miércoles, 4 de noviembre de 2015

Diario de Lectura de Cristiane VII

04/11/2015

Queridos amigos:

Cuando terminé de escribir el último texto del diario, publicado el 15 de octubre, pensé: ¿Qué le pasará a Lorca y a mi diario ahora que acabo de escribir y publicar mis impresiones sobre la relación del poeta con Dalí, hecho que a mí me parece lo más intenso de su vida?

Entonces, me puse a leer las páginas siguientes de la biografía con la esperanza de encontrar algo de inusitado para registrar en el blog, pues no quiero repetir historias comunes, que son posibles que cualquiera encuentre en cualquier sitio, sino arrojar luz sobre hechos que solo los apasionados por la Literatura consiguen entresacar de las páginas de la Historia.

Así que enseguida encontré algo que realmente considero importante, distinto y me arriesgo a decir que, desconocido por muchos en la carrera del poeta: sus inusitados dibujos.

No sé si os acordaréis que, en el primer texto de este diario (15 de agosto), expuse parte de la firma del poeta, así como también ya lo mencionaba en el capítulo III de este Diario, que Lorca tenía muchas facetas artísticas, pero no me fijé en la de los dibujos, una que le acompañó a lo largo de su vida y que aparece en diversos momentos de su obra como, por ejemplo, en los decorados de sus obras teatrales, en las cartas y tarjetas postales que escribía a sus familiares y amigos, en las dedicatorias de sus libros y también como ilustraciones de sus poemas.

Al igual que en la poesía, el artista utilizó metáforas para exponer sus dudas, los mitos, el amor, el sexo, la muerte o el destino. También echó mano del uso de muchos símbolos comunes en su relación con la muerte (el agua estancada, la sangre derramada, las hierbas, los metales y la luna). Sin embargo, estos mismos símbolos podían representar ora la muerte ora el erotismo, la tristeza o la belleza.


Dibujos de 1920 para
El maleficio de la mariposa:
Curianito el Nene y Curianita Silvia

Federico pinta a Dalí


Dibujo de Federico para Mariana Pineda


Verde que te quiero verde.


Federico convirtió su fotografía
en imagen de San Sebastián,
con alusiones a Salvador Dalí,
destinatario de la misma.
Primera edición del Romancero gitano


La gitana Soledad Montoya
Soledad Montoya aparece rígida
y triste, como si estuviera encerrada
en su mundo de sufrimiento,
sin libertad para actuar
ROMANCE DE LA PENA NEGRA

A José Navarro Pardo

Las piquetas de los gallos 
cavan buscando la aurora, 
cuando por el monte oscuro 
baja Soledad Montoya. 
Cobre amarillo, su carne, 
huele a caballo y a sombra. 
Yunques ahumados sus pechos, 
gimen canciones redondas. 
Soledad, ¿por quién preguntas 
sin compaña y a estas horas? 
Pregunte por quien pregunte, 
dime: ¿a ti qué se te importa? 
Vengo a buscar lo que busco, 
mi alegría y mi persona. 
Soledad de mis pesares, 
caballo que se desboca, 
al fin encuentra la mar 
y se lo tragan las olas. 
No me recuerdes el mar, 
que la pena negra, brota 
en las tierras de aceituna 
bajo el rumor de las hojas. 
¡Soledad, qué pena tienes! 
¡Qué pena tan lastimosa! 
Lloras zumo de limón 
agrio de espera y de boca. 
¡Qué pena tan grande! Corro 
mi casa como una loca, 
mis dos trenzas por el suelo, 
de la cocina a la alcoba. 
¡Qué pena! Me estoy poniendo 
de azabache carne y ropa. 
¡Ay, mis camisas de hilo! 
¡Ay, mis muslos de amapola! 
Soledad: lava tu cuerpo 
con agua de las alondras, 
y deja tu corazón 
en paz, Soledad Montoya.
 ***
Por abajo canta el río: 
volante de cielo y hojas. 
Con flores de calabaza, 
la nueva luz se corona. 
¡Oh pena de los gitanos! 
Pena limpia y siempre sola. 
¡Oh pena de cauce oculto 
y madrugada remota!



Busto de Antoñito el Camborio (1928),
 del ejemplar del Romancero gitano dedicado a Emilia Llanos.
El dibujo retrata a un joven dichoso que sufre con la envidia de sus familiares.



Lorca también demostró los cambios por los cuales pasaba en sus firmas, 
que a lo largo del tiempo fueron exponiendo diferentes tipos de letras. 









En esta última se ven con claridad los elementos de la naturaleza, la flor del granado, la lluvia, o sea, Lorca incorporó en su firma los elementos que para él representaban su origen y, me atrevo a decir que con un tipo de intuición sobre su fin prematuro, también lo hizo con la luna, que como comenté en el texto publicado el 25 de agosto, se podría pensar que su nombre era su propio cuerpo muerto bajo la Luna. La Luna, con mayúscula, que para él era el símbolo de la muerte, pero también el símbolo de su tan amada naturaleza y, claro está, de su tierra, Granada. La Luna llora su muerte y este llanto está reflejado en lo que podría ser la sangre derramada del poeta.
Queridos amigos, este tema de los dibujos del poeta granadino no está cerrado, puesto que Lorca vivió muchas fases importantes en su vida y, en cada una de ellas, puso sobre el papel su forma de ver y de sentir el mundo y así expresar sus sentimientos. Por este motivo, volveré a mencionar esta vena artística y desconocida para muchos de sus lectores.

Saludos blogueros, Cristiane.

Referencias:
Http://asociacionamum.blogspot.com.br/2014/02/la-imagen-del-gitano-en-los-dibujos-de.html - Acceso el 01/11/15.
Http://circulo.repdeval.com/Famosos/Garcialorca/analisispena.htm - Acceso el 01/11/15.
Imágenes 7, 8, 9 y 10. Http://literariamentegrafologico.blogspot.com.br/2011/05/lorca-traves-de-sus-dibujos.html - Acceso el 01/11/15. 
Imágenes 1, 2, 3, 4, 5, 6, 11. Http://transdisciplina3.tripod.com/135-federico_garcia_lorca.htm - Acceso el 01/11/15.



3 comentarios:

  1. Querida Cristiane,

    Me encantan tus textos. Muchas gracias.

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  2. Cris, la verdad es que el Diario está cada día más interesante... Cuánto nos haces recordar y también aprender!! Felicidades, espero el siguiente capítulo con emoción.

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  3. Hola, Cristiane !
    Felicidades por el artículo. Escribes muy bien !!! Gracias.

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