La conquista y la seducción

Un viejo refrán dice que en el amor y en la guerra todo vale. ¿Será posible eso? En la guerra, sin duda, pero ¿y en cuanto al amor? Aquí tenemos frenos. En la condición de personas, nuestros valores morales y las normas de convivencia en sociedad, nos impedirían actuar sin límites. Por otro lado, una de las muchas definiciones de "conquista" es obtener el amor de una persona. Entonces, ¿qué hacer para conciliar nuestra civilidad con nuestro deseo de conquistar? La respuesta es seducir.

El diccionario señala que “seducir” es engañar con arte y maña. En otras palabras, persuadir o atraer a alguien, con el propósito de lograr una relación sentimental o sexual. Este procedimiento es moralmente aceptable, una vez que sea consensual.

Desde hace mucho, la conquista y la seducción son argumentos de muchas obras de arte como El perro del hortelano de Lope de Vega o La fierecilla domada de Shakespeare, entre tantas otras. Según cuenta la leyenda, hasta incluso la Guerra de Troya fue originada porque Paris sedujo y raptó a la bella Helena.

El amor de Helena y Paris, Jacques Louis David

 

Sea en la ficción o en la vida real, la conquista y la seducción deben ser consideradas facetas absolutamente normales del comportamiento humano. ¿Y cuáles serían las técnicas usuales en este juego que fascina tanto a hombres como a mujeres? Empecemos por un punto controvertido. ¿Quién debe tomar la iniciativa? Para esto no hay reglas. Un buen consejo es seguir la intuición.   

Sigamos con la consideración de que para atraer a alguien, hay que ser apenas natural. Por lo tanto, intentar ser otra persona no es una buena idea. Aprenda a escuchar. Saber escuchar es la llave para comprender a la persona que está delante de ti. No te olvides de que los elogios son siempre bienvenidos. Ten equilibrio a la hora de usarlos, hazlo con parsimonia y en los momentos exactos.

Una combinación irresistible es mirar a tu objeto de deseo a los ojos y sonreír siempre. Esto configura una imagen de autoconfianza. Ten por meta descubrir todo lo que puedas sobre tu "víctima en potencia", pero no te reveles totalmente, un poco de misterio es imprescindible.

Conquistar y seducir siempre a la otra mitad de la pareja es el secreto de una relación duradera. Los brasileños suelen decir que lo difícil no es seducir a una nueva mujer cada día, pero sí seducir a la misma mujer todos los días. Visto que soy un hombre casado, lo sé muy bien… ¡Hay que tener mucha seducción!

Pepe Cocodrilo