Los fósiles vivientes son
especies que viven a lo largo de una gran porción de tiempo geológico, o sea,
un intervalo de tiempo caracterizado por acontecimientos importantes de la Historia de la Tierra y de la vida.
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Cocodrilos
240 millones de años
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De acuerdo con las normas
dictadas por la Naturaleza, y siguiendo la más elemental de las leyes físicas (a
toda acción se corresponde una reacción), los millones de especies de seres
vivos han variado sus formas, dimensiones y comportamientos, plegándose a los
caprichos ambientales. El fin de esta estrategia no es otro que perpetuar las
especies. La vida en la Tierra comenzó hace unos 3800 millones de años y, gracias a estos mecanismos evolutivos, hoy la Tierra está totalmente habitada.
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Tiburón anguila
350 millones de
años
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A partir de entonces, y de la mano de la selección natural, todas las especies han sufrido milenarias
transformaciones, las cuales han estabilizado o modificado su tamaño,
eliminando patas, agregando alas, cambiando branquias por pulmones, haciéndoles
surgir ojos o colocándoles la boca en la espalda. Son estrategias de
supervivencia. Con ellas, las especies se adaptan mejor al medio y sobreviven.
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Pepiratus
570 millones de años
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Sin embargo, esto no ocurre en
todos los casos. A veces, sucede "un error" en el camino evolutivo o una
catástrofe imprevista. Entonces, determinados grupos terminan en el callejón de
la extinción. Esto ya les ha sucedido a miles de seres irrepetibles y les
sucederá a otros tantos. El caso más conocido pasó hace 65 millones de
años, cuando un gigantesco meteorito cayó sobre la Tierra acabando con dos
terceras partes de la biodiversidad entonces viva.
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Cangrejo
herradura
445 millones de años
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Hay otros seres, como
el celacanto (pez óseo), en los que los cambios parece que se han estancado. Se trata de un
puñado de animales que, en uno de sus saltos evolutivos, alcanzaron una
perfección casi absoluta. Lo lograron hace miles o millones de años y ahí
siguen, igual que en épocas tan pretéritas en las que no había ni aparecido el
hombre. Los celacantos aparecieron hace 360 millones de años, durante el
período Devónico, alcanzando su mayor diversidad 150 millones de años después,
ya en el Triásico, tras lo cual empezaron un largo declive que se supone que acabó
con todos ellos.
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Celacanto
400 millones de años |
Los registros fósiles
señalan que en aquellos períodos los celacantos ya habían alcanzado formas similares a las
actuales: dos aletas pectorales y dos pélvicas, imbricadas en una base carnosa, es decir, estos grandes peces sufrieron un camino evolutivo como todas las
especies hasta que, en un determinado momento ocurrido hace millones de años, se
detuvo, conservándose desde entonces sin variaciones. Los celacantos son, en
realidad, auténticos fósiles vivientes.
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Iguana marina
200
millones de años
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La iguana marina,
pariente cercano de los saurios extinguidos hace 65 millones de años y
mensajero de aquel período, es el más recurrente de los actuales fósiles
vivientes. Este reptil se separó de sus grandes parientes hace más de 200
millones de años. En su encierro de las islas Galápagos, no necesitó nada más que ver
transcurrir los siglos para llegar al tercer milenio.
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Nautilos
600 millones de años
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Mucho antes de que lo
hicieran las iguanas, y pasando por alto las medusas, esponjas, equinodermos y
otros invertebrados afines, los moluscos ya navegaban por los mares. Hace 600
millones de años, las conchas de los Nautilos conquistaron los mares. Algunas
de estas especies aún colonizan sin inconveniente los arrecifes de los océanos
Índico y Pacífico.
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Cucarachas
300
millones de años |
Los insectos, también
invertebrados, son veteranos pobladores de nuestro planeta. Entre los primeros
en aparecer están las cucarachas, presentes hace más de 300 millones de años.
Sus formas no han variado. Es indudable que con este género la evolución agotó sus últimos recursos, en cuanto a capacidad de supervivencia se refiere. No contenta con
adaptarse a cuantos cambios sufrió desde entonces el planeta, es una de
las escasísimas especies a las que no parece afectarle la guerra sin cuartel que
el hombre ha declarado a la Naturaleza.
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Escorpiones
350 millones de años |
Es más, la cucaracha
se aprovecha de nuestra especie y nos parasita. Hasta tal punto que fue el
primer animal localizado, sin ningún daño aparente, tras las explosiones
nucleares. Aunque hablando de radiactividad, la cucaracha tiene un compadre que
resulta igual de resistente. Se trata del escorpión, que surgió junto con otros
arácnidos y ácaros hace 350 millones de años. Lo hizo exactamente igual que se
conserva hasta hoy y diversos test han confirmado su inmunidad a la
radiactividad.
Como está demostrado es en el agua donde se originó la vida, el lugar donde más especies ancestrales se
concentran. La razón no es otra que los escasos cambios que se han registrado, hasta la fecha, en las profundidades oceánicas. Entre las especies más abundantes están
los peces del tipo cartilaginoso.
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Albatros
34
millones de años
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Tiburones, mantas y
rayas lograron anatomía y formas de vida en el lejano Devónico. Lo hicieron de
una manera que, en el contexto de la Historia de la vida, debe ser considerada
como instantánea. Igual que el celacanto, estos peces ya eran como son ahora
hace más de 350 millones de años. Con el paso del tiempo surgieron nuevos
grupos animales: reptiles, anfibios, aves y mamíferos.
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Ornitorrinco
200
millones de años |
Los últimos en llegar
fueron los mamíferos. Los más primitivos lo hicieron a lo largo del Triásico,
aproximadamente hace unos 200 millones de años, aunque de aquellas formas ninguna
ha sobrevivido. El ornitorrinco, una especie de mamífero semiacuático endémico
del este de Australia y de la isla de Tasmania, es uno de los pocos mamíferos que
conserva la capacidad de poner huevos y se trata de los más antiguos. Su registro
ronda los 200 millones de años.
Al margen de la
evolución y sujetos a las más diversas condiciones, estos fósiles vivientes
son testigos inmutables de gran parte de la Historia del planeta. Como suspendidos
en el tiempo, han navegado por las más variables Eras y parecien
indestructibles a los cambios. Así ha sido hasta la llegada del hombre. Ojalá
puedan sobrevivir millones de años más, incluso conviviendo con la tradicional
conducta predatoria de los Homo Sapiens.
Pepe Cocrodilo
(Adaptado de diversas fuentes)
Pepe Cocodrilo... ¡menudo plantel nos has presentado! Todos viejos conocidos, imagino. Además del cariño que te tengo, mi preferido es el ornitorrinco... aunque todos tienen su particular belleza y, sobre todo, su importancia en la evolución.
ResponderEliminarQuerida Pizpireta, buenos días.
EliminarA mí también me gustan los ornitorrincos. Son simpáticos y, sobre todo ¡deliciosos!
Gracias por tu visita.
Beso cariñoso.