viernes, 21 de octubre de 2016

"El concepto de belleza a lo largo de la Historia"


Algunos de los sinónimos de belleza que cualquier persona reconoce son: guapa, hermosa, perfecta, preciosa, atractiva, encantadora... Sin embargo, definir la belleza es una tarea muy difícil, ya que se trata de una idea vinculada con la cultura y el modo de vida de diferentes grupos de personas, de diversos lugares y cuya variable está sujeta al momento de la Historia al cual uno se esté refiriendo en concreto. Tal vez la definición mas aceptada sea la del filósofo clásico Aristóteles, que consideraba la belleza como “armonía y proporción de las partes con el todo”. 


En cambio, en el Egipto del tercer milenio a. C. la belleza era un atributo de la clase sacerdotal. Cada acto vinculado con el embellecimiento tenía un sentido simbólico a la par que una función médica. 


Por otro lado, para los griegos la belleza residía en la perfección de las proporciones. Estos contemplaban tanto el mundo como a sus seres como si fueran una obra de arte (valoraban la armonía). 


La mujer ideal de la Era medieval era rubia, con el cabello rizado, con trenzas o el pelo suelto, pero con la tez muy blanca (Este rasgo era símbolo de pureza). A su vez, en el Renacimiento, pintores como Alberto Durero o Leonardo Da Vinci establecieron diagramas precisos para diseñar la figura ideal. La mujer debía poseer tres elementos blancos (la piel, los dientes y las manos), tres rojos (los labios, las mejillas y las uñas) y tres negros (los ojos, las cejas y las pestañas), además de responder a los siete, nueve o treinta y tres cánones del cuerpo ideal. 


"El Newtonismo para las damas" 1737
Según parece: “No hay mayor hermosura que la de las rubias de piel transparente en la belleza barroca”. No obstante, a comienzos del siglo XVIII, tanto lo pequeño como lo afectado está mejor visto. Entonces, las mujeres utilizan el corsé, aunque su abuso provoque desmayos, hipocondrías y anemias. Por norma, las caderas deben ser más anchas que los hombros, los brazos regordetes, los tobillos finos, las manos alargadas y la boca pequeña.


La limpieza (el baño), a principios del siglo XIX, se transforma en una cualidad que distingue a la burguesía del proletariado y que simboliza la belleza. Como regla general, los pies deben lavarse cada ocho días; los cabellos, cada dos meses, y los dientes, una vez a la semana. 

La mujer de la primera mitad de siglo XX, época de la liberación, lucha por sus derechos cívicos y políticos, por lo que dejan de importarle los cánones de belleza que dictan los hombres.




En 1919, Francia introduce la cirugía estética y las actrices en boga de la época se transforman en los modelos a seguir. Coco Chanel se convierte en la precursora de las pieles bronceadas al abandonar la sombrilla y crear trajes de baño que dejaban ver las piernas. En 1925, las mujeres comienzan a disfrutar de los beneficios del sol, se ponen de moda las pieles cobrizas, y en 1930, se imponen las uñas pintadas. 


En 1935 está de moda el tener un aspecto juvenil. Como las actrices de Hollywood sin las representantes de la belleza ideal, las mujeres lucen un rubio platinado y ondulado; labios carnosos, como los de Marilyn Monroe (foto) o Brigitte Bardot; cejas altas y dibujadas en arco, como las de Sophia Loren. 


En la década de los 80, la imagen de la mujer ejecutiva irrumpe en el mercado de la belleza y esta se convierte en un hecho social y en un reflejo del grupo al que esta mujer pertenece: punki, yuppie, rocker, tecno... En los 90, se apuesta por una belleza más natural, cuidada y equilibrada. 

En el nuevo milenio, la atracción que despierta una mujer se puede medir con una fórmula que se denominó: “coeficiente de atracción física”. El resultado se obtiene al dividir el perímetro de la cintura por el tamaño de la cadera, es decir, una cintura de 70 centímetros y una cadera de 90. Por lo que Barbie (con un 0,54 de coeficiente de atracción física) ya no es perfecta, pues el ideal es 0,7.

Estudios realizados en varias partes del mundo sugieren que la gente bella es más exitosa, gana más dinero y tiene más posibilidades de conseguir trabajo. Una investigación realizada en la Universidad de Nuevo México demostró que los hombres prefieren a mujeres con piel suave, ojos grandes, cuerpos curvilíneos y labios gruesos, indicios de una buena salud y fertilidad. 




La realidad social es que responder a los parámetros de belleza sigue siendo una obsesión para muchas personas. Esta búsqueda empujó a miles de mujeres a modificar su conducta. Ejemplo de esto era la práctica en China, hoy ilegal, de vendar los pies de las mujeres (por creer que los pies pequeños resultaban más atractivos).

En conclusión, las marcas más importantes de cosméticos consideran que no basta con tener un rostro bonito, ellas suelen apostar por las caras nuevas. Además de poseer belleza, las modelos elegidas deben tener carisma y personalidad para proyectar actitudes cómplices con la mujer de hoy en día. 


Lia


2 comentarios:

  1. Muy interesante saber cómo ha ido evolucionando la Historia de la belleza... Una reflexión que conecta con el trabajo de ayer de Paschoal. Enhorabuena, Lia.

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