Siempre
que hablamos de política, es inevitable que temas como la corrupción, alianzas
movidas por intereses personales, campañas dudosas y tantos otros salgan a la
superficie. De esta manera, el interés por el asunto por parte de los
ciudadanos está cada vez más debilitado, ante escenarios cada vez más
desoladores.
El
escenario político español se asemeja, en algunos puntos, al que tenemos en
Brasil. Por ejemplo, hay partidos como el PP (Partido Popular), considerado
de centro derecha; o los que se dicen comprometidos con las causas naturales,
como IU (Izquierda Unida), siendo este una coalición entre partidos anarquistas,
socialistas y comunistas, entre otros.
El formato
en el que transcurren las elecciones en el territorio español también se parece,
en ciertos aspectos, al de las elecciones en Brasil: antes de que se produzcan las
votaciones en sí, tenemos los sondeos electorales, los debates y las campañas.
La votación, sin embargo, ocurre de manera diferente, porque en Brasil
utilizamos las urnas electrónicas, mientras que los españoles utilizan urnas y
papeletas tradicionales.
Así
que dejando de lado las cuestiones prácticas, hablemos un poco sobre la
responsabilidad de cada uno de nosotros, ciudadanos, en el proceso electoral
como un todo. Hasta que se deje de lado la idea de que no importa lo que
hagamos, que todo sigue rodeado por corrupción y mala conducta, las cosas de
hecho no cambiarán. Es importante que cada ciudadano tenga la conciencia de conocer los
programas de los candidatos, de modo que esté apto para exigirles, posteriormente, las acciones
prometidas. Solo así la población tendrá mejores condiciones de seguridad,
salud, educación y todo lo que es necesario para una sociedad de bienestar.
Juliana de Almeida Sarti
Gracias, Juliana, por los consejos.
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