Santana
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