Si yo digo que vi un pájaro
Sobre tu sexo, ¿deberías creerlo?
Y si no es verdad,
en nada cambiará el Universo.
Si yo digo que el deseo es Eternidad
Porque el instante arde interminable
¿Deberías creerlo? Y si no es verdad
Tantos lo dijeron, que tal vez pueda ser.
En el deseo nos vienen sofomanías, adornos
Imprudencia, pudor. Y ahora digo que hay un pájaro
Volando sobre el Tajo. Por qué no puedo
Puntear de inocencia y poesía
Huesos, sangre, carne, el ahora,
¿Y todo eso en nosotros que se hará deforme?
Existe la noche y existe la tiniebla.
Noche es el velado corazón de Dios
Ese que por pudor ya no busco.
Tinieblas es cuando tú te alejas, o dices
Que viajas, y un sol de hielo
Me petrifica la cara y me desobliga
De fidelidad y de conjura. El deseo
Ese de la carne, a mí no me da miedo
Así como me vino, tampoco me avasalla
¿Sabes por qué? Luché con Aquel.
Y de él tampoco fui lacaya.
Y de él tampoco fui lacaya.
Hilda Hilst
Traducción: Mei Santana
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