lunes, 21 de agosto de 2017

Píldoras de buen humor…

1. Líos de familia: 

Junto al cadáver de un suicida se encontró una carta dirigida al Señor Juez, en los siguientes términos: 


“Sr. Juez:

No culpe a nadie de mi muerte, me quito la vida porque dos días más que viviese no sabría quién soy en este mar de lágrimas. Verá usted.

Tuve la desgracia de casarme con una viuda que tenía una hija (de haberlo sabido, nunca lo hubiera hecho). Mi padre, para mayor desgracia, era viudo, se enamoró y se casó con la hija de mi mujer, de manera que mi mujer era suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi madre y mi padre era, al mismo tiempo, mi yerno. Al poco tiempo mi madrastra trajo al mundo un varón, que era mi hermano, pero era nieto de mi mujer, de manera que yo era abuelo de mi hermano.

Con el paso del tiempo, mi mujer trajo al mundo un varón, que como era hermano de mi madre era cuñado de mi padre y tío de sus hijos. Mi mujer era suegra de su hija; yo soy, en cambio padre de mi madre, y mi padre y su mujer son mis hijos; además, yo soy mi propio abuelo.

Sr. Juez, me despido del mundo porque no sé quién soy.


Firmado: el cadáver


2. El perrito y la pantera: 

Un cazador va a África y se lleva a su perrito fox terrier para no sentirse solo. Un día, ya en África, el perrito persiguiendo mariposas se aleja y se pierde, comenzando a vagar solo por la selva. En esto ve a lo lejos que viene una pantera enorme a la carrera y, al ver que la pantera lo quiere devorar, piensa rápido qué puede hacer. 


Ve un montón de huesos de un animal muerto y se pone a mordisquearlos. Cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice:

– “¡Ah, qué rica estaba esta pantera que me acabo de comer!”.

La pantera lo escucha y frenando en seco, gira y huye despavorida pensando:

– “¡Este perro devora panteras, casi me come a mí también!”.

Un mono que estaba subido a un árbol cercano y que había visto y oído toda la escena, sale corriendo detrás de la pantera para contarle cómo la había engañado el perrito… Pero el perrito alcanza a oír al alcahuete del mono. 

El mono le contó a la pantera la historia que había visto, así que esta, muy enojada, le dice al mono:

– "¡Súbete a mi espalda y busquemos al perro ese a ver quién se come a quién!”


Y salen corriendo a toda velocidad a buscar al fox terrier. El perrito ve a lo lejos que vuelve la pantera, ahora, con el mono alcahuete encima…

“¿Y ahora qué hago?” Se pregunta y, en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera visto y, cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice:


– “Pero qué mono más pesado! ¡Hace media hora que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no ha aparecido!”. 

Pepe Cocodrilo

1 comentario:

  1. Gracias, Pepe. Una de las cosas que nunca nos puede faltar es esta: LAS RISAS. Máxime tras actos tan cobardes como el reciente atentado de Barcelona. Como se suele decir, "pongamos buena cara al mal tiempo". Un saludito,

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