Querido lector:
Esta crítica será diferente
de las que he escrito sobre “La Otra Mirada”. Los capítulos siempre provocaron
una reflexión sobre algún tema, pero al contrario de los otros, este no me
tocó. Me pareció un cristal roto que será difícil unir.
La Academia de señoritas
está arruinada. Manuela, la directora, no sabe qué hacer. Necesita dinero para pagar las deudas, pero no
consigue obtener crédito en los bancos. La solución es pedirle ayuda a su
madre. ¡Qué fatalidad!
Parece que la historia está retrocediendo e indica que lo tradicional es más
seguro que lo moderno. Por supuesto que el instituto no será el mismo porque
perderá a dos maestras: Luisa y Teresa. Además, podrá tener su imagen afectada
por la actitud inadecuada de Ángela. ¡Ah, Ángela, pobrecita! Pero, no
voy a hablar sobre ella. Me callo.
Luisa, la maestra mayor, ha decidido viajar para conocer el mundo y vivir nuevas experiencias. Su objetivo será buscar autoconocimiento para encontrarse como mujer. Otra maestra estará ausente, Teresa, porque ha sido detenida. Sí, ¿Podéis creéroslo? Todo demuestra que Roberta la denunció. ¿Cómo pudo hacer algo así, si Teresa era su maestra querida y su modelo de mujer? Es difícil entender los motivos que llevan a una traición.
Teresa,
al final, descubrió la verdad sobre la muerte de su padre. La manera de hacerlo
fue algo violenta: el asesino se lo dijo en el momento en el que iba a matarla.
Sin embargo, consintió que viviera porque se había enamora de ella y deseaba
que buscara su venganza, de aquella que le había pagado para asesinar a su
padre y, en aquel momento, también había encargado su muerte.
Otro hecho extraño fue la
decisión de Tomás sobre su relación con Flavia. La pareja “Romeo y Julieta” no
terminó de una manera romántica. Tomás mantuvo una actitud adulta racional y no
la de un joven adolescente cegado por el fuego de la pasión que hace locuras
por amor. En verdad, me pareció el personaje de una novela del período del
romanticismo: el amor no es para ser vivido concretamente, sino para sufrirlo.
Por lo tanto, no hubo un final feliz en esta primera temporada. Parece que destruyeron las historias para que haya que reconstruirlas en una próxima temporada. ¿Esta fórmula será buena? No lo sabremos hasta el inicio de la segunda temporada.
Cervantito, El Perro
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