La Literatura hippie se puede encontrar en varios movimientos literarios, desde finales de los años 40 hasta los 70, cuando se fracturaron, en varias partes del mundo, bajo seudónimos regionales que tenían en común la búsqueda de la libertad de expresión y la ruptura de viejos paradigmas. La cuna principal de esta literatura está en los Estados Unidos, donde el movimiento hippie surge con la mayor fuerza. En ese país, la literatura que acompaña a este movimiento ganó el nombre de literatura beat.
La Literatura beat fue un movimiento literario que se originó a mediados de la
década de los 50 liderado por un grupo de jóvenes intelectuales que estaban
cansados del orden conservador establecido en los EE. UU. después de la Segunda
Guerra Mundial. Con el fin de expresarse libremente y contar su visión del
mundo y sus historias, estos escritores comenzaron a producir de manera
desenfrenada, a menudo movidos por las drogas, el alcohol, el sexo libre y el jazz
(el género musical que más inspiró a los beats).
Aunque más que escribir, este grupo de amigos estaba interesado en estar
siempre juntos, componiendo, viajando, bebiendo y, a veces, teniendo sexo en
grupo.
Entonces,
había intensidad en todo: en el estilo narrativo, en los temas y en los
personajes. La escritura era compulsiva y el flujo de pensamiento era
desordenado, en ocasiones, incluso caótico. Con gran reconocimiento de la transmisión
oral, el lenguaje fue informal, lleno de jerga y palabras malsonantes o con el
llamado hip talk (que consistía en un
vocabulario marginal típico de la ciudad de Nueva York).
También
hubo un fuerte apoyo a la igualdad étnica, la mezcla de razas y los
intercambios culturales entre estas. Sus principales escritores y obras
icónicas fueron: Jack Kerouac (1922-1969) que escribió On the road (1957); Allen Ginsberg (1926-1997) con Howl and other poems (1955-56); William
Burroughs (1914-1997) con Naked Lunch
(1959); Lawrence Ferlinghetti (1919) con A
coney island of the mind (1958) y Gregory Corso (1930-2001) con Bomb (1960).
Tras
el primer movimiento de América, movimientos similares erupcionaron en varias
partes del mundo. En México, el movimiento literario basado en los principios
de la cultura hippie se denominó "Literatura de la Onda". El
surgimiento de esta Literatura podría situarse a partir de la segunda mitad de
los años 60, con la aparición de dos novelas: Gazapo (1965), de Gustavo Sáinz, y De perfil (1966), de José Agustín. Continuaría entonces con Pasto verde (1968), de Parménides García
Saldaña.
La
expresión fue acuñada por la escritora y crítica literaria Margo, en referencia
al título de José Agustín: Cuál es la
onda. El término “la Onda” es utilizado para definir un tipo de literatura,
mexicana, escrita por jóvenes nacidos en México entre 1938 y 1951 y cuyas obras
presentaban características muy específicas. Para Margo Glantz, esta "Literatura
de la Onda" nace en un contexto histórico marcado, principalmente, por el
preludio de lo que con posterioridad sería el movimiento estudiantil del 68
(que daría lugar a la Literatura del 68), las manifestaciones contra Vietnam,
el desequilibrio social —producto de la sociedad de consumo y del capitalismo—
y el descreimiento de la juventud frente a todo lo que oliera a autoridad (ya
fuera la familia o el Estado, así como sus instituciones).
En
su vida cotidiana y en sus obras, los jóvenes de La Onda subrayan la suciedad como valor contra la
limpieza y las “buenas maneras”, proclaman el libre amor y la paz contra la
violencia, ejercen la libertad sexual, rompen tabúes y aceptan la pornografía
como algo normal. Todos consumen drogas. Como fanáticos del rock y de la música
pop, adoptan el movimiento hippie norteamericano como manera de vivir y se
asombran ante el universo tecnológico que durante esa década abrió nuevos caminos
a la música y al sonido. Tienen desprecio a los que se alinean al “sistema”, a
las reglas y describen el deterioro y la crisis de la familia. Creen vivir una
amenaza de ser devorados por el sistema, de ser absorbidos por la sociedad que
rechazan. Asimismo valoran su “autenticidad” y, una vez que muchos de ellos se
encuentran en la edad crítica de los treinta años, se sienten amenazados ante
la “edad adulta”, retomando actitudes adolescentes.
No
sorprende, así, que escriban para adolescentes. Las novelas y relatos de la
Onda reflejan el mundo de los jóvenes, su rebeldía contra la sociedad, las
generaciones que los antecedieron y todo tipo de ataduras. Algunas de las
marcas de los textos son el placer de vivir en grupos, la necesidad de viajar y
romper con lo antiguo, así como de desplazarse, aunque siempre con la ayuda de
las drogas.
La
Onda recibe la influencia de la literatura de la generación beat. Las situaciones narrativas son
descritas por los propios protagonistas para reproducir el instante en el que
experimentaron sus vivencias. El lenguaje de los textos está creado
expresamente por el joven para delimitar su territorio, en una mezcla de
expresiones juveniles desenfadadas, jerga citadina y albures. Se trata de un
nuevo tipo de lenguaje y una nueva forma de realismo que “apela a los sentidos”
de los lectores, pero fiando que esos lectores incluso están viviendo esas
sensaciones. Al mismo tiempo, es una negativa absoluta a la racionalización.
Aunque
hay algunos críticos que incluyen dentro de “la Literatura de la Onda” algunas
obras de autores como Orlando Ortiz, Manuel Echeverría o Juan Manuel Torres, para
la crítica, en general, los principales representantes de esta literatura son:
José Agustín, con la citada novela De
perfil (1966), Inventando que sueño:
drama en cuatro actos (1968), Se está
haciendo tarde (1973) o La mirada en
el centro (1977), entre otros textos; Gustavo Sáinz, con la supracitada
novela Gazapo (1965), Obsesivos días circulares (1969), La princesa del Palacio de Hierro (1974)
y Compadre lobo (1977), y Parménides
García Saldaña, con Pasto verde
(1968) y El rey criollo (1970). Estos
escritores también publicaron mucho en periódicos o publicaciones de acceso a
los jóvenes, su principal público. Sin duda, Parmenides García Saldaña fue el
más enigmático de todos ellos. No es extraño que, hasta hoy en día, los
estudiosos se pregunten si Parménides era en verdad un genio o un loco
patológico.
Fuente: http://www.yaconic.com/ |
Parménides García Saldaña nació en Orizaba, Veracruz, (México), el 9 de
febrero de 1944, y murió muy joven, en la Ciudad de México, un 19 de septiembre
de 1982. Era hijo de una familia de clase media, que seguía los ideales del
buen juicio y la moral, y en la cual Parménides resultaba un contraste absurdo. Fue estudiante
de Economía y, después, de Filología inglesa en el Estado de Louisiana, Estados
Unidos. Parménides hablaba inglés a la manera de un habitante del Bronx, como
si la distinción entre su familia y su origen fuera casi una necesidad para él.
Además
de las novelas mencionadas, también escribió el guion de la película Pueblo fantasma (1966) y muchísimos
artículos periodísticos que hasta hoy no han sido recopilados todavía. Parménides
murió un 19 de septiembre de 1982, a los 38 años de edad. Estaba solo y
anémico, a causa de una pulmonía, según su autopsia y algunos testigos presenciales. Parménides fue
encontrado tan solo diez días después de haberse muerto. Hasta hace algunos años,
la familia García Saldaña no hablaba de él.
Este escritor publicó
pocos libros: Pasto Verde en 1968, El rey criollo en 1970, La ruta de La Onda en 1974, Mediodía en 1975, En algún lugar del rock (el callejón del blues) en 1993. Aun así
es, sin duda, “uno de los locos más lúcidos que hayan existido en nuestros
tiempos”, como dijo un crítico literario mexicano una vez. Fue el único de los
escritores, nacido en los años cuarenta, que aceptó el término de "Literatura de
La Onda".
“Tú
y yo éramos los únicos jóvenes, me acuerdo.
Los
hombres bebían con alguna amiga accidental,
la
amante o la puta, o simplemente
una
dama de compañía para no beber solos.
Como
nosotros, estaban allí para llenar sus cuerpos y
sus
cerebros de alcohol, para sentirse bien.
Ellos
querían olvidar sus deberes del siguiente día”.
(Fragmento del cuento "En noches como estas"
de Parménides García Saldaña)
Mariana Boeing
[En la actualidad existe un blog, conducido por su hermano Edmundo García Saldaña, que está dedicado a preservar la memoria del autor: Parménides García Saldaña, "El niño terrible de la Literatura mexicana" ].
Otras referencias a este escritor:
Excelente trabajo, Mariana. No es fácil escribir sobre la formación de los movimientos literarios, pero está muy bien reflejada la evolución.
ResponderEliminarQue emoción leer este trabajo tan completo y bien logrado, es una investigación de primera ¡felicidades Mariana Boeing,
ResponderEliminarTeniendo en cuenta las diferentes hablas del castellano, en el vocabulario y forma de escribir y hablarlo, resulta muy satisfactorio que tengamos un entendimiento de autores tan complejos como Parménides y de la llamada Literatura de la onda en México.
La literatura de la onda surge como un intento por estos jóvenes por aportar y formar parte de la literatura universal, o por lo menos internacional en un país es donde los tabúes y represiones autoritarias y tradiciones familiares venían de una sociedad nonagesima y retrógrada, en especial la clase media, en México todo era "onda" a lo que pretendía mostrarse como moderno, tal vez de ahí el que se le denominará Literatura de la Onda a una nueva forma de ver y escribir y en el caso de Parménides de romper con los esquemas tradicionales de una literatura rural que ahora en el modernismo urbano se rompían también e innovaban en la gramática utilizando el lenguaje coloquial, las palabras altisonantes, groserías, el calo local y todo lo que mostrará una nueva faceta de cultura juvenil. Sin embargo el llamar Onda a todo lo moderno no fue bien interpretado por la misma gente para definir lo que sucedía y no entendía, parece ser que en el caso de la literatura de la onda, Margo Glantz al no saber entender o ver la tradición literaria y no entender lo que había detrás de esta literatura como era el rock, las drogas, los escritores est, Los beat nicks, hipsters y LO que sucedía en el mundo político, social y cultural, acuñó el término y fue tomado como despectivo por los mismos escritores jóvenes y lectores, en una sociedad conservadora era muy aventurado darles a estos jóvenes un estatus de escritores en las mafias de literatura y de seudo intelectuales, snobs y pretensiosos, que a la fecha aún existen y existirán. Sin embargo a Parménides no le importo eso y. Onti uo en su búsqueda experimentación e innovación. A varios de sus contemporáneos si les afectó y a la fecha no les agrada el tenerlos como ondearon, Parménides si era un ondero de tiempo completo y a la fecha la palabra onda, se utiliza a diario por todo el colectivo juvenil y no juvenil o que lo fue.
En su libro póstumo y rescatado y editado en efecto en el 93, Parménides crea una obra que a mi pregunta a García Márquez de que no entendía la obra además de una errática edición, me dijo" a Parménides le gustaba mucho explorar, experimentar y era muy bueno en eso, le salía bien"
En El callejón del blues crea una miscelánea de textos, que incluyen la poesía, prosa poética, novela corta, guión de un corto metraje y cuento.
Una de las importancias de su obra es que a la fecha a trascendido por mérito propio por su talento e inteligencia y vasta cultura, los jóvenes actuales y ya de varias generaciones atrás lo tienen como tema para sus tesis en Literatura, Letras españolas, etc. Y lo sorprendente es como van descubriendo nuevas interpretaciones de los escritos de Parme, tanto en la forma de escribir como de entender y ver la vida
Se sienten como leyéndolo y los acompaña en su paso por la difícil adolescencia y en un mundo complicado y tecnológico y con una gran necesidad de amor, Parménides les da una visión de ompañia y entendimiento, los jóvenes van interpretando de manera diferente sus escritos y aportan nuevos análisis aún más completos y complejos de su obra.
Es un a grata sorpresa que Parménides García Saldaña sea leído en otros países de habla hispana y no hispana después de tanto tiempo de su muerte, pero después de 34 años su pensamiento, estilo y manera de ver la vida se convierten en una visión universal compartida. Su obra no ha sido en vano.
felicidades a Mariana, a Mia y al Blog en general, saludos desde México a nuestro
querido Brasil.
¡Salud por Parménides!
Edmundo García Saldaña.
Edmundo García, soy yo la que te agradece la generosidad incluso al confundirme con el gran escritor mozambiqueño Mia Couto". Saludos.
ResponderEliminarGracias, Edmundo, por hacer llegar la luz de la genialidad de tu hermano hasta este sencillo blog y también por tu generosidad para con la labor que, desde aquí, realizamos y difundimos. Estoy segura de que Mariana se sentirá feliz con el reconocimiento humano hacia su trabajo, entre otras cosas porque me consta que trabaja con mucho rigor. Un abrazo afectuoso en la distancia,
ResponderEliminarSaludos y muchas gracias a ustedes y a los lectores del Brasil, con mucho. Arito desde México.
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