viernes, 6 de marzo de 2020

"Rasputín: El monje loco" (II)

¿Te perdiste la primera parte?

De esta manera creció la influencia de Rasputín sobre la zarina Alejandra, al punto de elegir y determinar a quién colocar en diferentes puestos del gobierno. Incluso el starets llegó a conceder favores políticos a cambio de favores sexuales por parte de damas de la alta sociedad.

Rasputín en su departamento, rodeado de seguidores
Rasputín, en su apartamento, entre la clase alta

Mientras se nombraban ministros fieles, pero ineptos, se extendieron los rumores sobre la connivencia de la zarina y Rasputín con los alemanes, la idea de que espiaban para ellos, de que trabajaban por una paz separada. Esto empeoró las críticas tanto hacia este como hacia la familia Romanov, que fueron acusados de ser unas meras marionetas en sus manos.

El starets, que en 1914 sobrevivió a un grave atentado, se entregó a la bebida como si ya nada le importara, quizá consciente de que se acercaba su final; sabía que fuerzas muy poderosas se habían alzado contra él. Por entonces, sus vínculos con la cúpula del Estado le habían convertido en la persona a la que recurrir para conseguir empleos o negocios, evitar ir al frente o ser deportado. Los peticionarios dejaban grandes sumas de dinero, que Rasputín gastaba en juergas épicas, hecho que aumentó su descrédito y el de la Corona. Su comportamiento le daba mala reputación y sus orgías eran de sobra conocidas por el pueblo, que lo había apodado como “El monje loco”.

Resultado de imagen de rasputin
Rasputín

Para salvar la monarquía, Rasputín debía morir. La conjuración para terminar con él partió del entorno más íntimo del zar: tuvo como figura central al príncipe Félix Yusúpov, heredero de la mayor fortuna de Rusia (y quizá del mundo), recién casado con la gran duquesa Irina, sobrina del monarca. Félix había sido reclutado por el gran duque Dimitri Pávlovich, primo de Nicolás. El tercer cómplice fue el ultraderechista Vladimir Purishkevich. El 29 de diciembre de 1916, Félix atrajo a Rasputín a su palacio con la promesa de que vería a Irina, por la que aquel sentía fascinación.

Resultado de imagen de Félix Yusúpov e Irina Aleksándrovna
Félix Yusúpov e Irina Aleksándrovna

Habitación del sotano, adonde Rasputín fue llevado
Una vez allí, en una habitación del sótano, le dieron pasteles de crema con cianuro, que se comió, pero como el veneno no le afectó, Félix le disparó con el revólver de Dimitri. Creían que Rasputín había muerto, pero se levantó y huyó por el patio trasero del palacio. Purishkevich le disparó, le acertó dos veces y lo mató. Luego, el cuerpo fue envuelto en una alfombra y arrojado al río Neva, por un agujero en el hielo, donde fue descubierto tres días después. Se había zafado de las cuerdas. No lo habían matado ni los tiros, ni el veneno, sino que se había ahogado, intentando nadar hacia la orilla.

Cuerpo de Rasputín, tras sacarlo del río

Una investigación llevada a cabo por la BBC en 2004 ha demostrado que el servicio secreto de Gran Bretaña (MI6) estuvo implicado en el asesinato de Rasputín y que fue el agente Oswald Rayner el que le dio el tiro en la cabeza. ¿Qué narices hacían los británicos implicados en esa trama palaciega? Se cree que los servicios secretos querían eliminarlo, ya que había rumores de que Rasputín quería negociar la paz entre Rusia y Alemania. Debido a su gran influencia sobre el Zar, no estaba descartado que esto ocurriera. Si el acuerdo se hubiera consumado, 350 000 soldados alemanes habrían podido ser redirigidos para luchar contra los Aliados en el Frente Occidental.

Rasputín fue enterrado en los cimientos de una capilla construida en Tsárskoye Tseló (La villa de los zares), en San Petersburgo. Tres meses más tarde, después de la caída de la monarquía, su cadáver fue trasladado a la capital. El final de su aventura resulta tan misterioso como su vida: se ha dicho que su cuerpo fue quemado en un bosque, pero hoy se cree que fue incinerado en los hornos del Instituto Politécnico del norte de la ciudad.

La muerte de Rasputín unió aún más al zar y a su esposa, que cortaron sus lazos con la familia Romanov, cuyos más altos miembros (incluida Isabel Fiodorovna, la propia hermana de la zarina), no tuvieron reparo en pedir el perdón de los implicados (Dimitri fue enviado a Irán y Félix desterrado a sus posesiones en el sur de Rusia). Alejandra se aferraba a la túnica de satén azul manchada de sangre que lucía Rasputín la noche de su "martirio”. Pero hubo otros que se entristecieron. Una dama de la alta sociedad se sorprendió al ver que sus pacientes del hospital militar no estaban contentos con las noticias del asesinato. Cuando insistió en lo sucedido, un soldado replicó: "¡Sí, un campesino llegó hasta el Zar y los nobles lo mataron!". Ese fue el sentir de millones de campesinos rusos; para ellos, Rasputín también fue un mártir.


Resultado de imagen de entierro de rasputinAntes de morir, Rasputín escribió al Zar Nicolás:

“Escribo esta carta, la última, que quedará tras de mí en San Petersburgo. Tengo la premonición de que moriré antes del primero de enero (1917). Le escribo al pueblo ruso, a Papá [el Zar Nicolás], a Mamá [la Zarina Alejandra] y sus hijos, a toda la Patria Rusia, aquello que ellos deben saber y comprender. Sí he de morir por la mano de gente ordinaria, especialmente por mis hermanos – los campesinos rusos – entonces tú, Zar de Rusia, no has de preocuparte por tus hijos: ellos gobernarán Rusia por los siguientes cien años.
Pero si he de morir por la mano de los nobles y los aristócratas, si son ellos quienes rieguen mi sangre, y mi muerte queda en sus manos, entonces 25 años pasarán antes de que puedan lavar mi sangre de sus almas. Ellos tendrán que abandonar Rusia; los hermanos matarán a sus hermanos, las personas se matarán y odiarán unas a otras. En 25 años no quedará una gota de sangre noble en Rusia. Zar de las tierras rusas, si tú escuchas la campana funeraria a la muerte de Gregori y sabes que uno de tus parientes es culpable por mi muerte, entonces te digo que ningún miembro de tu familia, de tus hijos y parientes, vivirá más de dos años”. 

Lo más increíble es que su profecía se hizo realidad 15 meses después, cuando el Zar, su esposa y todos sus hijos fueron asesinados durante la Revolución rusa.

A fin de cuentas

Resultado de imagen de tumba de rasputin
Escultura de Rasputín en Tumen, Siberia
Rasputín fue un singular personaje que tuvo una cercanía especial a la familia imperial rusa. No obstante, en el imaginario colectivo, se encuentra catalogado como uno de los hombres más siniestros de la historia. “El monje loco” se ha convertido en sinónimo del oscurantismo, la manipulación religiosa y la sed de poder; además de vinculársele con la decadencia de la familia real rusa, lo que desembocó en el fin del régimen imperial tras la revolución de octubre de 1917. Una de las figuras más fascinantes, enigmáticas y místicas de la Historia es, todavía hoy, un asunto controvertido entre los historiadores de todo el mundo.

Pepe Cocodrilo


Consultas bibliográficas y citas:
https://www.quien.net/rasputin.php
http://www.phistoria.net/reportajes-de-historia/RASPUTIN_97.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario