¡¡Hola mis queridos correveidileanos!!
¿Cómo
estáis? ¡Espero que bien! Esta semana estuve pensando en cómo los medios de
transportes han cambiado al largo de los años y me puse a reflexionar cómo
serán en algunas décadas… No digo esto solo por la tecnología, que hizo que
hubiera una verdadera revolución en este campo, sino también por los
movimientos que surgen cada vez con mayor fuerza para imponernos los modos de locomoción
que utilizamos con más o menos frecuencia.
Por
tales reflexiones, he decidido dar a conocer los términos nuevos que están
surgiendo sobre los medios de transporte y su impacto, incluso en otros campos
de la vida en sociedad. Uno de los más recientes tiene que ver con la fiebre de
la aplicación UBER.
En
la lengua castellana, ya se reconoce el sustantivo uberización y
el verbo uberizar, que están
formados a partir del nombre de la empresa Uber Technologies
Inc., que ofrece a sus clientes un medio de transporte privado mediante una red
de contactos directos entre particulares.
Sin duda, es muy
interesante apuntar, además, que en los medios de comunicación cada vez es más
frecuente encontrar frases como «La ‘uberización’ de la economía», «La empresa
confirma que la ‘uberización’ ha llegado para quedarse» o «Los bancos analizan
cómo ‘uberizar’ su negocio».
Por
consiguiente, del nombre propio de la empresa Uber se han creado las voces uberizar, con el sufijo -izar,
y, a partir de este verbo, uberización,
a su vez con el sufijo -ción. Se trata de un proceso similar al
experimentado en marcas registradas como WhatsApp, que ha dado lugar a wasapear,
o Simoniz, de la que deriva el verbo simonizar, esto es, “encerar la
carrocería de un automóvil’’.
La uberización hace
referencia a las cada vez más numerosas plataformas de
economía colaborativa en las que, gracias a internet y a las nuevas
tecnologías, unas personas ponen a disposición de particulares, sin necesidad
de intermediarios, diversos bienes y servicios: una casa o habitación en
alquiler, un trayecto compartido, un coche o una plaza de garaje.
Dado que los términos uberización y uberizar respetan las pautas
habituales de derivación, no hay
razón para entrecomillarlos, si bien el redactor puede optar por este recurso
si desea destacar su novedad o cree que dicho resalte puede facilitar la comprensión
por parte del lector.
Con respecto a otros
cambios en esta área, hace falta estar pendiente a la hora de usar expresiones
como “vehículo compartido”, en vez del anglicismo carpooling, que aluden a
la práctica de ponerse de acuerdo varias personas para repartirse los gastos
durante un trayecto o un viaje entero en un mismo vehículo.
No hay necesidad de inventar palabras, ni de
incorporar extranjerismos por el hecho de que quienes viajan en el mismo vehículo
sean desconocidos que se han puesto en contacto mediante determinadas páginas o
aplicaciones informáticas. Sí es adecuado emplear Carpooling, no
obstante, cuando se haga referencia específicamente a la compañía que tiene
este nombre propio.
Por último, se recuerda también que esta práctica es distinta del préstamo
o uso temporal de vehículos, en inglés conocido como car sharing, que apunta a aquellos sistemas que
ponen a disposición de potenciales usuarios vehículos que se pueden usar por
horas y que están disponibles en múltiples puntos de una ciudad.
Las expresiones préstamos de vehículos o uso
temporal de vehículos son alternativas factibles en español
al anglicismo car
sharing. No se deben confundir tales
denominaciones con el alquiler
de vehículos, aplicado al modelo tradicional, por días. De optarse
por el nombre inglés, ha de escribirse en cursiva: carsharing o car
sharing (se usa de
ambas formas).
Bueno, queridos lectores, ¡espero haberos
entretenido con estas informaciones tan actuales e interesantes!
La Duquesa
La Duquesa, con toda su nobleza, siempre dialogando con la actualidad. ¡Gracias!
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