María
Cristina Pasquinelli, conocida artísticamente como María Volonté, es una
cantautora argentina que nació el 16 de diciembre de 1955, en Ituzaingó, Buenos
Aires. Las artes siempre formaron parte de su vida, de manera que, a los 5 años
de edad recibió un regalo muy especial de su padre (que mantenía una relación
profunda con las Artes): su primera guitarra. En consecuencia, la música despertó
el talento que María poseía y empezó a escuchar varios géneros musicales, como el
tango, folclore, bolero, flamenco, jazz, ópera, comedia musical, canciones
francesas e italianas y fado.
Paco
Ibáñez, Nicolás Guiellen o Joan Manuel Serrat, en su época calentaban las
madrugadas frías y preparaba a la gran cantautora argentina, que más tarde,
durante los años 80, inició su carrera musical. Por esta razón, en paralelo,
Volonté dedicó una parte importante de su tiempo al estudio de la Música, danza
y teatro, recibiendo además clases de canto con el maestro Julio Méndez.
María,
entonces, pasó a presentarse por los bares de Buenos Aires, donde conoció a varios
músicos importantes, como Ariel Prat, Horacio Hurtado y Javier Malossetti. Los
comienzos de su carrera la llevaron a actuar abrazada a diversos ritmos
musicales, incluso compuso e interpretó rock latino. Esta extensa
experimentación culminó en su primer disco Tango
y otras pasiones que, en 1996, fue incluido por el periódico La Nación entre los 100 mejores discos
de tango.
En
1999, lanzó Cornisas del corazón y Fuimos, con el pianista Horacio Larumbe,
con este trabajo María ganó el Premio Gardel al mejor Álbum de tango, aunque posteriormente
también fue nominada al Grammy Latino. En 2004, con Tangos fue nominada una vez más para el Premio Gardel (2005). En su
quinto disco (2006), Yo soy María, la
cantautora mezcla el tango con el jazz y la bossa nova brasileña. Durante sus
presentaciones por el mundo, tuvo la oportunidad de estar por gran parte de la
geografía latinoamericana, así como también en Europa y Estados Unidos. Cabe
destacar que, en Munich (Alemania), protagonizó la ópera María de Buenos Aires, de Horacio Ferrer y Astor Piazzolla,
dirigida por Gerardo Gandini.
En
suma, María Volonté, representa la fuerza y la belleza de este ritmo musical
llamado Tango, que a lo largo de su linda e infinita Historia nos encanta y
siempre lo hará gracias a sus grandes protagonistas, Carlos Gardel, Astor
Piazzolla, Julio Sosa, Roberto Goyeneche, Edmundo Rivero, Tita Merello, Hugo
del Carril, Jorge Falcón o Alberto Castillo, entre otros.
Así
que para esta ocasión elegí la canción “Naranjo en flor” compuesta por Virgilio
y Homero Expósito e interpretada por la gran cantautora a la que hoy dedicamos
este espacio: María Volonté.
¡Espero
que la disfrutéis!
Jorge Martins de Almeida
“Naranjo en flor”
Era más blanca que el agua,
que el agua blanca.
Era más fresca que el río,
Naranjo en flor.
Y en esa calle de estío,
calle perdida.
Dejó un pedazo de vida
y se marchó.
Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento.
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor,
que se escaparon con el viento.
Después, qué importa del después,
toda mi vida es el ayer,
que me detiene en el pasado
eterna y vieja juventud,
que me ha dejado acobardado,
como un pájaro sin luz.
¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le habrán hecho?
Para dejarme en el pecho
tanto dolor.
Dolor de vieja arboleda.
Canción de esquina,
con un pedazo de vida,
naranjo en flor.
Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento.
Perfume de naranjo en flor,
Promesas vanas de un amor,
que se escaparon con el viento.
Después, qué importa del después
toda mi vida es el ayer,
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado,
como un pájaro sin luz.
Fuentes consultadas:
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