El mundo es mi hogar, mi habitación, mi nido
y todo lo que ahora pasa lo comparto
contigo.
La comida
con la que me alimento cada día
es, de todos los acontecimientos, mi alegría.
Oye, te confieso que tengo una esperanza
que un día no muy lejano se llene mi
panza,
con la tapa de mis sueños y un buen vino;
reencontrarme con los amigos en mi
camino
y que, así, la buena estrella guíe mi destino.
¡Emborrachémonos con toda esta solidaridad,
este es un elixir que debe beber la
humanidad!
Una bruja
de buen corazón podría ayudarnos
usando sus poderes mágicos para curarnos,
realizando así una extraordinaria
evocación,
y la salud ya no sería una preocupación.
Juntos navegaremos por las aguas de la
emoción
como si fuéramos almas de una única
nación.
Mira,
esta podría ser una historia cualquiera,
pero quiero que la recuerdes por ser
verdadera;
como la sonrisa de tus hijos en primavera
o el sueño de una eterna y joven
Dulcinea.
Entonces, adéntrate
en el laberinto de tu corazón
dedícate a llenarlo a diario de amor y comprensión;
échale ganas a la vida y sonríe todo lo que puedas,
incluso en esos momentos que creas que
no debas.
Sales de la cama de día y vuelves en las
noches frías
con el cariño de la jornada, realizando tus fantasías.
Hazlo
durante tu existencia y ensaya con frecuencia
como si cuidases un olivo, cultivando tu paciencia.
Además de cuidar de tu cuerpo y de tu
alma,
tienes que pensar en el desarrollo con calma.
Por ejemplo, practicar ejercicio o
leerte un libro,
pueden hacerte libre, encontrando el equilibrio.
Ante las situaciones injustas actúa con dignidad*
y te lo digo en serio, que no seas tan indiferente
porque este es el momento ideal de usar
tu mente.
Todo lo que estamos aprendiendo con esta
vivencia
(inefable transición
para remover nuestra conciencia)
y el tiempo en familia son como un
tesoro sempiterno
en una sociedad en la que se valora solo
lo moderno.
Ojalá
demolamos el gran muro de la saudade
haciendo oír el lamento que ahora nos
invade
luchando siempre unidos, como una
hermandad,
y que así resuene en el planeta un grito
de libertad*.
Gracias a
todos por estas palabras y su participación
sabemos que con ellas se produce una
revolución:
Cambiando, por un instante, el miedo por
la entereza,
extrayendo de nosotros mismos la
verdadera pureza
y haciendo de este paso forzoso algo inolvidable,
para que el confinamiento en soledad sea
soportable.
¡Ojalá
todos estos versos te hagan inmensamente feliz
como a los personajes del cuento que se
comían la perdiz!
Las correveidileanas
*Dignidad/Libertad: Audiopalabras enviadas por el periodista José Miguel Vila (España).