Día 1
El primer día fue más o menos
normal, sin sobresaltos, con un trato incluso hospitalario. El segundo día, los prisioneros hicieron un
motín. La primera consecuencia fue que los guardias sacrificaron su
tiempo libre para hacer horas extra no remuneradas y ayudar a controlar la
situación. La segunda consecuencia fue que el experimento se les fue de las
manos, tanto a investigadores como a guardias, y nunca se volvió a un estado
normal.
Sadismo
Los guardias obligaron a los
prisioneros a ir desnudos para humillarles, les negaron el derecho a ir al
lavabo, para convertirlo en un privilegio o una costosa recompensa, y hasta se
decidió convertir la comida en un premio, en lugar de mantenerlo como derecho
fundamental.
De ahí se pasó a prácticas aún más crueles, como obligar a algunos prisioneros a dormir en el suelo de hormigón, estando desnudos, tras quitarles tanto sus túnicas como los colchones de sus celdas. También se les impusieron castigos en forma de ejercicio físico forzado e incluso tuvieron que limpiar retretes con las manos desnudas, lo cual es un síntoma claro de que se abrazó rápidamente la humillación gratuita, puesto que ya ni siquiera los castigos normales eran suficientes.
en la salida, tras el rumor de fuga |
Los guardias comenzaron a ejercer prácticas de sadismo puro, especialmente cuando se hacía de noche y creían
que las cámaras que grababan sus movimientos estaban apagadas. Cuando se cumplió
el cuarto día del experimento, llegó a los oídos tanto de Zimbardo como del
equipo de guardias el rumor de que los prisioneros estaban preparando un plan
para huir de la falsa prisión. Su reacción fue tratar de que el experimento se
trasladase a una cárcel real, o al menos a un conjunto de celdas reales, las de
la policía de Palo Alto. La policía no quiso prestarse a ello y Zimbardo llegó
a enfadarse por su poca cooperación.
Sin embargo,
algo que se fue percibiendo, y que defendió Zimbardo con posterioridad al
experimento, es que cada uno aceptó su
papel, asumió que formaba parte de un juego de rol, incluso tras experimentar
unas condiciones tan duras. Esto se pudo comprobar después de un pequeño
intraexperimento: A cada prisionero se le ofreció la "libertad
condicional" a cambio de renunciar a su paga. Casi todos aceptaron, pero luego
se les informó que dicha libertad condicional había sido denegada.
En lugar de
abandonar el experimento, como parecía lógico que hicieran una vez que ya
habían decidido que perderían todo el dinero, todos se quedaron en la
"cárcel". Podían haber salido libres en cualquier momento y no
quisieron, solo lo aceptaron cuando el entramado formaba parte del juego (lo de
esa "libertad condicional"). Como objeto de estudio de la conducta es
una de las partes más interesantes del experimento, puesto que resulta muy
inquietante.
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