Los movimientos migratorios: Memoria de la humanidad

Una inspiración y una preocupación

Hace poco más de sesenta años, Américo Castro, un filólogo español, cervantista e historiador cultural, escribió una de sus más fundamentales obras, La Realidad Histórica de España, en la cual expone de manera extraordinaria los pueblos que, yendo y viniendo, constituyeron y aún constituyen lo que es la España de hoy. Castro intituló el prólogo del libro con una sugerencia que debería acompañar a todos aquellos que caminan en este mundo, independientemente del continente en el que se encuentren. La proposición es la de que “seamos dueños y no siervos de nuestra historia”.

Es un enunciado extremadamente distinguido. La Historia de la humanidad no solo pasa por los humanos, sino que con los humanos y está hecha por los humanos. Y todos están intrínsecamente enlazados en sus orígenes, en sus vidas y en sus historias, aunque muchos tengan dificultad de aceptarlo. Son personas que cierran sus sentidos para que se acerquen al hecho de que todos son partes de todos.

Y basta con echar una mirada a los acontecimientos más recientes para comprenderlo. Miles de personas se han desplazado de sus tierras en los últimos tiempos. Desafortunadamente, a causa de la guerra y la violencia están dejando el lugar en el que habitaban para buscar un espacio donde puedan no solo residir, sino vivir de verdad. Pero no es nada fácil para esos apenados exiliados. La reciente crisis de los refugiados ha estado enseñada su cara más vil: despreciados, repudiados e incomprendidos, esas personas implacablemente apartadas de sus moradas no encuentran asilo en el propio mundo en el que viven, ya que muchos de aquellos que se dicen dueños de las tierras hacia donde esos migrantes marchan los rechazan de cualquier acogida.

Un recuerdo necesario

Lo que muchos desconocen es que ese no es un acontecimiento único. A lo largo de la Historia, los seres humanos se han desplazado desde su lugar de origen hasta sitios distintos. A este movimiento tan común y universal se le denomina como migración. Sucintamente, las migraciones pueden ser:

- Internas: cuando el movimiento se da dentro de la frontera de una nación.

- Externas o Internacionales: cuando el movimiento se realiza de un país hacia otro.

Los factores que hacen con que una población abandone su lugar de origen son los más diversos, pero se pueden destacar como principales las siguientes razones:

- Causas naturales: son los motivos externos a la acción humana que fuerzan a los que viven en determinado sitio a que migren hacia otro lugar, tal como las sequías, los desastres y las catástrofes.

- Causas políticas: viviendo bajo las violaciones perpetradas por gobiernos casi siempre totalitarios o absolutistas, muchos prefieren arriesgar la vida en otro país porque temen la persecución, la venganza o, simplemente, quieren huir de las guerras, muchas veces civiles, que acaban estallando en esos territorios.

- Causas económicas: cuando los migrantes deciden trasladarse por la falta de oportunidades, de empleo y por la pobreza extrema en el lugar donde viven.

Considerando todas estas circunstancias, aquel que se desplaza a una tierra distante de la suya suele tener una vida mejor, pues, una vez que se ha decidido a salir de su lugar de origen, no le importa nada más que buscar condiciones mejores de vida, aunque pierda parte de su cultura individual, de los contactos familiares e incluso aunque sea explorado en un lugar desconocido.

La decisión de partir quizás sea la más difícil que tomarán en sus vidas, no obstante, ya está todo evaluado y la búsqueda del desarrollo personal hace, muchas veces, que uno viva en el límite de la supervivencia.

Un recuerdo (in)conveniente

Hoy hay una inmensa marcha de personas procedentes de países aislados por implacables guerras, por una avalancha de violencia que ha vuelto imposible la vida en esos lugares. La mayoría de esa gente ha buscado refugio en el continente más cercano al suyo, el cual suelen ver como una tierra prometida y con un presente menos duro y doloroso que el que tienen.

A veces, esos migrantes disfrutan de una amable acogida en tierras europeas, pero no pocas veces fueron recibidos los refugiados con deprecio. Las razones para ese tipo de demostración de repulsa y menosprecio son las más diversas, con algunos argumentos hasta comprensibles y otros bastante reprochables. Lo que importa es que muchos habitantes del viejo continente no se dan cuenta de que más de cien años antes, era la propia Europa la que veía a su pueblo partir.

Inmigrantes irlandeses aportan
en la Isla Ellis en el siglo XIX

Así fue el recorrido de los europeos que se marcharon hacia los EEUU. La Isla Ellis, donde está la Estatua de la Libertad, el 1º de enero de 1 892 empezó a recibir a los inmigrantes, siendo esta la primera Estación Federal de Inmigración de los Estados Unidos de América, cerrando sus operaciones tan solo en 1954. Ahí se produjo el ingreso de más de 12 millones de personas que llegaban en barco, venidos de diversos sitios, como Holanda, Alemania, Irlanda, Italia, Rusia, etc.

Tal y como sucede hoy, la travesía se revelaba
una aventura peligrosa y, muchas veces, letal

La ilustración muestra al “Tío Sam” como el Flautista de Hamelin
liderando a un grupo de europeos inmigrantes

Pese las consecuencias positivas de las migraciones en los países receptores, como el aumento de la natalidad, la venida de una mano de obra generalmente más barata, el enriquecimiento cultural, entre otros, son los factores negativos los que hacen que los países receptores se dispongan a cerrar las puertas de entrada. Factores como el segregacionismo de los migrantes crea tensiones culturales y étnicas, con el argumento de que los inmigrantes constituyen una mano de obra barata queperjudica a la población nacional – además de que cuando se trata de "ilegales", el coste social puede llegar a ser más alto.

El “Tío Sam” disfrazado de Moisés, abriendo las aguas para mostrar
el camino de los inmigrantes europeos hacia los EE.UU.

El número de inmigrantes provenientes de
Europa fue demasiado y la caldera estaba llena,
como se ve en la figura del famoso “The Melting Pot

Por consiguiente, el rechazo a aquellos que llegan sin avisar, en grandes grupos, hablantes de una lengua diferente, una cultura distinta no parece que sea algo tan reciente. El pasado explica el presente y debe estar vivo en la memoria de todos para que no falte más humanidad entre los humanos.

Carolina Braga & Fernando Liguori