sábado, 21 de noviembre de 2020

"La Otra Mirada" (Capítulo 16) Temporada 2

 “Vuestra Historia"

         El cine es esa arte que encanta a todos. Su magia transporta al espectador a épocas diferentes, a mundos de ilusión y le invita a vivir un momento de fantasía, deseos y emoción. El capítulo en cuestión, relata el contacto de las chicas con el séptimo arte y el cambio de mirada que ellas tuvieron que experimentar para entender el hechizo que posee una película.

         La academia recibe a dos visitantes ilustres: un director de cine y un actor de éxito. Por supuesto que las chicas se enamoran de este último y todas desean saber sobre su vida y le hacen preguntas tontas. El director y Teresa se enfadan porque el objetivo del taller es conocer el método de expresarse por este arte. Así que ellos les proponen realizar una película. El desafío es elaborar un guion y trabajar en equipo para lograr el resultado planeado. El taller propuesto es para asentar la importancia del trabajo en equipo y tener éxito porque, sin esto, no se produce una película.

Las chicas viven esta dificultad y tienen que gerenciar el problema para seguir lo planeado. Pero hay un detalle al que no prestan atención: están reproduciendo el modelo del mercado comercial, una historia de amor cuya protagonista se enamora de un chico, con el que se besa, y son felices para siempre. Tanto el director como Teresa incentivan a las estudiantes a empoderarse, gracias a este medio de contar historias, para elaborar algo original, poniendo sus deseos y que con ello se sientan felices. Y así lo hacen. Las chicas se sienten libres para construir una historia de aventuras sin personajes masculinos, tornándose las protagonistas de su propio trabajo.

         Esta fue la parte principal del capítulo, pero hubo dos escenas que no puedo dejar de comentar, como el curioso que os trae las novedades de la serie. Es probable que lo que escriba a seguir sea un pensamiento machista, no obstante, afirmo que fue lo que sentí al ver la crisis que estaban viviendo Manuela y Teresa en sus relaciones amorosas.

         La primera se enfada con su esposo que recusó una oferta de trabajo fuera de Sevilla. Él no lo acepta porque tiene a su familia, Manuela, por lo tanto, no la dejaría ya que sabía que ella no cambiaría de ciudad por estar comprometida con la Academia. La directora añadió que ambos estaban viviendo un momento importante en sus carreras y deberían asumir los puestos ofrecidos, independiente de ser pareja. ¡Venga, son pareja! Este tipo de problemas tienen que decidirlos juntos, pero parecía que a Manuela no le importaba que él se fuese a vivir a otra ciudad. ¿Quería separarse? ¿Y cómo se mantiene una relación amorosa a distancia? Entiendo que ella no deseaba que ambos sacrificasen sus vidas profesionales, el uno por el otro. Tal vez sea un pensamiento muy moderno y feminista para un tipo romántico como yo…

         La segunda se pelea con su novio, el jardinero del Instituto, que graciosamente le propone vivir con ella, para estar más cerca y ayudarle a salir del momento difícil en el que se encuentra. Teresa está triste y con marcas profunda en el alma (y en el cuerpo) por haber sido condenada y haber estado en la cárcel. Sin duda, no es algo fácil de superar, por este motivo, la presencia de su pareja sería fundamental para vencer este obstáculo. Pues, sola, no lo logrará. El apoyo de un compañero en este instante de tristeza y desesperación se vuelve una fuente de cariño y atención necesaria, para tener fuerzas para querer vivir y seguir adelante. A veces, hay que admitir que se es vulnerable y se necesita ayuda.

         Creo que he escrito demasiado. Perdóname, querido lector, por extenderme. Por eso te invito a ver este capítulo, para que tengas tu propia impresión sobre las protagonistas de La Otra Mirada.

Cervantito, el perro

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