jueves, 31 de mayo de 2018

Entrevista con la soprano internacional Laura Alonso Padín: "La ópera me parece una razón para vivir"

El pasado mes de abril tuvimos el privilegio de poder entrevistar a Laura Alonso Padín, natural de Villagarcía de Arousa (Galicia, España), soprano de profesión, que recibió al equipo del blog Correveidile con mucho cariño y con ganas de desmitificar un poco el universo del canto lírico. Además de su extraordinaria belleza física, con una sonrisa contagiosa y una mirada expresiva que a la vista están, Laura Alonso es una artista llena de sensibilidad que habla con seguridad, a la par que conquista con su naturalidad y dulzura.



Esto es lo que le contó a Correveidile en su primera visita a São Paulo (Brasil). Una entrevista que no os dejará indiferentes, tanto si ya sois amantes del canto lírico como aún no, aunque estamos seguros de que tras conocer un poco más a Laura, acabaréis siéndolo. 


Laura Alonso, iniciando la entrevista en São Paulo (Brasil)

Blog Correveidile: Nos gustaría saber un poco sobre su trayectoria lírica, ¿Cuándo empezó su interés por la música? ¿Eligió el canto lírico o el canto lírico le eligió a usted? 

Laura Alonso Padín: Pues, cuando tenía 9 años, yo noté que mi voz estaba impostada, es decir, era todavía una niña y ya cantaba como canto ahora, como "una persona mayor", así que tenía una voz para cantar ópera desde niña. Pero eso le pasa a más gente, sobre todo, a las mujeres. Aunque eso no fue tan extraño en mi casa porque el hermano de mi madre era tenor, cantó mucho y con personas muy famosas; cantaba, sobre todo, ópera. Su madre cantaba ópera, mi abuela, y la madre de mi abuela también. Entonces, mucha gente de la familia lo hacía y parecía todo muy natural, aunque debo añadir que a mí siempre me gustó mucho cantar. Mis padres son profesores de Lengua y Literatura, pero a ambos les encanta cantar. Entonces, ponían discos y todos cantábamos con la guitarra,... los discos de María Callas sonaban casi a diario en casa. Y bueno, como es normal, vino todo un poco así, empecé a cantar desde muy jovencita...

B.C.: Sobre su infancia y adolescencia, ¿Qué elementos destacaría de ambas como vitales para la consolidación de su carrera como cantante profesional? 

L.A.P.: Parecerá una cosa obvia, pero había una profesora de música allí en mi colegio (yo fui a un colegio de monjas), que el primer día que llegó a clase (yo tenía exactamente nueve años), cantaba igual que Montserrat Caballé. Y todas nos quedamos así, boquiabiertas, y a mí aquello se me pegó de una manera que es difícil de explicar… Esta monja se murió hace poco, lo que a mí me dio una pena horrorosa.  
Os cuento algo que era muy gracioso y es que ella tocaba un órgano allí, en la iglesia, y se oía hasta en la calle porque tocaba y cantaba también en las misas y toda la ciudad la oía. (Laura nos canta un poquito) ¡Era tremenda la señora, no era una persona normal! Y nos hacía cantar y todas nos quedábamos así, paradas, no cantaba nadie por oírla a ella. Entonces, eso era lo que me gustaba a mí, oírla, pero yo también cantaba con ella en la clase, aunque éramos unas niñas todavía. ¡Tenía una voz…! Ya no hay profesores de música así. 
Ella sabía Música, por lo que nos daba clase de guitarra, de bandurria y tocábamos también por la calle, teníamos un grupo enorme, pero ella abría la boca y sonaba aquello tremendo. Esa fue una de las cosas que me marcó, claro. Sin embargo, me empezó a gustar mucho la música, otras cosas que viví en casa, en el colegio… Y con 8 años entré en el conservatorio de Santiago de Compostela (Galicia) para estudiar música. Allí tocaba el violín, practicaba solfeo, fue una verdadera inmersión. 
La verdad es que he cursado hasta sexto de violín, también estudié piano, pero bueno, el violín era bastante duro, era muy, muy duro [sonríe]. Empecé a estudiar música también muy pronto. Enseguida entré en un coro, en el Orfeón Terra a Nosa, donde también me ayudaron mucho, en especial su director Miro Moreira. Cuando yo entré en este coro, venía de Oviedo (Asturias) de hacer Marina (Ópera de Emilio Arrieta) con Alfredo Kraus. Se trataba de un coro con mucha actividad que vino a Hispanoamérica e hizo una gala en el (Teatro) Colón, cuando el gobierno gallego se presentó aquí, en el Colón de Buenos Aires (Argentina), ¡Fue un gran acontecimiento! La verdad es que Galicia tenía, en aquel momento, mucho dinero destinado a cultura, había muchas ganas de que Galicia tuviera un lugar cultural en América, pero ahora ya no es más así. 


Laura Alonso (izq.) en un momento de la entrevista, con miembros del Blog Correveidile

B.C.: Hablemos de su tierra natal, de Galicia, ¿Ya ha trabajado con algún repertorio de compositores gallegos? 

L.A.P.: Sí, muchas veces, incluso he grabado discos de música gallega, que creo que alguno de ellos es muy bonito, la verdad. He interpretado música contemporánea y también los clásicos como José Baldomir, Bal y Gay, así como también otros compositores… Cuando los canto en los conciertos, por ejemplo Os teus ollos, dous amores,... son temas que la gente casi nunca los ha oído antes y les gustan mucho. Ese repertorio lo he interpretado hasta en China, porque son canciones muy bonitas que encantan. 


B.C.: En la actualidad, ¿Qué relación profesional guarda con Galicia? 

L.A.P.: Con Galicia, absolutamente ninguna. Yo he cantado muchísimo con la Sinfónica de Galicia y creo que soy la única artista gallega que ha estado programada en el abono hasta el día de hoy, con más de 20 años que tiene esta orquesta. Con la Filarmonía también, pero hace mucho tiempo que no canto con esas orquestas. Ambas dirigidas por directores extranjeros, ambas llenas de músicos extranjeros que hacen programas de música extranjera, de vez en cuando también algo de compositores gallegos, que habelos hailos y muy buenos, como Fernando Buide que tiene varios premios internacionales. Creo que es una pena que en Galicia, sacando estas orquestas, prácticamente no haya ninguna actividad cultural. 
Yo tengo un currículum, he cantado mucho con ellos también, en su momento, porque con Fraga, era otra la actitud que había con los artistas gallegos, no solo conmigo. Pero en toda España, la atención al artista español es “aquella”. Entonces, repito que la cultura puede enriquecer mucho a una comunidad autónoma y puede traer muchos turistas, beneficios económicos y es buena incluso para la gente. 
El Festival Mozart de La Coruña (Galicia) hace años que no está. Tienen algunos problemas con el Festival de ópera, pero sigue adelante y tiene mucho mérito el que pueda seguir ahí. Pero siempre están llenas las óperas, no hay nunca entradas, está vendido todo. Pero es casi, casi una iniciativa privada. Ellos tienen que hacer enormes esfuerzos para seguir. Creo que el tratar así la cultura es un empobrecimiento enorme, es un atraso, porque tú vas a pueblos perdidos de Rusia y la atención al factor cultura es brutal. 
Y Galicia tiene un montón de auditorios, los mejores músicos de Europa, porque os diré que en su momento Claudio Abbado tenía en la orquesta de la Unión Europea a casi la mitad de los músicos de origen gallego. Porque la gente tiene la falsa idea de que los vientos de España son de la Comunidad Valenciana. ¡Y no! Son gallegos, gente gallega que son músicos excelentes y que, a día de hoy, tienen que salir fuera, hacer audiciones en otros países para trabajar. 
Además, en su momento y de una manera errónea, se canceló la “Xove orquestra de Galicia” (Orquesta Joven de Galicia) que hacía una gran labor. Esa orquesta hacía un tipo de conciertos que cubría a un público que las dos nuevas que han hecho no han logrado cubrir ese agujero. Y hoy tendría más sentido que nunca… Se sabe que hay comunidades autónomas que cuidan de ese tipo de formaciones y las tienen. Los chicos gallegos de ahora tienen un nivel altísimo, por lo que hoy se podrían hacer esas dos orquestas que se han hecho con ellos, porque no era igual hace 30 o 40 años la cuerda en Galicia ni en España, pero ahora la cosa ha cambiado. Entonces, yo creo que en la música clásica está surgiendo un cambio, es un momento como de que “algo que va a cambiar”, también en el mundo de la ópera. 

B.C.: ¿Cuál fue el premio o reconocimiento que más le ha emocionado?

L.A.P.: Bueno, a mí lo que más me emociona siempre son los aplausos del público. Sin ir más lejos, los que recibí en Natal (Brasil), por ejemplo, en mi primera actuación. Aunque si tengo que destacar alguno, un reconocimiento bonito fue el Premio de la Cultura de la Unión Europea, en 2011. Se trata de un premio cultural muy importante que me gustó mucho recibirlo, claro. 


A tenor de ese premio, entendemos que todavía es muy joven y que le queda mucha carrera por delante.
Sí, la carrera que quede depende de mi tesón, de cómo esté el mundo, de miles cosas… Bueno, a mí me gusta mucho cantar y me gustará seguir haciéndolo. Yo empecé ya muy joven, entré en el teatro, en Alemania, con 21 años. Pero, fíjate por ejemplo esa señora fantástica, que es soprano, Mariella Devia, que tiene 70 años y cantó, el verano pasado en A Coruña, una ópera… ¡Y se caía el teatro! Hay gente que tiene muy buena salud y, por lo tanto, mantiene la salud de la voz. La voz se lleva dentro y no es como un violín, que cuando se rompe una cuerda y se pude comprar otra. ¡Ojalá! De momento, cuento con que tengo muy buenos genes, familiares con más de 100 años. ¡A ver si se me pega algo! [risas]. 


B.C.: ¿Qué tipo de repertorio le falta por descubrir? 

L.A.P.: Estoy estudiando durante este año y el que viene un repertorio un poco más dramático, a ver si funciona. Y bueno, es un repertorio verdiano, Puccini, Madame Butterfly. Yo soy lírica, tengo la voz un poco oscura, cantando ópera es diferente, se oye otro tipo de voz, no es como el concierto de zarzuela que vine a dar a Brasil, pero me gustaría abarcar ese repertorio, digamos, un poco de lírica ancha. 



B.C.: ¿Cuál es su ópera favorita y por qué? 

L.A.P.: A mí me parece que La Traviata es una ópera que lo tiene todo. O también Tosca, porque son óperas en las que tu faceta actoral tiene que ser total, casi al cien por cien con la faceta de cantante. Yo creo que son obras maestras. La ópera no es solo música, es una cosa que tiene todo y en la que tanta gente colabora; pues desde uno que hace un zapato hasta los coros, la orquesta, el director… A mí la ópera me parece una razón de vivir, una razón para vivir el hacer ópera. 

B.C.: Si hablamos de compositores, ¿Cuáles son sus preferidos y el motivo de su elección? 

L.A.P.: A mí me gusta mucho como compositor Puccini, sobre todo por cómo trata la voz y, bueno, seguro que era un personaje increíble porque él tenía a su hermana en un convento de monjas, les escribió la ópera Suor Angelica, y se la fue a tocar allí y las monjas felices. Puccini debió de ser un personaje único porque creo que era una cosa tremenda [risas]. Eso también es especial escucharlo, que como hombre, el hombre que había detrás del compositor, también era increíble.

B.C.: ¿Qué cosas o quiénes la inspiran? 

L.A.P.: La verdad es que creo que lo importante es lo que te inspira en tu vida personal, que influye mucho para cantar. A día de hoy, lo que me inspira es la gente que tiene coraje, que se enfrenta diariamente a este mundo y, en este mundo moderno, a cosas muy duras, porque me parece que la vida es como una escuela de ballet o una escuela de baile, en la que todos deben aprender a bailar no sé al son de qué. En suma, una vida agresiva y dura, pero en la que hay gente que se enfrenta cada día a problemas tremendos, a veces, completamente solos. Y esa gente me inspira… me da fuerza a mí para ayudar a otros.
Por ejemplo, hace poco conocí a una señora que, en África, hace una labor enorme, lleva medicamentos y dinero a gente que no tiene absolutamente nada. Entonces, me parece impresionante conocer a esas personas. Ella es profesora en el Líbano, trabaja en la marca Merck, de medicamentos, y como ellos ayudan… Esa es la verdadera gente que inspira, al menos eso me parece a mí. 



B.C.: Sabemos que ahora vive en Alemania, ¿Cómo es la vida de una cantante lírica española allí? 

L.A.P.: Cuando llegué a Alemania fue un verdadero shock porque, claro, no tenía nada que ver con lo que pensaba de Alemania, yo era muy joven, la verdad es que me fui así, un poco sin saber… pero nadie podía pararme. Me decía mi madre que nadie me paraba de ir allí. Pero bueno, Alemania es como mi casa, es un país magnífico, con una gente estupenda y un pueblo que también ha sufrido mucho, con una Historia muy dura, pero el alemán es educadísimo, buenísimo, te ayuda en todo, y Alemania sí que te ofrece que tú te realices como artista. El país tiene 90 casas de ópera y, obvio, son muchas oportunidades. El país realiza una gran apuesta por la cultura, hay cultura en cada esquina. Ya llevo viviendo en ese país unos 23 años, o por ahí, quizá alguno más.
Lo increíble es que existen muchos pueblos y todos los días hay ópera, todas las noches, y se llena el teatro, el promedio de visitas es de casi el 100%. Me acuerdo que, un día, representábamos una función de Carmen, y yo empezaba en mi teatro, hacía el personaje de Frasquita, y estaba llenísimo y yo le decía a los colegas sorprendida: "Pero esta gente, ¿no tiene otra cosa que hacer?" O sea, todo lleno, siempre lleno [risas]. Todas las funciones vendidas meses antes; por ejemplo, la Cena de Navidad, que era cara, en el escenario del teatro tú tienes una actuación y cenas, pero era muy, muy caro el plato, y el mismo día que pusieron las entradas a la venta ya no había más sitio. La gente compra libros, compra discos, compra entradas para la ópera. 


Usted proviene de una zona de España, Galicia, muy empobrecida, así que imaginamos que todo eso le debió de llamar mucho la atención…
Bueno, Galicia no ha hecho una apuesta por la cultura. Galicia tiene otras prioridades, es evidente que las tiene. Pero cuando estaba Fraga Iribarne en el gobierno de la Xunta de Galicia, se hacía un poco más. Fraga prestaba más atención a lo de Galicia, quizás porque la quería y porque para él eso era importante, con el Orfeón casi todos los meses había conciertos y él se sentaba allí a ver el concierto; a veces estaba cansado, porque se levantaba muy temprano, pero iba y le gustaba la música. En cambio ahora, ya no hay nada. ¡Es muy complicado! 
En cambio, hay otros países que son diferentes. La señora Angela Merkel, por ejemplo, es una forofa de la ópera y obvio que no todos los países tienen un presidente así, pero les encanta la música y pagan lo que sea para que todo ese entramado de orquestas y teatros, algunos con más de 800 trabajadores, se mantenga y es muy caro. Berlín tiene tres casas de ópera grandes y eso cuesta mucho dinero. Cuando estaba el muro, hasta el año 89, había dos orquestas de televisión, o sea, todo era doble y todo eso cuesta mucho dinero. 
Por ejemplo, la ciudad de Viena vive del teatro de la ópera, eso atrae a gente de todo el mundo, personas que también consumen en restaurantes, hoteles… La cultura pueda dar dinero, pero en España todavía no se han dado cuenta. España tiene 82 millones de turistas en estos momentos, cuando llegan preguntan: “¿Y aquí hay algo que ver, algún flamenco o algo? Y no, no hay nada”. Van tantos peregrinos a Santiago de Compostela y preguntan en los hoteles: “¿No hay un concierto?” Y no hay nada, ¿Por qué? Porque en julio y agosto la orquesta tiene vacaciones, la de Coruña también vacaciones y nadie hace nada, no hay contratado nada, porque el gobierno ha dejado de hacer contratos de este tipo, que se hacían hace muchos años ya con Fraga, entonces nada.

Y económicamente, ¿Es accesible la ópera en Alemania?
Mucho, es muy barata; es más, del alemán hay una falsa imagen. El alemán puede ser como un hispanoamericano, al que alguien le dice: “Mire no tengo dinero, ¿puedo entrar en la ópera?” Y si hay entradas todavía, él te va a dejar entrar gratis”. Y en eso en España no pasa y en otros sitios no ocurre. Y el alemán tiene un punto muy aligerado, aunque no sea muy conocida esa faceta, pero es así. Por eso algunas cosas que ocurren allí, malas, ocurren por esto, porque a veces se relajan demasiado los alemanes, aunque esto suene raro, pero es así. Confían y dan siempre una segunda, tercera, cuarta y hasta quinta oportunidad. La cultura es algo sagrado en Alemania. 

B.C.: ¿Cuáles son sus proyectos para un futuro inmediato? 

L.A.P.: Bueno, pues, gracias a Dios tengo bastantes óperas y conciertos; también me gusta mucho dar clase, en la medida en la que yo pueda. Y, bueno, eso significa, con mucho tesón y mucha disciplina, prepararse. Yo voy también a una maestra, que son dos orejas fuera de mí que me escuchan y me dice su opinión, es una señora muy seria, Paola Leolini, que está en Roma. Se trata de una persona a la que aprecio mucho y que también cantó mucho. Y ella estudió y trabajó con la señora Monserrat Caballé en Italia, en su momento. Mi meta sería, entonces, siempre seguir trabajando y conseguir cantar bien ese otro tipo de roles, etc. 


Y dar clase ¿Le ayuda a aprender también?
Bueno, escucho lo que ocurre, le explico a cada alumno lo que creo que es certero y trato de corregirle las cosas, para enseñar según las necesidades de cada persona. Y claro que veo lo que ocurre con las voces; cada voz es un mundo, es que es una cosa inaudita. Pero bueno, el órgano es el mismo para todos, entonces suele funcionar casi lo mismo para todos. 

¿Hay algún alumno del que se acuerde en especial?
Bueno, mucha gente, pero hace poco me sorprendió mucho una chica china. La voz, realmente, me pareció a mí que no era servible. La chica tenía 18 años, muy jovencita, pero yo la vi con una gran insistencia porque se venía en avión a la ciudad de China en la que yo estuviese, con sus padres, y yo le enseñé unos ejercicios que debía hacer para practicar. Y un buen día me llama y me dice: “Ya he entrado en la Universidad en Berlín”. Y yo le contesté: “Me alegro mucho por ti”. Ella me pidió: “Cuando vuelvas a Berlín me escuchas…”. 
Incluso pensé, qué habrá hecho esta mujer para entrar en la Universidad, porque es muy difícil entrar en una universidad alemana. Y lo que pasó es que le había cambiado la voz totalmente. Así que yo creo que es gente que sabe, o piensa, que algo va a funcionar o va a cambiar. Y ella está un poquito más alta, la voz le había cambiado y había logrado entrar con una profesora muy buena, Anna Samuil, que es una soprano famosa. 
Pero esa chica china lo que tenía era un enorme tesón. Yo me quedé muy sorprendida y le dije: “¿Te das cuenta de lo que ha ocurrido?” Y me dijo ella: “Sí, sí”. Mi semilla fue decirle lo que tenía que hacer, y había algo que no sonaba, pero estaba por salir y ella lo sabía mejor que yo, pero trabajó mucho. No se pude decir lo mismo de gente latina, nos cuesta mucho estudiar. Es una cuestión cultural, mental… Los chinos se encierran y estudian. Este es el problema, que esto es un músculo, las cuerdas vocales, y esto necesita mucho tesón interno. A todos, nos pasa a todos. 

B.C.: Según hemos sabido, esta es su primera vez en Brasil. ¿Cuáles son, en general, sus impresiones sobre el país? 

L.A.P.: A mí me ha encantado Brasil, lo digo con total sinceridad, me esperaba otra cosa. Estoy sorprendida del país, de cómo está de bien y de la gente amable. La impresión es muy buena, no me gusta que en Europa den noticias un poco alarmantes, no solo acerca de Brasil, también sobre México, pero, claro, me imagino que todos los países y sus administraciones tienen que pagar mucho para que la prensa europea cree una imagen distinta; y no se ajusta a la realidad. 
Y esto es estupendo, la gente muy seria y culta, yo sí que conozco a Fernando Portari y a personas muy serias. Yo a Alemania fui a estudiar con Aldo Baldin, que era un tenor brasileño muy importante, que era peor que un alemán, tenía todo lo peor de un alemán; Aldo era muy serio, magnífica carrera, magnífica persona, magnífica voz. Cuando conoces a gente así, sí que tienes una admiración enorme, y a Fernando sí que le dio tiempo de estudiar más con Aldo. Y Fernando Portari canta muy bien, tiene una voz muy sana, muy buena; así que si hace el personaje del príncipe Calaf, aquí en el Teatro Municipal de São Paulo, lo hará muy bien. 

B.C.: ¿Qué consejos le daría a alguien que quiere empezar una carrera operística? 

L.A.P.: Bueno, primero que lo pensase muy bien, que estudiase mucho y que mirase muy bien lo que hace, en todos los sentidos. De una de mis mejores amigas en Alemania, se reían un poco de ella en la universidad porque la voz era como que no sonaba aquello y, entonces a ella, que era suiza, muy estudiosa y que al final ha hecho una carrera fabulosa, de repente le cambió la voz, pero era una persona que estaba horas y horas estudiando. ¿Pero qué ocurre? La voz es un instrumento que es muy agradecido también y a ella le cambió de una manera que ahora canta perfecto. 
Yo nunca me atrevo a decirle a alguien mucho, porque este tipo de personas parece que saben o intuyen que algo va a cambiar. En el caso de mi amiga Irene, ella insistió. Y, claro, los directores de orquesta cuando oyen a alguien cantar así, tienen un instinto y una energía que le proporciona ese artista, por lo que se lo llevan a todas partes porque saben ya que es a prueba de bombas, esta gente tienen un tesón brutal.
La mejor receta, yo le pregunté también, en su momento, a Scotto, Freni, Gruberova y es… estudiar. Eso te lleva a todas partes, no cansándose mucho, pero metiéndole horas porque tú psicológicamente te haces muy fuerte al saber que puedes y que la voz está ahí, es magnífico. 
El mejor consejo para cuidar la voz es estudiar todos los días varias horas. Por ejemplo, beber agua no es tan importante, lo importantes es practicar a diario el movimiento muscular intensivo de las cuerdas vocales, yo creo que es lo único que funciona. 

B.C.: Y ya para finalizar, podría decirnos en pocas palabras, ¿quién es Laura Alonso Padín? 

L.A.P.: ¡Uy! ¿Quién soy yo? Una persona muy normal, que ama Galicia mucho. ¡Yo adoro Galicia! Esa sí que es una cosa que llevo muy dentro. Y yo amo mucho, mucho la ópera. ¡Esa soy yo!




Antes de despedir a Laura, le pedimos que nos cantase algo en gallego y ella, tan amable como desde el inicio, nos regaló este momento inolvidable que queremos compartir con todos los lectores: 



Una vez más, queremos agradecer encarecidamente a Laura Alonso Padín que nos haya recibido con tanto cariño y que nos explicase, con todo lujo de detalles, cómo es ese universo del canto lírico al que hay que aproximarse sin miedo, sobre todo, para poder disfrutarlo. Así que, si te has quedado tan fascinado como nosotros y deseas seguir los pasos de esta gran artista, aquí tienes su página web, a través de ella podrás conocerla más y también entrar en contacto: Laura Alonso Padín Soprano Internacional

Alexsandro Macedo Silva & Carlos Jiménez Vázquez

2 comentarios:

  1. ¡Qué gran entrevista! Enhorabuena a todos!

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  2. Marta Pérez Rodríguez31 de mayo de 2018, 18:30

    Conocer a Laura ha sido una experiencia maravillosa. ¡Gracias por tanto cariño, amiga! Te esperamos en Brasil de brazos abiertos... Mil besos,

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