Un poco de Historia para entender mejor...
La palabra calendario proviene del latín calendarium y,
según su definición, es el sistema utilizado para agrupar y coordinar los
intervalos de tiempo (días, semanas, meses y años) determinados por los
fenómenos astronómicos (solsticios y equinoccios que determinan las estaciones
del año). La medición del tiempo nunca ha sido una tarea fácil. Agrupar días en
meses, meses en años y mantenerlos a tono con el universo y las estaciones
induce a serias dificultades. El tiempo se calcula según:
-La rotación de la Tierra sobre su eje en referencia al Sol (día).
-La revolución de la Luna en torno a la Tierra (mes).
-La revolución de la Tierra en torno al Sol (año).
Transcurría el año 49 a. C., cuando el dirigente militar Julio César llegó
a Egipto. Hasta entonces, el calendario romano poseía siglos de desfases debido
a su imprecisión. Entre otras cosas, Julio encontró un excelente calendario en
las tierras de la reina egipcia Cleopatra. Fue entonces cuando delegó a
Sosígenes de Alejandría (astrónomo, matemático y filósofo), la tarea de diseñar
un nuevo calendario a la altura y exactitud que el imperio necesitaba.
Sosígenes entregó a Julio César su calendario entre el 48-46 a. C., basado
principalmente en el calendario egipcio, pero conservando los nombres de los meses
romanos. Este calendario poseía una duración de 365 días y un día adicional
inicialmente cada cuatro años, para compensar un desfase natural producido por
la revolución no sincrónica de la Tierra en torno al Sol. Un año es el período
de tiempo que tarda la tierra en dar una vuelta alrededor del sol y consiste en
365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,25 segundos, o sea, 365 días y un cuarto
menos11 minutos y 14 segundos.
Unos seis siglos antes, el rey Numa Pompilio había agregado los meses de
januarius y februarius al ya maltratado año romano y fue a este último mes al
que se le sumó el día adicional. La compensación de los desfases que tenía
acumulados el calendario romano obligó a que el año 46 a. C. se convirtiera en
el año más largo de la Historia, con 445 días de duración para compensar e
iniciar de cero. A este inusual año se le llamó "Año juliano" o
"Año de la confusión".
Para introducir su novedad, "el año bisiesto", Julio César
intercaló un día entre el sexto y el quinto día antes de final del mes, o sea,
entre los días que hoy son el 23 y el 24 de febrero. Este día adicional fue
llamado bis sextus dies ante calendas martias, o lo que es lo mismo, “segundo
día sexto antes de los finales de marzo” y por eso el año que contenía ese día
se llamó bissextus, adjetivo que llegó a la lengua española como
bisiesto.
La Edad Media
y la llegada del calendario Gregoriano
En 1582 d.C., el Papa Gregorio XIII, aconsejado por los astrónomos
Christopher Clavius y Luigi Lilio, optó por introducir una reforma que consistía
en ajustar los años bisiestos de manera que los años divisibles por cien, pero
no por cuatrocientos dejasen de tener 366 días. De esta manera se evitaba el
desfase que se estaba produciendo al intercalar excesivos años bisiestos, ya
que se suprimían tres días cada cuatro siglos.
El Papa hizo público un documento, el 24 de febrero de 1582, que establecía
el calendario Gregoriano como el nuevo calendario oficial del mundo católico.
Ya que el calendario Juliano tenía 10 días de diferencia, el Papa decidió que
del 4 de octubre de 1582 se pasaría al 15 de octubre de 1582, para compensar
todos los desfases por los que el tiempo había pasado hasta entonces y ese día
a mayores en el calendario se agregó en el mes de febrero, dando inicio a que
cada cuatro años este mes tendría 29 días.
Cómo saber si
un año es bisiesto
Si un año es divisible entre 400 resulta bisiesto. Obviamente, esto elimina
los años finiseculares (últimos de cada siglo, que ha de terminar en 00) cuyo
siglo no es múltiple de 4. Es decir, la gran mayoría de los años que sean
divisibles por 4 son bisiestos. No lo son si su divisibilidad es entre 100
(como los años 1700, 1800, 1900 y 2100), a no ser que además sean divisibles
entre 400 (como los años 1600, 2000 y 2400). En 400 años debe haber 97 años
bisiestos. De esa manera el año del calendario gregoriano se mantiene muy
parecido al año solar. Pero, ¿qué pasaría si no se tuviera un año bisiesto
usando la lógica y las matemáticas? El 29 de febrero quedaría como 1º de marzo.
En 8 años, pasaría a ser el 2 de marzo y, así, sucesivamente. En 40 años, el 29
de febrero pasaría a ser el 10 de marzo, en 80 años sería un 20 de marzo y en
un poco más de un siglo, ya se adelantaría un mes. Esta es una lista de los
próximos años bisiestos que restan del siglo XXI: 2016, 2020, 2024, 2028, 2032,
2036, 2040, 2044, 2048, 2052, 2056, 2060, 2064, 2068, 2072, 2076, 2080, 2084,
2088, 2092, 2096.
¿Los años
bisiestos son nefastos?
La creencia popular considera los años bisiestos como nefastos, sumando a
esto que grandes tragedias de la Historia estuvieron marcadas por esta
condición. Al margen de todos los hechos que se han suscitado justo en esta
fecha, no existe ningún tipo de prueba que indique que sean atribuibles al año
bisiesto. Aún no se conoce el origen de esta sensación oscura que envuelve a
los años bisiestos, pero el refranero español refleja esta superstición: “año
bisiesto, año siniestro”, “año bisiesto, ni aquello ni esto”, “año bisiesto,
vende la hoja y quema el cesto”, "año bisiesto, ni viña ni huerto”, “año
bisiesto, entra el hambre en el cesto”, “año bisiesto, ni casa ni viña ni
huerto ni puerto”. Pero ¿son realmente malos años? Quizás no tanto.
Este pensamiento fatalista tiene sus orígenes en la
cultura romana que, según su tradición, febrero era el mes de los muertos y del
dolor en los tiempos del Imperio. A raíz de esto se estaba sujeto a más
calamidades y, añadir un día a este mes, significaba aumentar la agonía o hacer
un llamamiento a la muerte. Para este antiguo Imperio era tan fuerte la creencia,
que las puertas de los templos permanecían cerradas, para evitar el arranque de
cólera del dios Júpiter. Nadie se casaba ni quería salir de sus casas.
Fatalidades en años bisiestos
El hundimiento del Titanic (1912); El inicio de la Guerra Civil española
(1936); El conflicto entre Irán e Irak (1980); Asesinato de Gandhi (1948);
Asesinato de Robert Kennedy y Martin Luther King (1968); Asesinato de John
Lennon (1980); La muerte de Indira Gandhi en 1984; Golpe de Estado en Argentina
(1976).
Buenos años
bisiestos
El nacimiento de Gioacchino Rossini; El final de la guerra de Afganistán;
Michael Jackson ganó ocho Grammys el 29 de febrero de 1984; La película Lo que
el viento se llevó ganó ocho Oscars en 1940; Los Beatles ganaron un Grammy en
1968.
Amuletos
Si aún tienes recelo de los años bisiestos, una buena sugerencia sería el
uso de amuletos. Estos se utilizan para atraer la buena suerte y son objetos o
símbolos específicos. Los amuletos de la suerte más recomendados en años
bisiestos son:
Tortuga: Tener una tortuga aporta ayuda en negocios, larga vida y
prosperidad.
Campanas: Poner una campana en algún rincón de la casa limpia
malas energías y ayuda a mejorar a los enfermos.
Cruz de
Caravaca: Llevarla colgada en el cuello ofrece máxima
protección contra todo mal.
Moneda: Guardar una moneda fechada con el año bisiesto trae
doble suerte en salud, trabajo, amor, dinero.
Runa ODAL: Atrae el dinero y obtener ganancias en todo lo que uno
se proponga. Es aconsejable llevarla en el bolso o en un bolsillo.
Nuez: Vacía una nuez de modo que las dos mitades queden
enteras y coloca en su interior una piedra de ámbar y un poco de hierbabuena
para atraer dinero, pégala y llévala siempre cuando vayas a jugar algún juego
de azar.
Pirámide: Llevarla encima o tenerla cerca aumenta la suerte en el
azar y el trabajo.
Cuarzo Rosa: Tener una piedra de cuarzo rosa en tu mesilla de noche
te traerá el amor para toda la vida.
Los elegidos
¿Y qué pasa con quienes nacieron un año bisiesto? Los nacidos el 29 de febrero
se llaman leaplings. Ellos tienen tres opciones: celebrar su cumpleaños cada
cuatro años o conformarse con el 28 de febrero o el 1 de marzo.
Estadísticamente, uno de cada 1.461 nacimientos son de este tipo. Los nacidos
el día 29 son conocidos como los “elegidos” porque tienen una mejor capacidad
de recepción.
Curiosidades
- Por costumbre y convenciones de una sociedad
patriarcal, en el caso de las relaciones heterosexuales, los hombres eran
quienes solían proponer matrimonio a las mujeres. Sin embargo, cada 29 de
febrero, en una interesante costumbre que nació en la antigua Inglaterra, las
mujeres podían invertir los papeles. Incluso si el varón decía que no, tenía
que pagar a la despechada novia una penalidad por la vergüenza social.
- La familia Keogh tiene un árbol genealógico bastante
particular, ya que el abuelo nació el 29 de febrero de 1940, su hijo un 29 de
febrero de 1964 y la nieta el 29 de febrero de 1996.
- Los años bisiestos no son comunes y esa rareza permitió que todos los 29
de febrero sean conmemorados como el “día de las enfermedades extrañas”,
aquellas que se dan en un porcentaje ínfimo de la población, buscando así
educar a la gente sobre estas condiciones que pocos conocen.
- En Suecia quisieron pasar del calendario juliano al gregoriano en el año
1700 y para ello eliminarían los bisiestos durante 40 años. Eso sí, no
consideraron que estaban a punto de entrar en una guerra que arruinaría sus
planes, así que tras ocho años dieron marcha atrás al cambio. Al haber omitido
los bisiestos decidieron que una sola vez, en 1712, febrero duraría 30 días,
dando paso a una fecha que nunca más se vería: El 30 de febrero.
- Tres veces a lo largo de la Historia ha habido un 30 de febrero. La
primera vez fue durante la transición del calendario sueco al gregoriano, en el
siglo XVIII. Posteriormente, durante la época de la URSS se estableció un
calendario revolucionario en el que todos los meses tenían 30 días y, la
tercera y última, en los años 1930-31.
- Nacer en un día bisiesto es raro, aunque compartir esa peculiar
característica con tus hermanos lo es aún más. Una mujer noruega dio a luz el
29 de febrero de los años 1960, 1964 y 1968.
- Los griegos consideran que los bisiestos son de mala suerte y muchas
parejas evitan casarse durante estos años. Una de cada cinco parejas griegas
prefiere esperar a que termine el año bisiesto antes de legalizar su unión, lo
que da paso a compromisos más largos de lo habitual, todo para evitar la mala
fortuna.
- San Dositeo es el santo que celebra su día el 29 de febrero. Dositeo de
Palestina vivió en el siglo VI d.C. y en su juventud fue soldado. Durante un
recorrido por Tierra Santa, más precisamente en Getsemaní, le impresionó un
cuadro que representaba los tormentos del Infierno; así que se convirtió a los
grandes ideales de perfección religiosa y se hizo monje en Gaza, donde
transcurriría toda su vida alejado de las comodidades de la vida mundana.
- La Bougie du Sapeur (La vela de Sapeur) es el primer y
único periódico bisiesto del mundo, ya que se publica todos los 29 de febrero.
La publicación humorística fue creada en 1980 en Francia y rinde homenaje al
héroe de cómic Sapeur Camembert, creado por el dibujante Christopher y nacido
el 29 de febrero. En sus 32 años de existencia La Bougie solo ha publicado 9
números. La publicación tiene una tirada de 200 000 ejemplares y cuesta 4
euros.
- Han surgido prácticas alrededor del mundo que solo se llevan a cabo en lo
que se conoce en inglés como leap years (años de salto). Ni Google se escapó de
esas creencias y por eso al empezar el año 2004, se unió de manera peculiar con
un logotipo conmemorativo en su página de inicio, en el que incluyó una rana
saltando. En el año 2008, también colocó otro logo de año bisiesto, en aquella
ocasión con dos ranas en lugar de una.
- Otro dato histórico curioso es que las primeras órdenes de arresto en
contra de "Las brujas de Salem" fueron entregadas el 29 de febrero de
1692, en el pueblo de ese nombre, Massachusetts, Estados Unidos.
- El eclipse lunar del 29 de febrero de 1504 le fue de mucha ayuda a
Cristóbal Colón durante su cuarto y último viaje. Tras permanecer varado varios
meses en Jamaica, sus relaciones con los indígenas que poblaban la isla
empezaron a deteriorarse. Pero Colón, que conocía la fecha del eclipse, reunió
a los jefes indígenas ese día y les dijo que Dios iba a castigarlos pintando la
luna de rojo si no continuaban proporcionándole comida a él y a su
tripulación.
El resultado de todo esto es que, hasta hoy, hay millones
de personas en todo el planeta que están sugestionadas a creer que los años
bisiestos son nefastos. El paso del tiempo y una buena dosis de lógica
demuestran que esto no es real. Catástrofes ocurren todos los años, sean
bisiestos o no. La verdad es que los años bisiestos presentan un día más para
compensar un desfase en la medición del tiempo. Seamos optimistas, pensando que
cada cuatro años existe la oportunidad de tener un día más para disfrutarlo al
máximo. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad aprovechar este regalo.