viernes, 18 de marzo de 2022

El Ministerio del Tiempo - Temporada 4 (8) FINAL

Capítulo 8: “Días de pasado futuro”

         ¡Cómo es difícil escribir esta última reseña sobre Ministerio del Tiempo! Me da mucha pena pensar que no tendré más la serie que me hizo viajar por el tiempo y por la Historia de España. Los personajes formaron parte de momentos de reflexión y ya parecía que pertenecían a la familia por la intimidad de sus pensamientos, comportamientos, acciones y sufrimientos existenciales. Así que no sé si podré terminar este texto. Pero ¡vaya!, voy a intentarlo. 

         El capítulo final trata de unir los puntos sueltos de la temporada 4. No los explotaré para evitar destriparlo y dejar que tú, querido lector, tengas la curiosidad de ver el capítulo entero. Así que, reflexionaré sobre algo que me llamó la atención: el futuro siempre se presenta de forma apocalíptica. ¿Por qué será? ¿No tenemos más esperanza en la humanidad? ¿Será el futuro un caos causado por nosotros mismos porque somos incapaces de lidiar con nuestro propio egoísmo, orgullo y vanidad? Me parece que la humanidad busca un camino para renunciar a sí misma. ¿O es que tal vez vivimos eternamente un pasado futuro como propone el título de este capítulo?

         Ahora, voy a explorar otro tema. Siempre que pensamos en un futuro “negativo”, el totalitarismo, el autoritarismo y el absolutismo son los sistemas políticos de gobierno elegidos que dominan nuestra sociedad futura. Tal vez sea fácil de entender: fue el tipo de sistema de gobierno que más daño hizo a la sociedad, provocando miseria, dominación y exterminio en favor de un pequeño grupo de personas. La ironía que trae el capítulo es que los líderes del futuro fueron elegidos democráticamente y el juego de poder para permanecer al mando es difundir noticias falsas sobre la amenaza contra la libertad y el proceso democrático. De modo claro, la propaganda hecha manipula a la población para disimular la farsa que es el gobierno vigente. 

         No hay duda de que el capítulo hace una crítica al momento que estamos viviendo: el temor constante a que un sistema de gobierno autoritario vuelva a dominar a las naciones del mundo. De hecho, es lo que está pasando en la sociedad moderna. Varios países han elegido a políticos de extrema derecha para ocupar posiciones de poder. ¿Y por qué hacen esto? ¿Hemos olvidado lo que constituye este tipo de gobierno? ¿Somos masoquistas? ¿O son nuestros historiadores inhábiles de mantener vivos los hechos históricos que marcaron a la humanidad? ¿Quizá han perdido nuestros filósofos la capacidad de sostener discusiones que instruyan a la humanidad, especialmente a aquellos que no han vivido los momentos de totalitarismo en el mundo? ¿Qué hacer? ¿Cómo podemos evitar que el futuro repita la Historia pretérita? ¿Cómo no vivir un pasado futuro?

         Salvador tiene una solución utilitaria: erradicar el mal por la raíz. O mejor dicho, eliminarlo antes de que sobrevenga. Eso sería fácil para cualquiera con el poder de viajar por el tiempo... Pero ¿sería ético y moral el proyecto de Salvador? ¿Quién podría juzgarlo o convencerlo de lo contrario, ya que el objetivo es salvar el futuro de la humanidad? No obstante, se presenta una propuesta alternativa. Siempre se puede elegir otro camino, si funcionará o no, el futuro lo dirá. ¿Vale la pena correr ese riesgo? ¿Fue una decisión de Salvador o lo obligaron? Bueno, querido lector, mira el último capítulo del Ministerio del Tiempo y saca tus propias conclusiones. Y, claro, decide tú, si quieres vivir en un pasado futuro.

         Así, me despido de esa gran serie que me tocó muchísimo, con la alegría de haber disfrutado de cada capítulo, pero triste porque se acabó. Que sea yo afanoso para ser espectador de otra serie que me haga pensar, reflexionar y emocionarme tanto como con esta. ¡Hasta pronto!

Cervantito, el Perro

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