Pincha en la que hayas perdido para leer
la entrevista completa que hoy llega a su fin.
B.C.: ¿Crees que es importante que un cantante de Brasil
viaje al extranjero y después vuelva para seguir su carrera aquí?
CECÍLIA: Sí y no. ¿Por qué
mi respuesta? Tuve la oportunidad de trabajar y tener clases con un maestro que
ya falleció, se llamaba Nicolau de Figueiredo, infelizmente fue una gran
pérdida para todos. Él era clavecinista, pianista y maestro. Participé en un
taller de música barroca que impartió en la Escuela de la Plaza del Arte.
Nicolau de Figueiredo se fue a Europa, cuando era muy joven, luego estudió en
un Conservatorio en Francia. Era un genio, para entonces ya daba clases en el
Conservatorio de París y en Basilea. En Europa, cuando falleció, el periódico
francés Le Monde publicó un artículo
sobre él, pero en Brasil no era tan reconocido, a excepción de quien es del
mundo la Música. Sin duda, fue un gran maestro y yo tuve la oportunidad de
hacer ese taller, junto a ocho personas más.
Una vez, lo recuerdo bien,
le hice exactamente esa pregunta: “Profesor, ¿Cree que necesito irme fuera del
país para construir mi carrera?” Entonces él me contestó: “No, no hace falta.
En mi época eso era necesario porque, antiguamente, los que estaban aquí no
tenían a nadie que les enseñara. Hoy hay muchas y muy buenas opciones, buenos
maestros, buenos pianistas aquí en Brasil”. Y eso me tranquilizó y entonces
continué buscando buenos profesores, pianistas y maestros que había aquí para
tener clases. Hay diversos artistas brasileños con formación nacional exclusiva
pisando esos palcos.
Más allá de eso, ante la
pregunta de si es importante viajar. Mi respuesta es que sí, que lo es, pero
para conocer el máximo número de personas que sea posible, no solo porque están
en Europa, sino porque son personas que tienen experiencias diferentes y que
pueden ayudarnos a hacer algo diferente. Así que mi respuesta puede ser sí y no
por estos motivos. Si no fuera por esa generación, es posible que no hubiéramos
tenido lo que hoy tenemos. En la actualidad, por ejemplo, contamos con grandes
profesores y personas de la nueva generación que también dan clases y que son
excelentes profesionales porque están haciendo un buen trabajo aquí. Eso es lo importante.
B.C.: ¿Cuáles son sus autores o compositores favoritos?
CECÍLIA: En primer lugar, Johann Sebastián Bach, ¡Y no es una
coincidencia! Se trata de un autor que a mí siempre me ha inspirado, un compositor
de gran genialidad, no solo por el lado racional de la música (por ejemplo, a
veces me sentía aburrida, deprimida y sin ganas de estudiar, entonces, cuando ponía
una cantata que me gustaba, la escuchaba y eso era lo que animaba mi espíritu).
Así que en primer lugar está Bach, pero también simpatizo con algunos autores
franceses.
Sin embargo, “he descubierto” a Mozart, cuyo trabajo es
impresionante, principalmente con música vocal, además de ser muy delicado. Hay
otros, tal vez demasiados, por eso es difícil hablar de todos ellos. De todos
modos, si tuviera que elegir uno, Johann Sebastian Bach es mi primera opción por
una cuestión personal, sea por mi jornada musical, sea espiritual.
B.C.: Citas
a autores franceses, en el blog nos interesan las conexiones con el universo
español, ¿Te gustaría participar en la ópera Carmen de G. Bizet?
CECÍLIA: ¡No
quiero hablar sobre Carmen! (risas). Sin
duda, es un desafío. A todas las mezzo les gustaría hacerla, pero es un
personaje muy complejo y que exige mucho de la actriz, de la cantante.
B.C.: Ahondando
en esa dificultad y aunque sea un personaje de ficción, ¿Te identificas de
alguna manera con Carmen?
CECÍLIA: ¡No!
Realmente es un personaje que no tiene nada que ver con mi persona. Sería una
inmersión en un universo extraño.
B.C.: Entonces, si de personajes se trata, ¿Te sientes
más Querubín (de la ópera Las bodas de Fígaro,
Mozart) que Carmen?
CECÍLIA: Sí, sí…
en este momento de mi vida, sí. Pero quién sabe si mi madurez vocal no puede
coquetear con ella. Sin duda, es una gran ópera, muy difícil y todos sus fragmentos
son maravillosos, quizá en el futuro…
B.C.: Y qué nos puedes contar sobre la otra ópera que
tanto representa al universo español, Don
Quijote de Jules Massenet.
CECÍLIA: Ah, Don Quijote… Sí, es una ópera lindísima.
En verdad, ya hice uno de los personajes del cuarteto de los amantes de Dulcinea,
era un personaje menor, pero cuando empecé a cantar ya puede hacer ese
personaje.
B.C.: Siguiendo la estela de los personajes de ópera, ¿Hay
otro personaje que te gustaría hacer?
CECÍLIA: Me
gustan mucho los personajes travestidos, como Romeo Montesco. Me empezaron a
gustar muchísimo los personajes de las óperas de corte isabelino y descubrí las
de Gaetano Donizetti, entonces estoy empezando a conocer más el universo de ese
repertorio ahora… ¡Son muy bonitas!
B.C.: Queremos hablar un poco sobre el registro de tu voz.
Explícanos qué es ser mezzosoprano para que cualquier persona pueda entenderlo.
CECÍLIA: ¿Qué es una soprano y una
mezzosoprano? Muchas veces la extensión vocal no tiene ninguna diferencia
porque, en ocasiones, la soprano tiene graves, la mezzosoprano tiene agudos,
pero una cosa es cantar agudo y otra cosa es quedarse en el agudo todo el tiempo.
La mezzosoprano va a tener como diferencia el lugar del pasaje de la voz y el
color de la voz, cuyos armónicos son más centrales y permanece más tiempo allí.
La soprano se queda más tiempo en los agudos, la mezzosoprano en el centro
agudo o medio, pero muchas veces desarrolla los graves y hace repertorios así.
En mi caso, soy una mezzosoprano aguda.
B.C.: ¿Nunca has pensado en interpretar algo de soprano
dramática, cantar Strauss o Wagner?
CECÍLIA: No,
no me veo haciendo ese tipo de repertorio, simplemente por una
cuestión vocal. La soprano dramática, incluso con un color semejante a la de la
mezzo y una energía más intensa (muchas veces en los graves también), tiene el
centro de su voz más alto. Entonces, aunque consiga que, en algún momento,
la voz se parezca a la de una mezzo, el centro de una soprano dramática es siempre una
tercera arriba y esto, para la musculatura, es algo muy diferente, aunque las
notas sean las mismas; la textura en la cual la música fue escrita es más alta,
lo que constituye una diferencia para la musculatura del cantante. Hay
cantantes que dicen: “¡Ahora voy a ser una soprano dramática!” Y hacen una
ópera y les funciona, en la segunda, tercera, cuarta o quinta es como si fueran
unos atletas, o sea, hay que saber dónde se siente mejor tu músculo.
B.C.: Cecília, sacando el portugués que es tu lengua
materna, ¿en qué idioma te sientes mejor cantando?
CECÍLIA: En italiano,
que lo hablo un poco mejor, eso no significa que mi italiano sea perfecto, pero
me siento más confortable cantando en ese idioma. Y tal vez sea por afinidad
con el repertorio, pero también me gusta mucho el francés, que es un desafío
para cualquier cantante, incluso para los franceses, por ser muy sutil, por
tener una escritura vocal muy delicada, entonces esto exige mucho del artista.
B.C.: La pregunta que siempre hacemos al final de una
entrevista es un clásico, ¿Quién es Cecília Massa?
CECÍLIA: Como
ser humano, tengo la conciencia de que es muy difícil conocerse a uno mismo en
profundidad. Entonces, todavía no me conozco plenamente, pero creo que soy una
persona amiga de sus amigos, que prioriza las amistades y el contacto humano;
también me gusta hablar y discutir sobre asuntos profundos de la vida. Para mí
es una gran alegría el tener amigos verdaderos, me considero una persona compañera
y alguien que busca ser verdadera en todo lo que hace… ¡Es eso!
Entrevista realizada por
Alexsandro Macedo y Carlos Jiménez
con la colaboración de Juliana de Almeida Sarti
Así acabamos la entrevista... ¡Muy felices! Y eternamente agradecidos a esta mujer extraordinaria. |
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