1. Líos de familia:
“Sr. Juez:
No culpe a nadie de mi muerte, me quito
la vida porque dos días más que viviese no sabría quién soy en este mar de
lágrimas. Verá usted.
Tuve la desgracia de casarme con una
viuda que tenía una hija (de haberlo sabido, nunca lo hubiera hecho). Mi padre,
para mayor desgracia, era viudo, se enamoró y se casó con la hija de mi mujer,
de manera que mi mujer era suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi
madre y mi padre era, al mismo tiempo, mi yerno. Al poco tiempo mi madrastra
trajo al mundo un varón, que era mi hermano, pero era nieto de mi mujer, de
manera que yo era abuelo de mi hermano.
Con el paso del tiempo, mi mujer trajo
al mundo un varón, que como era hermano de mi madre era cuñado de mi padre y
tío de sus hijos. Mi mujer era suegra de su hija; yo soy, en cambio padre de mi
madre, y mi padre y su mujer son mis hijos; además, yo soy mi propio abuelo.
Sr. Juez, me despido del mundo porque
no sé quién soy.
Firmado: el cadáver”
2. El perrito y la pantera:
Un cazador va a África y se lleva a su perrito fox terrier
para no sentirse solo. Un día, ya en África, el perrito persiguiendo mariposas
se aleja y se pierde, comenzando a vagar solo por la selva. En esto ve a lo
lejos que viene una pantera enorme a la carrera y, al ver que la pantera lo
quiere devorar, piensa rápido qué puede hacer.
– “¡Ah, qué rica estaba esta pantera que me acabo de
comer!”.
La pantera lo escucha y frenando en seco, gira y
huye despavorida pensando:
– “¡Este perro devora panteras, casi me come a mí
también!”.
Un mono que estaba subido a un árbol cercano y que
había visto y oído toda la escena, sale corriendo detrás de la pantera para
contarle cómo la había engañado el perrito… Pero el perrito alcanza a oír al
alcahuete del mono.
El mono le contó a la pantera la historia que había
visto, así que esta, muy enojada, le dice al mono:
– "¡Súbete a mi espalda y busquemos al perro ese a
ver quién se come a quién!”
Y salen corriendo a toda velocidad a buscar al fox terrier.
El perrito ve a lo lejos que vuelve la pantera, ahora, con el mono alcahuete
encima…
“¿Y ahora qué hago?” Se pregunta y, en vez de salir
corriendo, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera visto y,
cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice:
– “Pero qué mono más pesado! ¡Hace media hora que lo
mandé a traerme otra pantera y todavía no ha aparecido!”.
Pepe Cocodrilo
Gracias, Pepe. Una de las cosas que nunca nos puede faltar es esta: LAS RISAS. Máxime tras actos tan cobardes como el reciente atentado de Barcelona. Como se suele decir, "pongamos buena cara al mal tiempo". Un saludito,
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