“Vuestra Historia"
El cine es esa arte que encanta a todos. Su magia transporta al espectador a épocas diferentes, a mundos de ilusión y le invita a vivir un momento de fantasía, deseos y emoción. El capítulo en cuestión, relata el contacto de las chicas con el séptimo arte y el cambio de mirada que ellas tuvieron que experimentar para entender el hechizo que posee una película.
La academia recibe a dos visitantes ilustres:
un director de cine y un actor de éxito. Por supuesto que las
chicas se enamoran de este último y todas desean saber sobre su vida y le hacen
preguntas tontas. El director y Teresa se enfadan porque el objetivo del taller
es conocer el método de expresarse por este arte. Así que ellos les proponen
realizar una película. El desafío es elaborar un guion y trabajar en equipo
para lograr el resultado planeado. El taller propuesto es para asentar la
importancia del trabajo en equipo y tener éxito porque, sin esto, no se produce
una película.
Las chicas viven esta dificultad y tienen que gerenciar el problema
para seguir lo planeado. Pero hay un detalle al que no prestan atención: están
reproduciendo el modelo del mercado comercial, una historia de amor cuya
protagonista se enamora de un chico, con el que se besa, y son felices para
siempre. Tanto el director como Teresa incentivan a las estudiantes a empoderarse,
gracias a este medio de contar historias, para elaborar algo original, poniendo
sus deseos y que con ello se sientan felices. Y así lo hacen. Las chicas se sienten
libres para construir una historia de aventuras sin personajes masculinos, tornándose
las protagonistas de su propio trabajo.
Esta fue la parte principal del capítulo, pero
hubo dos escenas que no puedo dejar de comentar, como el curioso que os trae
las novedades de la serie. Es probable que lo que escriba a seguir sea un
pensamiento machista, no obstante, afirmo que fue lo que sentí al ver la crisis
que estaban viviendo Manuela y Teresa en sus relaciones amorosas.
La primera se enfada con su esposo que
recusó una oferta de trabajo fuera de Sevilla. Él no lo acepta
porque tiene a su familia, Manuela, por lo tanto, no la dejaría ya que sabía que
ella no cambiaría de ciudad por estar comprometida con la Academia. La
directora añadió que ambos estaban viviendo un momento importante en sus carreras
y deberían asumir los puestos ofrecidos, independiente de ser pareja. ¡Venga,
son pareja! Este tipo de problemas tienen que decidirlos juntos, pero parecía
que a Manuela no le importaba que él se fuese a vivir a otra ciudad. ¿Quería
separarse? ¿Y cómo se mantiene una relación amorosa a distancia? Entiendo que
ella no deseaba que ambos sacrificasen sus vidas profesionales, el uno por el otro.
Tal vez sea un pensamiento muy moderno y feminista para un tipo romántico como
yo…
La segunda se pelea con su novio, el
jardinero del Instituto, que graciosamente le propone vivir con ella, para
estar más cerca y ayudarle a salir del momento difícil en el
que se encuentra. Teresa está triste y con marcas profunda en el alma (y en el cuerpo)
por haber sido condenada y haber estado en la cárcel. Sin duda, no es algo
fácil de superar, por este motivo, la presencia de su pareja sería fundamental
para vencer este obstáculo. Pues, sola, no lo logrará. El apoyo de un compañero
en este instante de tristeza y desesperación se vuelve una fuente de cariño y
atención necesaria, para tener fuerzas para querer vivir y seguir adelante. A
veces, hay que admitir que se es vulnerable y se necesita ayuda.
Creo que he escrito demasiado. Perdóname, querido lector, por extenderme. Por eso te invito a ver este capítulo, para que tengas tu propia impresión sobre las protagonistas de La Otra Mirada.
Cervantito, el perro
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