Los millennials son la generación que ha nacido entre los años 80 y 90. Es probable que no exista una sola persona que no haya oído algo sobre ellos. Entre muchas de sus características, una de las más sobresalientes es que estos jóvenes están siempre buscando la felicidad (y casi nunca la encuentran).
Mucho se dice sobre la “felicidad de
las pequeñas cosas” y es justo eso lo que Merlí critica en este episodio.
Explicando el pensamiento de Aristóteles, Merlí afirma que la felicidad, según el
filósofo, no está en una taza de café por la mañana, pero sí durante toda la
vida. Así, la búsqueda de la felicidad es la finalidad de la vida y solo se
sabe si se fue feliz al final de los años. Más que eso, este sentimiento es
algo que solamente se encuentra cuando se tiene amigos.
Tal vez Aristóteles haya
sido un millennial, fuera de su tiempo, por creer en la felicidad como
algo grande. Lo que él no sabía, en su época, es que cuando todos buscan la felicidad como cuando se encuentra en una
película, la gran mayoría de las personas acaban tristes. La generación que
tanto busca la realización, en todos los campos de su vida, acaba siendo una de
las que más sufre de ansiedad, depresión y otras enfermedades que han crecido
tanto en los últimos años.
Como muchos de los pensamientos filosóficos, no existe lo correcto o lo equivocado. Hay (y siempre habrá) aquellos que no serán felices si no tienen grandes realizaciones en la vida. Pero la verdad es que, mientras se pueda escoger llevar una vida para saber si se fue feliz, también se podrá elegir ver la felicidad en una simple taza de café por la mañana. ¿Y no sería mejor escoger ser felices todas las mañanas y no solo el último día de nuestras vidas?
Como muchos de los pensamientos filosóficos, no existe lo correcto o lo equivocado. Hay (y siempre habrá) aquellos que no serán felices si no tienen grandes realizaciones en la vida. Pero la verdad es que, mientras se pueda escoger llevar una vida para saber si se fue feliz, también se podrá elegir ver la felicidad en una simple taza de café por la mañana. ¿Y no sería mejor escoger ser felices todas las mañanas y no solo el último día de nuestras vidas?
La peripatética brasileña
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