Definición de Correveidile:

1. Persona que trae y lleva cuentos y chismes // 2. Blog de los amantes de la lengua de Cervantes


lunes, 2 de noviembre de 2015

30 ´palabros´que decía tu padre y de los que tú no tienes ni idea

Un niño de 6 o 7 años no sabe qué son las pesetas. Ni el negativo de una foto. Le suena tan a chino como a ti un barco a vapor o ese potingue que les deja a las abuelas el pelo lila. El lenguaje también es una buena vara de medir las brechas generacionales. Cuando eches un ojo a esta lista de 'palabros' te darás cuenta de que entre tus padres y/o abuelos y tú, más que una brecha, está la mismísima fosa de las Marianas.
Quintos. No son los que van después de los cuartos. Se trata del grupo de chavales de un pueblo a los que les tocaba cumplir con aquello de la mili. Si ni te suena este concepto, acude a tu padre y/o abuelo. Y coge una silla, porque tienes para rato. Te contarán historias como churros y cuando quieras huir, recuerda que preguntaste tú.
Al retortero. Cuando le pides a tu tía las llaves del coche, y previamente, que le dé un manguerazo, y que llene el depósito y que te lo lleve reluciente a la puerta de no sé dónde, en caso de que ella acceda a todas esas peticiones, podría reprocharte que la tienes todo el día de acá para allá, o sea, al retortero. 
Recogido o curioso. Pueden ser sinónimos. Si un amigo pasa el tercer grado de tu madre, con veredicto positivísimo, quiere decir que ese alguien es recogido o curioso. Para ello, naturalmente, tendrá que llevar el curso al día, currar, ayudar a las ancianitas a cruzar la calle, no fumar, no beber, etc, etc, etc, etc.
Albolario. Claramente alguien así no pasa el test materno. No lo busques en el Diccionario de la Rae porque no está. Eres "albolario" si andas siempre alborotando y vas a tu bola.
Aviar. No tiene nada que ver con pollos, ni con un tipo de gripe. Es arreglar algo, y vale para aliñar una ensalada, prepararte para salir y quitar las telarañas de tu cuarto. 
Rodilla o gamuza. Es un trapo. Una inquietud: ¿cuándo fue la última vez que cogiste uno? 
Amolar. Este bonito verbo viene a significar fastidiarse. Llanamente. 
Arroba. Tú serás muy nativo digital y muy todo, pero no, no es sólo @. Es una medida de peso que equivale a 11,5 kilos. Pero como los aragoneses son muy suyos, en esa comunidad una arroba son 12,5 kilos. 
Cabrillas. No nos ha dado por la cosa bucólica y pastoril. Son marcas rojizas que se quedan en las piernas cuando pasas tiempo cerca del fuego. Claro, con la calefacción, cabrillas, pocas. 
Azulete. Es un líquido azulado que se usaba para lavar la ropa blanca y dejarla refulgente. 
De balde. Si después de tomarte unas cervezas y unos pinchos, llega la cuenta y otro saca la cartera, el ágape te ha salido de balde. O sea, gratis, o sea, por la cara. 
Repente. Dícese de un sustantivo sinónimo de limaquillo o soponcio. Antes, mucha gente no se moría de un infarto, sino de un repente. Ciencia pura. 
Alcagüés. Pues sí, es un cacahuete. Sorprendente, ¿no? 
Gulusmero. De alguien que curiosea derivó en aquel que no para en casa y anda permanente de picos pardos. O sea, como cuando tú el jueves vas al cine y luego 'te lías', y llega el viernes y has quedado con 'éstos', y el sábado no comes en casa y el domingo te vuelves a saltar la paella familiar... 
Lechuzo. Nada que ver con el marido de la lechuza. Para nada. Léase goloso. 
Servir. Era trabajar de criada en casa de alguien. De ahí, sirviente. Ahora lo llaman 'tener chica'.
Cuarto y mitad. Es una medida de peso un tanto sui géneris, pero que el pescadero entiende perfectamente. Más o menos, así a ojo, un puñadito. Se aplica con frecuencia a las gambas y las chirlas que se echan a la paella. 
Arrevenido. Si son las 12h y no has desayunado. Llegan las 15h y sigues sin comer, a las 17h estás más que "arrevenido". El estómago se te ha quedado más pequeño que un euro y estás medio amarillo. Ahora, es empezar y no parar. 
Falto. Insultar siempre ha tenido su gracia. Significa tonto, alguien a quien le falta un hervor. 
Muda. No se trata de una señora que no habla. Es la ropa de cambio, pero referida sobre todo a la de las partes pudendas, es decir, bragas, calzoncillos y calcetines. Las madres y las abuelas siempre han recomendado llevar la muda bien limpia, por si te pilla un coche y hay que salir pitando al hospital. Cumplamos esa enseñanza, por favor, que nunca se sabe. 
Galbana. Lo que te despierta ordenar apuntes. O hacer abdominales en la hora de la siesta. O irte a la biblioteca en semana de exámenes. Es decir: perezón.
Gamusino. Es un animal que no existe, inventado, con el que se asustaba a los niños o, directamente, se les mandaba a buscar ejemplares para que le dejaran a uno en paz. Con perdón. 
Machuna. Mujer estéril. Muy sutil y respetuoso el adjetivo (modo ironía 'on'). 
Zorrera. Cuando han fumado cinco personas en una habitación y no ha habido la ventilación precisa, lo que hay dentro es una zorrera que se puede cortar con un cuchillo. O sea, un humazo insoportable. 
Romana. Podría parecer una sujeta oriunda de Roma, pero no. Es un instrumento de metal con barras, bandejas y ganchos para pesar alimentos que todavía se puede ver en algún mercadillo. El sistema de medida es indescifrable para alguien que haya nacido a partir de 1980. Ni lo intentes.
Regüeldo. Un eructo. No entremos en detalles.
Jaspeado. Término complejo de entender. Te dicen que un jersey es jaspeado y será como no decirte nada. Debes saber que tendrá pintas, lo que tampoco aclara mucho las ideas.
Zorros. No son los machos de las zorras. Se trata de una tiras de tela o piel unidas a un mango que se usaban para limpiar el polvo. ¿Te suena estar hecho unos zorros?
Pegote. Es sinónimo de "mucho". Una frase típica era 'Te quiero un pegote'. Algo así como mazo, otro gran 'palabro'.  
Artículo completo en: El Mundo


3 comentarios:

  1. Desde que era una niña, me gustaba aprender palabras sueltas... Estos artículos me envuelven siempre!!

    ResponderEliminar
  2. A pesar de mi edad, por lo menos en el español soy parte de la nueva generación, pues no conocía estas expresiones. Artículo muy interesante.

    ResponderEliminar
  3. Marta Perez Rodriguez28 de diciembre de 2015, 11:47

    Sí, Alessandro, esta es una prueba más que fehaciente de que la lengua tiene un componente generacional que agrega valor... para nosotros es fantástico, puesto que eso nos permite abrir un mundo riquísimo de posibilidades, a la par que entender que "nuestra actualidad lingüística" será vista así en un futuro no muy lejano... Marta.

    ResponderEliminar